viernes, 6 de junio de 2014

PORT HARCOURT ▲ Los libros que abonan el crecimiento de África | Planeta Futuro | EL PAÍS

Los libros que abonan el crecimiento de África | Planeta Futuro | EL PAÍS



Los libros que abonan el crecimiento de África

Port Harcourt (Nigeria) es nombrada por la UNESCO capital mundial del libro en 2014

Rainbow Book Club, una entidad dedicada a fomentar la lectura, está detrás de la organización







Niños equipados con los materiales del Port Harcourt World Capital Book. / PHWCB


En los últimos meses Nigeria se ha desperezado como el gran gigante africano que es. El país más poblado del continente, la economía más poderosa y la promesa de que Lagos será la ciudad más poblada en 2015. Los parámetros culturales son más difíciles de medir, pero eso no impide que sea de dominio público la fuerza de Nollywood, la segunda industria cinematográfica más productiva del mundo (detrás de Bollywood, pero delante de Hollywood). Y este año, Port Harcourt, una ciudad nigeriana situada en el delta del Niger, es la capital mundial del libro. Por primera vez, esta elección realizada por la UNESCO ha señalado a una localidad de la región subsahariana del continente. Sin embargo, esta decisión no se debe únicamente al potencial del país. El proyecto, en sí, tiene el peso suficiente para acaparar este reconocimiento, igual que la trayectoria del Rainbow Book Club, la principal organización impulsora de la iniciativa.
Desde 2008 el Rainbow Book Club se ha empeñado en el fomento de la lectura entre la sociedad nigeriana y en estos esfuerzos ha conseguido implicar a diversas personalidades de la vida política y social del país. Ahora, durante este año cargado de actividades, esta organización se enfrenta, al mismo tiempo, a su reto más importante y a su más destacable oportunidad. “Esta nominación ha contribuido a desencadenar un debate nacional sobre nuestra cultura de la lectura y su implicación en el futuro de nuestro país”, comenta Chinedu Amah, el responsable de comunicación de Rainbow Book Club, desde Lagos.

La UNESCO escogió Port Harcourt “por la calidad de su programa y en particular por sus propuestas para los jóvenes”, según el comunicado en el que se hizo pública la decisión del organismo internacional. “Los niños y los jóvenes son el futuro de nuestro país. Estamos convencidos de que si podemos influir en ellos y modificar su actitud hacia los libros, podremos reformar el panorama educativo nigeriano”, señala el miembro de la organización. Y así es como el programa de actividades de Port Harcourt World Capital Book incluye todo tipo de actividades orientadas a los escolares, incluso antes de que se celebrase la ceremonia de inauguración del evento. Desde donaciones de libros a los centros educativos con menos recursos, hasta campañas de fomento de la lectura. Se puede encontrar el proyecto de redacción conjunto de un libro por parte de los escolares del país, la creación de clubs de lectura, un concurso de ensayos o el diseño de planes de lectura para los colegios.
Los organizadores del Port Harcourt World Book Capital saben que el evento es un escaparate para proyectar al mundo su literatura, pero no se han olvidado de que también es una oportunidad para movilizar a las nuevas generaciones y fomentar el gusto por la lectura. “En Nigeria, la gente no lee tanto como debería”, explica Amah, “y es paradójico que en la época en la que estamos rodeados de noticias y de información, como nunca antes, la gente lea menos. La falta de interés es un problema, pero también lo es la falta de libros accesibles y eso tiene mucho que ver con algunas políticas que no están ayudando a que los libros sean más asequibles”.






Rainbow Book Club ha desarrollado su labor durante los últimos cinco años y afronta la responsabilidad de organizar la capitalidad mundial del libro, con la certeza del potencial de la literatura nigeriana y con esperanzas hacia la literatura de todo el continente. Wole Soyinka, uno de los escasos autores del África subsahariana reconocidos con un premio Nobel de literatura es nigeriano; también lo era el eterno aspirante, Chinua Achebe, fallecido hace poco más de un año; la lista podría prolongarse considerablemente con nombres como los de Ken SaroWiwa, ejecutado precisamente en Port Harcourt por su activismo medioambiental, o Ben Okri, Helon Habila, Chris Abani, Buchi Emecheta y un largo etcétera; sin embargo, la máxima representación de la pujanza de la literatura nigeriana actual es la aclamadísima Chimamanda Ngozi Adichie.
La riqueza de la literatura nigeriana es, para Chinedu Amah, la “diversidad”. “Nigeria es un país con 170 millones de habitantes y más de 200 grupos étnicos. Nuestros escritores han sido capaces de aprovechar nuestra diversidad para crear historias interesantes que han atraído, no sólo a los nigerianos, sino también a otros africanos y a lectores de todo el mundo”, explica este miembro de la organización del Port Harcourt World Capital Book. Precisamente, esa “diversidad” es, para él, la principal fortaleza de la literatura africana, en general: “Los africanos somos personas profundamente culturales y nuestra diversidad hace que nuestras historias sean algo único, cada historia recoge una mística particular de África”.
Fomentar la lectura es sólo uno de los objetivos de esta cita (suficientemente ambiciosa en sí misma). El reto se completa con la voluntad de animar la producción literaria, reflotar la industria editorial y dar visibilidad internacional a las letras africanas. Una de las actividades previstas es un programa de residencia de escritores, Writers in Residence, que permitirá que una docena de escritores emergentes seleccionados convivan y compartan experiencias para escribir historias que se publicarán en una antología. Esto permitirá que estos autores noveles tengan trabajos publicados. “Esperamos inspirar a una nueva generación de escritores africanos”, señala Amah.
Este proyecto se roza colateralmente con la publicación de Africa39, una selección de textos de treinta y nueve autores africanos de menos de cuarenta años en cuya selección ha participado Binyavanga Wainaina y cuya edición ha sido posible gracias a la colaboración del Hay Festival y de Bloomsbury Publishers. El volumen se presentará oficialmente durante las fechas centrales del festival, entre el 20 y el 25 de octubre. Ese será el momento en el que Port Harcourt será el verdadero escaparate de la literatura nigeriana y africana. Pero, como se ha visto, sólo será el momento en el que emerja la punta de un iceberg de actividades culturales intensas.

