jueves, 2 de febrero de 2012

INCLINADAS ▲ Las torres más inclinadas del mundo

Las torres más inclinadas del mundo

El Big Ben se suma a la lista de edificios torcidos que no encabeza la famosa torre de Pisa y que tiene como invitado de honor el Capital Gate de Abu Dhabi

Cultura | 02/02/2012 - 00:12h
Una postal antigua de la Torre Nueva de Zaragoza Archivo
Es la más famosa, pero para nada la única. La Torre de Pisa y su popular inclinación, ahora significativamente corregida a 3,99 grados, es sólo una de las obras arquitectónicas torcidas que podemos ver por todo el mundo. La lista es larga y siempre dispuesta a acoger nuevos miembros. El más reciente es el Big Ben de Londres. Los expertos han calculado que se inclina 0,26 grados hacia el noroeste, lo que significa que, en su punto más alto, registra una desviación de medio metro con respecto a su eje. La torre del reloj del Parlamento británico no corre peligro y su inclinación es apenas perceptible para el ojo humano, aunque no suele ser el caso de muchas otras construcciones que desafían la ley de la gravedad.

Las torres inclinadas también han sido tema de estudio para el Libro Guinnes, que ha determinado que el campanario de la capilla de Suurhusen, en Alemania, es la construcción más inclinada del mundo con una desviación de 5,19 grados y una altura de más de 27 metros. Construido en 1450 en un humedal y sobre cimientos de roble, empezó a inclinarse en el siglo XIX cuando se drenaron los terrenos y la estructura de madera se secó.

La lista sigue con la torre medieval de Saint Moritz, en Suiza, de 33 metros de altura y una inclinación de 5,07 grados. En este caso, la llanura pedregosa donde se asienta sufre la presión de las montañas circundantes, lo que ha acabado afectando la estructura.

El problema está en los suelos

Y es que los terrenos suelen ser los grandes responsables de las inclinaciones de las torres. “Los edificios no se inclinan por si solos por el paso del tiempo”, asegura el arquitecto y egiptólogo Fernando Estrada. “Normalmente se debe a defectos de cimentación, del suelo de la base”, añade. “La cimentación es la causa más común y también el comportamiento de los materiales”, coincide Carmen Gómez, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, especializada en arquitectura.

Este podría ser también el caso del Big Ben, aunque todavía no se han especificado las causas. “Lo más probable es que la inclinación se iniciase en una etapa muy temprana porque no hay grietas en el revestimiento del edificio", ha explicado John Burland, profesor del Imperial College de Londres. La mayoría descarta que la construcción del parking en el subsuelo del Parlamento haya influido. Y el propio Burland bromea afirmando que tendrían que pasar unos 10.000 años para que la inclinación se pueda considerar peligrosa.

Aunque no todas las torres corren esta misma suerte. “Es un milagro que algunas aguanten”, afirma Estrada. “A veces pienso que algunos edificios no caen porque tienen miedo a caerse”, ironiza. Un ejemplo paradigmático se encuentra en el corazón del Egipto faraónico: el templo de Amon en Karnak, donde resiste entre las ruinas un obelisco inclinado erigido por la faraona Hatshepsut en el 1457 a. C. y de casi 30 metros. “Por miedo a que cayera, prohibieron que los aviones lo sobrevolaran rompiendo la barrera del sonido durante la Guerra de los Seis días”, explica Estrada. Y todavía aguanta, casi 3.500 años después de alzarlo.


Otros casos paradigmáticos

Más monumentos emblemáticos por su inclinación son las dos torres de Bolonia del siglo XII: la Garisenda y la Asinelli que tenían originalmente 60 metros de altura. La primera suma una desviación de 3,2 grados y por motivos de seguridad sufrió una amputación de 12 metros. Debido a una rivalidad entre familias, se amplió la altura de la segunda hasta los 97,6 metros, aunque sin tener en cuenta los cimientos. Como resultado, actualmente también se alza inclinada, aunque no tanto. En eso, gana la vecina Garisenda.

Italia es una mina de edificios torcidos. Por ejemplo, el de la torre San Pietro di Castelo de Venecia, el primer campanario renacentista de la ciudad. Debido a las características del suelo, Venecia es una de las localidades con más edificios desplazados de su eje. Otro ejemplo es la torre de la Iglesia de San Martín en la isla de Burano.

Además del reciente Big Ben, en Inglaterra se encuentra otro caso: el del campanario de la Iglesia del Temple de Bristol. Durante la II Guerra Mundial quisieron derribarlo por seguridad tras sufrir un bombardeo, pero logró salvarse. Si había aguantado las bombas y el paso del tiempo, bien merecía otra oportunidad. En Chesterfield también destaca la inclinación de la torre de la Iglesia de Santa María y todos los santos.

