lunes, 31 de octubre de 2011

EL DÍA ANTES


LECTURA
Apoc 7, 2-4. 9-14
Lectura del libro del Apocalipsis.
Yo, Juan, vi a un ángel que subía del Oriente, llevando el sello del Dios vivo. Y comenzó a gritar con voz potente a los cuatro ángeles que habían recibido el poder de dañar a la tierra y al mar: "No dañen a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios". Oí entonces el número de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil pertenecientes a todas las tribus de Israel. Después de esto, vi una enorme muchedumbre imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano y exclamaban con voz potente: "¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero!". Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, se postraron con el rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: "¡Amén! ¡Alabanza, gloria y sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios para siempre! ¡Amén!". Y uno de los ancianos me preguntó: "¿Quiénes son y de dónde vienen los que están revestidos de túnicas blancas?". Yo le respondí: "Tú lo sabes, Señor". Y él me dijo: "Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero".



EVANGELIO
Mt 4, 25?5, 12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Seguían a Jesús grandes multitudes que llegaban de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania. Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó y sus discípulos se acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: "Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices los afligidos, porque serán consolados. Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el reino de los cielos. Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron".


el dispensador dice:
siempre hay un día anterior a la esperanza, del mismo modo que siempre hay un día anterior a la ilusión, y otro semejante a la idea, y otro equivalente para el sueño, y uno más para la palabra pensada y no pronunciada, y también un día anterior a la palabra dicha y no pensada, así como un antes de la circunstancia, un antes del instante, un antes del momento, un antes de la profecía, un antes de la revelación y otro antes... antes de la luz, antes del verbo, antes de la creación... antes. Siempre hay un día anterior a la intención, al sentimiento, al afecto y a la sensación... Siempre hay un día anterior a la reflexión... un día que concede la oportunidad de la perspectiva, un día que habilita a la expresión de la gracia traducida en un don, un día anterior a la traducción de los talentos. Justo ese mismo día, el anterior, es el que permite que las armonías acudan hacia el llamado de los ángeles que protegen un alma, para que anidando en ella le siembren aquello que luego se definirá como "felicidad", pero en que verdad trata de la coincidencia del modelo con su molde, momento en el que se conjugan el alma con el espíritu adquiriendo plenitud... la plenitud del instante, ése mismo que luego se definirá como "felicidad", un instante efímero donde alma y espíritu coinciden en la vibración. Entonces y sólo entonces...
felices los que han recibido la gracia y han percibido con claridad su significancia,
felices los que se han sentido agraciados por el don y han sabido traducirlo a un talento,
felices los que han sentido la plenitud de la misericodia silenciosa,
felices los que han sentido la plenitud de la compasión sin pronunciación,
felices los que han escuchado y han entendido lo que oían,
felices los que han visto y han interpretado lo que vieron,
felices los que han buscado y han hallado,
felices los que han perdido y han comprendido la importancia de la ausencia,
felices los que han dormido y han recibido la señal y su signo a través del sueño,
felices los que han despertado y han reverenciado su día,
felices los que no han reclamado,
felices los que no han demandado ni han hecho demanda,
felices los que no han envidiado,
felices los que no han cultivado desprecios,
felices los que no han hecho culto de la soberbia,
felices los que caminan sin mochila, ya que ello aumenta la calidad de su huella,
felices los que no reniegan de su sombra,
felices los que han sido bautizados por la lluvia,
felices los que fueron alcanzados por la gota de la bendición en su ojo izquierdo,
felices los que comulgan con su ángel de la guarda,
felices los que atienden a la voz de su consciencia y siguen sus indicaciones...
felices,
felices porque saben que el día anterior al hecho, es un día de gracia.
Si han hallado lo citado, entonces tienen el signo del día de los días en su frente. Octubre 31, 2011.-

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