23 lápidas halladas en México descubren mitos de la cultura prehispánica
Las piedras, de 550 años de antigüedad, están en pleno centro de la capital
Narran el nacimiento de Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra
El País México Df 14 FEB 2012 - 07:43 CET5
El centro de la bulliciosa capital de México ocultaba uno de los grandes secretos de la cultura prehispánica. Un grupo de arqueólogos ha descubierto frente al Templo Mayor azteca 23 lápidas de unos 550 años de antigüedad que muestran mitos de la cultura mexica como el nacimiento del dios de la guerra Huitzilopochtli y el origen de la Guerra Sagrada.
Las piedras grabadas, hechas de tezontle (piedra volcánica), y localizadas a finales de 2011 en la Plaza Manuel Gamio, representan serpientes, prisioneros, ornamentos y guerreros que aluden al origen de la antigua cultura mexica, según ha explicado en un comunicado el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).
El hallazgo ha tenido lugar durante los trabajos de supervisión arqueológica previos a la creación de un nuevo acceso al museo de Templo Mayor. Una vez terminados los trabajos de restauración y sondeo para determinar la existencia de alguna ofrenda bajo de las lápidas, se colocará un suelo de cristal para que los visitantes puedan admirar las 23 lápidas.
El Templo Mayor, edificado en lo que ahora es el Zócalo de la capital mexicana y áreas circundantes, fue el centro más importante de la vida religiosa de los mexica. Posiblemente, los grabados fueron orientados hacia lo que fue el centro de adoración de Huitzilopochtli, lo que presume que corresponden a la cuarta etapa de construcción del Templo Mayor (1440-1469), según el investigador Raúl Barrera, responsable del Programa de Arqueología Urbana del INAH.
Los vestigios prehispánicos tienen gran valor arqueológico, ya que es la primera vez que se encuentran dentro de lo que era el recinto sagrado de la antigua Tenochtitlan y se pueden mostrar "a manera de documento iconográfico un discurso que narra ciertos mitos de esta antigua civilización", según el arqueólogo.
De acuerdo con el mito del nacimiento de Huitzilopochtli, la diosa de la tierra y la fertilidad, Coatlicue, quedó embarazada cuando una pluma entró en su vientre mientras barría. Molestos por ello, sus hijos, 400 guerreros surianos (en náhuatl centzonhuitznahua) y la diosa de la Luna, Coyolxauhqui, decidieron ir a la montaña de Coatepec, donde vivía la embarazada, para matarla. “A su llegada al cerro Coatepec", explica el arqueólogo Barrera, Coyolxauhqui y los guerreros enfrentaron a Coatlicue y la decapitaron. En ese momento nació el dios de la guerra Huitzilopochtli, quien enfrentó a los guerreros y mató a su hermana, a la cual desmembró”. La leyenda sobre el origen de la Guerra Sagrada entre los mexicas, descrita en los códices Chimalpopoca y Boturini, establece que durante el recorrido que realizaron de Aztlán hacia el lago de Texcoco, en el Valle de México, donde edificarían su ciudad, bajaron del cielo los guerreros estelares del norte, llamados en náhuatl mimixcoas, que fueron enfrentados, derrotados y sacrificados por los tenochcas.
“Ambos mitos se relacionan con el concepto de una batalla estelar, en la cual el dios de la guerra y del Sol Huitzilopochtli, sale victorioso de la afrenta contra los 400 guerreros del sur y Coyolxauhqui, lo que dio origen a las estrellas (combatientes muertos) y a la Luna (al lanzar la cabeza de su hermana decapitada al cielo)”, ha señalado Raúl Barrera.