Los ejemplos no paran de sucederse. En Rusia, quizás la torre inclinada más conocida es la de Nevyansk, en los Urales. En los Países Bajos, vale la pena ver la Torre de Bedum, con 2,61 metros de inclinación; o la de la iglesia gótica de Oude Kerk, conocida con el nombre del viejo John. En Irlanda destaca la torre de Kilmacduagh, la más grande del país destinada a guardar reliquias. Y más allá de Europa, vale la pena mencionar el caso de la pagoda inclinada de la colina del Tigre, en la localidad china de Suzhou, con una desviación de 2,32 metros.

Las torres de Pisa españolas

Por la geografía española también se suceden los casos de construcciones inclinadas. Uno de los más sonados es el de la torre Nueva de Zaragoza, construida en 1504, que acabó siendo derribada en el siglo XIX. “Era mudéjar, bellísima y muy apreciada en su tiempo”, revela la historiadora Carmen Gómez. “Fue un símbolo de modernidad, el reloj mecánico de referencia como alternativa a los toques eclesiásticos”, pero tenía problemas de cimentación que provocaron su temprana inclinación. “Al cabo de unos pocos años ya se reforzó un poco su base”, explica. Aún así, “era segura, firme y sólida, pero decidieron derruirla en pro de la modernidad”, se lamenta. Su demolición causó “una herida en la ciudad que todavía hoy aflora de vez en cuando”.

Y es que todas estas torres inclinadas se han convertido en un verdadero símbolo en sus ciudades. En la capital maña se conserva inclinada la torre de la iglesia de san Juan de los panetes. Y Gómez recuerda otra emblemática de Aragón: “Es muy significativa la de San Pedro de los Francos de Calatayud, volada sobre la calle”.

En Andalucía destaca la torre de la Asunción de Bujalance, en Córdoba; o el Farillo Calahonda de Granada. Y seguro que la lista puede alargarse mucho más, y eso sin contar con las más famosas: las torres Kio de Madrid, con una espectacular inclinación de 15 grados, esta vez, muy calculada. Y es que los arquitectos se han dado cuenta que las torres inclinadas venden más. Y si no, que se lo digan al del recién estrenado Capital Gate de Abu Dhabi, con una inclinación de 18 grados. Récord absoluto.
Las torres más inclinadas del mundo


Isla de Burano-Venecia Alex Domínguez Monés





Imagen de la torre de la Iglesia de Suurhusen, que le ha arrebatado el Guiness a la de Pisa Afp / David Hecker


El río Támesis frente al Big Ben Àlex Janssen



Las torres Garisenda y Asinelli de Bolonia Getty Images




La torre inclinada de la iglesia de Saint Moritz Turimo de Suiza

el dispensador dice:
raras visiones de planos inclinados,
raras visiones de pasiones sin pasados,
aterra ver el eje desplazado,
sentir que la gravedad pesa,
más allá de lo estudiado...

sorprende ver que aún permanece parado,
aquello que fue omitido,
también lo que fue olvidado,
hete aquí que el genio tiene vida propia,
perdura en el tiempo,
atado a artilugios de lejanos legados...

testigos distantes,
observadores sin tiempos,
sostienen en sus torres,
ecos robados,
gritos ahogados,
lo que allí anidó,
aún no se ha escapado...

han visto alquimistas,
físicos quemados,
brujos que han pasado,
lo que estuvo a sus pies,
en sus raíces permanece impregnado...

sientes presencias,
escaleras arriba,
los fantasmas pesan,
justo de aquel lado,
el mismo que está inclinado,
sin embargo no se debe pasar por alto,
que mucho más pesan,
los que sostiene el opuesto ángulo...

hay llantos que por ahí han quedado,
estampados, pincelados y hasta evaporados,
los silencios atrapan el esfuerzo cansado,
las rodillas pesan y llegar es deseado,
el mundo es distinto divisado lejano...

gentes pequeñas, sentimientos sin rangos,
todo parece bueno allí, por abajo,
la sorpresa te asalta,
al mirar lo inclinado,
el vértigo ataca,
cuando la perpendicular se ha errado...

allí he descubierto,
por fin este encuentro,
que no es la torre lo que se ha inclinado,
sino las almas que se han sesgado,
ahora miran torcido,
niegan presencias,
en ausencia de los olvidados...

me quedo en el suelo,
ando embarrado,
prefiero mis locuras,
mis ojos cerrados,
algo debe haber pasado,
las torres están derechas,
los suelos inclinados,
la campanas no suenan,
con badajos apoyados...

¿cuál será el significado,
de que las torres se hayan inclinado?,
serán los espíritus de los sabios quemados?,
serán los vagabundos que por allí han pasado?,
pesa la historia, más pesa el pasado,
aquello que fue dicho,
viento y pecado,
golpeó la estructura,
hasta haberla doblado...

ahora es mentira,
equilibrio atrapado,
oscila distinto,
el recuerdo escapado,
soledades llegando,
ideas anidando,
las torres se han inclinado,
es reverencia de pasos,
no hay reyes descalzos,
se han quebrado los versos,
en inocentes burlados...

mañana es ayer,
el hoy... está parado.
Febrero 02, 2012.-




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