el dispensador dice:
sensaciones encontradas,
filosofías exaltadas,
mensajes que bajan,
señales que amenazan,
la piel es buena indicadora,
de las sensaciones que trae la aurora,
prefiero mirar con el alma,
me proporciona la perspectiva de la calma,
descubro espíritus de lotos,
hallo fuentes silentes,
por ahí subrepticiamente,
aparece la Alicia en mi mente,
seguro dejará su huella,
libro, flor o tal vez estrella,
a veces la escucho de lejos,
no hace falta que se manifieste... ella,
cómo decir que los dones acercan,
cuando es el alma la que estampa huella,
pero los humanos se pierden lo sensible,
atareados en lo que no resiste,
ocupados por lo que los asiste,
entre mañanas, tardes y pasos tristes,
cuando descubren que han vivido,
ya no les quedan amigos...
y regresan a sus portales,
entre clamores y nostalgias,
aquello que no atesoran,
en su tiempo y en su rama,
luego lo andan añorando,
entre recuerdos y lágrimas...
ando con sensaciones encontradas,
se nos van los destacados,
veo espíritus estacados,
presos de convicciones inciertas,
atrapados en mentiras muertas,
veo que se inventan historias,
para justificar sus penurias,
cuando lo simple se acompleja,
cuando la arruga es añeja,
veo las gentes sembrar penas,
para sostener raras tertulias,
a veces te roban las tuyas,
otras tantas no les hacen mella,
el que anda perdido de huellas,
mucho más lo andará de sombras...
me he quedado perplejo,
admirando algunas flores,
algo extraño he visto en sueños,
algo que me vienen anunciando,
ya no quiero atender lamentos,
tampoco ser hombro de llantos,
el que no se toma un descanso,
para apreciar la comarca,
puede vivir sin paisaje,
atravesando campos sin surcos,
luego dirán que fue el "cuco",
quién engañó su pasaje,
y así andarán fabricando días,
para llenarlos de pesares,
es que estos no han aprendido,
a reparar en nenúfares...
algo hay en el aire,
algo que anda avisando,
aquello que no has sembrado,
no lo andes añorando,
el suelo se anda moviendo,
diosito está señalando,
donde se agitan las almas,
los espíritus están agotados,
las auras se van destiñendo,
llenándose de ausencias sin mañanas,
prefiero mirar estas flores,
atender fuentes y esencias,
lo demás sucederá cuando deba,
cuando los mates no hallen yerbas...
así como así me voy yendo,
buscándome a mí mismo,
no me he dado cuenta del sismo,
nunca estoy perdido entre abismos,
los ángeles que me cuidan,
son custodios de las arenas,
lo que no llevan consigo,
se los dejan a la consciencia,
y como a ella siempre la escucho,
y eso ellos ya lo saben,
todos andamos muy juntos,
acompañados en nuestras soledades.
Octubre 06, 2011.-
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