El círculo se cierra con un intento de dar un empujón a la industria editorial, nigeriana y de todo el continente. Se trata de un maltrecho sector que ha tenido que afrontar con una debilidad endémica, una dura crisis económica que ha sacudido muchas otras industrias. El fortalecimiento de esta parte de la producción literaria supone, en realidad, la consumación de los objetivos del Port Harcourt World Book Capital y de Rainbow Book Club. “Los africanos”, se lamenta Amah, “hemos visto como otros contaban nuestras historias. Ya es hora de que empecemos a asumir la responsabilidad de contarla nosotros mismos y sólo podremos hacerlo si tenemos más editores que entiendan nuestros contextos”. Y para ello, la organización no obvia el signo de los tiempos: “La publicación electrónica es una herramienta que no podemos permitirnos el lujo de ignorar. El crecimiento del uso de internet en África, especialmente a través de los dispositivos móviles ha sido fenomenal y ha abierto una nueva vía para la distribución”.
Para los impulsores de esta iniciativa es el momento de tomar plenamente las riendas de la literatura, pero también de sacar todo el partido que ésta puede aportar al desarrollo: “África tiene que levantarse y ocupar su lugar en el escenario mundial. Para ello los africanos de todas las condiciones, tienen que estar ‘equipados’ con el conocimiento, la educación y las habilidades adecuadas. Por eso, vemos en los libros una verdadera plataforma para el desarrollo de África”.


el dispensador dice: 
mientras unas culturas se acostumbran a no pensar... devorando todo lo que le venden... otras, las menos, piensan, reflexionan, leen, se cultivan, y no dan nada por sentado... tal cual otros pretenden para ellas...

mientras unas culturas dejan sumar, restar, dividir y multiplicar, para hacer culto de la "tecla" y la pantalla... otras culturas se sumergen en el pensamiento matemático, a sabiendas que allí se concentra el "cero" de la memoria humana...

mientras unas culturas cortan y pegan, mintiendo a los profesores y mintiéndose a sí mismas... otras culturas ejercitan el método reflexivo para alcanzar nuevos objetivos... estableciendo diferencias a favor de los últimos, que aún con muchísimos menos recursos, van aprendiendo a hacer más por el desarrollo de sus capacidades creativas...

mientras unas culturas se adhieren a juegos depredatorios y destructivos, alentando a sus hijos a sumergirse en la estupidización atemporal... otras culturas juegan a aprender a vivir, preparándose para la vida que deberán transitar por sus propios destinos y por sus propias gracias, las concedidas y las recibidas...

mientras unas culturas compran libros para que junten tierras, exhibiéndose bonitos en estantes sucios de bibliotecas de "muestra"... otras culturas se hacen de libros para ser devorados por personas que necesitan nutrir sus espíritus antes que sus egos...

y el mundo humano se está volviendo demasiado raro...

mientras una significativa porción del mundo humano atrasa, retrograda, y vaga en sus desconciertos... una porción remanente del mundo humano, se prepara para tomar la posta e ir hacia el mañana necesario...

el que patente más no será el vencedor de los tiempos por venir...

el que registre más propiedades intelectuales no será el "genio" de los tiempos venir...

el que posea más dineros en los bancos no será el dueño del mundo por venir...

porque algo está por cambiar, aún cuando la soberbia no deje ver a unos... y las pobrezas impidan ver al resto...

no obstante ello... la historia ya ha sido doblada... y dicho doblez, quebrará las huellas y las sombras de la humanidad sobre la Tierra... y aquel que no sepa ver por sí mismo... y aquel que no sepa oir por sí mismo... y aquel no sepa entender por sí mismo... sucumbirá a los hechos y sus circunstancias, indefectiblemente... ya que las patentes no lo salvarán... ya que las propiedades intelectuales no lo salvarán... ya que los discursos no lo salvarán... ya que los dineros ni los bancos, se salvarán...

si no lo has hecho aún... comienza a leer... ya que hoy el tiempo se escurre más rápido que de costumbre... y Alejandría, aquella famosa, está por regresar el pensamiento ptolomeico al lugar que nunca debió ceder... JUNIO 06, 2014.-

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