Las imágenes representan ocho serpientes con las fauces abiertas, un escudo de guerra o chimalli con figuras de caracoles y cuentas de piedra, y dardos en dirección a la parte inferior, y trazos que quizá simbolicen chorros de sangre, según han explicado Lorena Vázquez y Rocío Morales, arqueólogas involucradas en la investigación.
el dispensador dice: nadie ha visto el nacimiento de un Dios, mucho menos ha asistido a él... los creadores y los formadores no estaban antes del concierto del verbo y éste (verbo) supo ser idea antes que palabra, supo ser iniciativa antes de pensamiento, supo ser voluntad antes que sapiencia, supo ser sabiduría antes que justicia, supo ser orden antes de caos, supo ser distancia de ser cercanía, supo ser presencia antes de ser ausencia, supo ser espontáneo antes de ser intención, supo ser reflexión antes de ser interpretación, supo ser genio antes de ser hombre... por ende supo ser sueño antes de transformarse en realidad cotidiana... pero aquel hombre "consecuencia" del final de la "creación" llegó a una Tierra distinta, que tampoco se llamaba así y ni siquiera era ésta... llegó con todo acondicionado para "ser"... aquel hombre se sabía "consecuencia" de la palabra creadora y pidió a su Dios el renovado concierto de las "esencias", esos ejes y esos ángulos indispensables para transitar los tiempos respirables... no se puede ser consecuente con la creación si no ama el suelo que se pisa, el aire que se respira, el agua que se bebe, el fuego eterno que consume y proporciona vida al mismo tiempo... Dios puso en el camino del hombre a la flor, para que llamara su atención y se distinguiera de los verdes... Dios puso en el camino del hombre al arco iris, para que llamara a las almas a la reflexión de los reflejos del cielo... Dios puso en el camino del hombre a las arenas de las playas, para comprender la seguridad de las costas y los suelos... Dios puso en el camino del hombre a la pirámide, para que comprendiera la importancia del ascenso esforzado... Dios puso en el camino del hombre a la cúspide, para que comprendiera el significado de la inmensidad... Dios puso en el camino del hombre a las vertientes, para que siguiera el recorrido que conduce a las "fuentes"... Dios puso en el camino del hombre a los bosques, para que entendiera la importancia de la naturaleza en armonía... Dios puso delante del hombre al rayo, para hacerle saber de su poder... Dios puso delante del hombre el "mañana necesario", para hacerle comprender la importancia del "recuerdo"... pero antes de ello, Dios puso como primer paso a la mujer, para hacerle saber al hombre que sin ella no era nada más que una entelequia de sí mismo, incapaz de acceder al ciclo del espíritu y del alma encarnadas de cara a la eternidad de lo efímero. Al concedérsele la gracia de "ser", el hombre recibió como heredad un ángel y una conciencia y nunca jamás perdió una costilla como tampoco cedió su lugar en la creación porque su propio Dios, le había anticipado su condición de segundo ante la mujer, mucho más hábil, mucho más capaz para enfrentar el dolor de la vida... y detrás, justo detrás, el verbo dió lugar a creadores de los pasos cortos y formadores de las sombras largas, necesarios para que el hombre asumiera la importancia de las esencias de la gracia. No hay lápidas en el universo, apenas recuerdos esfumados... No hay piedras sin sentido en el universo, apenas un orden apropiadamente desordenado... Todo aquello que guardó sentido para los orígenes, lo conserva hoy a pesar del hombre. Un hombre que ya no sabe de pirámides ni mucho menos de santuarios... un hombre que no sabe de su palabra como tampoco reconoce el sentido del "verbo"... un hombre que no escucha a las vibraciones de la piedra como tampoco reconoce los colores de la flor... un hombre que no entiende que sin FE... sencillamente no hay Dios, y sin éste... la creación se evapora en la utopía de las soberbias. Simplemente, no hay herencia genuina sin recuerdo fundacional de los pasados inciertos, aquellos que han existido para luego ser olvidados y desconocidos por los siguientes inexpertos. Cuidado hombre que en tus desiertos, se esconden las frases nunca pronunciadas por tus propios muertos... camina hacia el SOL sin desespero, el fuego eterno puede cobijar hasta tus sueños, siempre que la serpiente emplumada sea el custodio de tu leño. Febrero 14, 2012.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario