el dispensador dice: solía subir, pero me costaba mucho bajar... iba descubriendo las laderas de la montaña escalando mi propia alma... no tenía necesidad de subir, tampoco de trepar... pero en el interior de mi espíritu sentía la imperiosa necesidad de hacerlo... jamás pregunté por qué... simplemente me dejé llevar... encontraba piedras que me hablaban... y siempre entendía perfectamente bien qué me decían... encontraba vegetación que me hablaba y conectaba apropiadamente lo que expresaban... ve por aquí... no vayas por allí... no tomes aquella arista... cuida tu equilibrio... no regreses la mirada... fíjate en esto pero no en aquello... continúa por donde vienes... mira la acequia y sus fuerzas... caerá una roca a unos metros por delante... no pises allí... y la conexión era tan perfecta que me sentía protegido desde la huella hasta la sombra... solía ascender... pero descender me producía dolor... nostalgia... añoranza... no sé qué... algo se me desprendía en la contención del espíritu... la vida es un concierto de encuentros armónicos que se tornan sinfónicos en la naturaleza libre y pura... con los humanos, la vida suele ser un desconcierto desafinado de desencuentros in crescendo a medida que priman los intereses, las conveniencias, las ventajas, las capturas, las propiedades, los despojos... alimentándose de máscaras donde se intenta ocultar los cinismos que alientan el desplazar al prójimo para luego tomar su espacio, y más tarde, no mucho más tarde, despreciarlo arrojándolo al vacío que habilita a perseguir un próximo objetivo, donde el cinismos atropellará sin piedad para exhibir, en definitiva, la misma conducta... ¿para qué?, uno se pregunta... pero al no haber respuesta... mejor seguir andando... el espíritu humano es complejo y no está en armonía con la naturaleza que lo contiene... por ello es incapaz de escuchar a las piedras, a las aguas, a los árboles, a los suelos, a los vientos, a las brisas, y a todo aquello que produce señales y mensajes alertando a las consciencias que permanecen tan ciegas como sordas, impidiendo comprender la vida y sus realidades implacables... solía subir hasta que me pregunté: ¿para qué bajar?... hace frío, sí... mucho... pero, ¿para qué bajar?... abajo el aire está enrarecido... contaminado... intoxica a las almas y envenena a los espíritus... las gentes tienen ojos pero no ven... las gentes tienen oídos pero no oyen... las gentes tienen entendimiento pero éste está adormecido y consumido por el facilismo de la aceptación... comencé a no bajar... comencé a permanecer en la altura... comencé a ser mi propia prioridad... comencé a entender que aquellos que pronunciaban demasiadas palabras para explicar nada, estaban caracterizados justamente por eso, por ser nada, estar encapsulados en la nada que los tenía esclavos de explicaciones inexplicables... comprendí que la excusa buscaba evitar el paso siguiente, evitándome en la sonrisa complaciente que se mentía a sí misma, porque en verdad el aura indicaba que había un raro odio, una disconformidad hacia aquello que decían querer... de pronto el aura se volvió esfera y quedaron a la vista las intenciones genuinas... rodeadas por ángeles de negro... simplemente tomé distancia... el aire que antes estaba a nivel de los suelos, ahora se respira arriba y sólo en lugares privilegiados, me dije a mí mismo... vi que la vida no era ni una tranquera ni una alambrada... vi que la vida no era un muro, ni una bandera, ni una frontera... vi que la vida era un complejo de manos, y que cuando éstas estaban retraídas, era mejor no estar allí... vi un Stupa con su puerta abierta, comprendí que me estaban esperando... no regresé jamás, porque allí estaba mi motivo. JUNIO 08, 2017.-
Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
La idea occidental del Tíbet, y alguna reflexión.
La gente que ha oído hablar del Tíbet lo tienen idealizado como un país de ensueño, un paraíso lejano, algo rudo por las inclemencias extremas de su clima, pero de una belleza única
Incluso los Alpinistas que conocen el Karakorum Pakistani y los verdes valles de Kashmir y como no Nepal, imaginan el Tíbet de la casita con tejado de paja, con un verde prado de maíz creciente y al fondo una colosal montaña de nieves eternas, familias muy pobres y humildes que viven es un sitio donde la naturaleza ha diseñado paisajes que parecen salidos de la imaginación de un magnifico narrador de cuentos.
Cuando ves paisajes asi en Nepal te tienes que sentar para no pasar de largo y poder recrear la vista y valorarlo y sentirte un privilegiado de poder ver algo que quedara gravado en nuestra retina sentimental como quizás lo mejor de nuestra vida. Te llegas a emocionar.
También interviene de una manera decisiva que llevas días andando y el esfuerzo hace que lo valores infinitamente más. Cuando atraviesas la frontera de Godari y pasas la aduana China, todo lo que ves son chinos, pero cuando el Jeep arranca y ves los primeros poblados Tibetanos, la idea preconcebida que teniamos del Tíbet se desvanece, casas de cemento y ladrillo y mucha miseria, pobreza extrema y estamos en una zona montañosa alejada de importantes centros urbanos.
Nos llama la atención su cielo, es único, sus nubes, el celeste del Himalaya es mucho mas intenso, no puedes dejar de mirarlo, todas estas impresiones están acrecentadas por el mal de altura pues después de pasar la Aduana se pasa por un collado a 5.600 mt. después se baja pero la altura siempre roza los 3.000 mt.
En un reportage gráfico el Dalai Lama definía la idea occidental que se tiene del Tíbet como una necesidad para poder hacer realidad un sueño utópico, la monótona vida en las grandes urbes crean esta necesidad.
El Tíbet es un lugar donde la realidad convive hermanado con la leyenda, nos creeríamos que existe un yeti, sencillamente porque nos gustaría que así fuera y si nos contaran que el este de Sichuan en un lugar mal llmado Yunnan hay la entrada a la cueva que conduce al Sangri-La de James Hilton, tambien lo creeriamos.
Al igual que existe el tibet rudo y de casas de cemento, también existe el tibet idílico, donde el mito y leyenda se confuncen con la realidad de una belleza suprema, lo vemos más abajo de nuestro campo visual es verde de florecientes campos, un poco más arriba combina con un firmamento de múltiples tonos celestes y todo ello mezclado con blancos eternos de montañas de mas de 6.000 metros. Existen los dos Tíbet y para nada nos gustaría romper el mito.
El Tíbet subyuga. El Tíbet enamora. Sus gentes te envuelven en una espiritualidad que nunca jamás podrás olvidar.
En el Tíbet, nada te deja indiferente.
El mito tibetano existe, porque el Tíbet existe,
Sólo os pedimos a tod@s los que ese mito les envuelve el alma, se adhieran a nosotros, a la causa tibetana. Tíbet nos necesita a tod@s. Tíbet está pidiendo SOS, a gritos, ahí están todos los auto inmolados, sacrificando sus vidas para que el mundo los oiga.
Cada auto inmolado es un grito al mundo.
Tanto si somos budistas o no. El budismo habla de compasión. Que más prueba de compasión podemos sentir, si no oímos los gritos desgarradores de nuestro amados tibetanos.
Sería como, existe un dicho "a Dios rogando y con el mazo dando"...
Incoherente verdad.
Todos adoramos a S.S. Dalai Lama, él tuvo que huir de su país, Tíbet. En el exilio nunca ha desfallecido en su lucha siempre pacífica por exponer el drama tibetano.
Oído por todos los dirigentes mundiales, ellos son conocedores de dicho drama, y están todos implicados.
Decimos implicados, y no nos equivocamos en la expresión.
Si tu eres un simple observador de un crimen, automáticamente te conviertes en un cómplice.
Pues esos líderes mundiales son cómplices de lo que está ocurriendo en Tíbet.
Algún día ellos también serán juzgados, sino por las leyes, sí por su karma.
En todas la ciudades de todo el mundo, se llevan a cabo manifestaciones, y es una verdadera pena que muchos budistas no acuden a esas manifestaciones que siempre están encabezados por algún Lama.
Porqué no acuden a las manifestaciones ? Buena pregunta a la cual no logramos entender porqué no acuden, no tenemos respuesta.
El tiempo pasa, y China se va fortaleciendo.
Y los tibetanos van mermando su idioma, su gran y estimada cultura, su religión.
Sí, esa religión, el budismo. O sea si muchos budistas no van a las manifestaciones, en poco tiempo, podría hasta desaparecer el budismo.
Porque no se movilizan?
Sumar es ganar. Dividir es restar.
Podríamos reflexionar en ello.
Desde esta Asociación, os pedimos a todos los budistas o no, a los que amáis el Tíbet, acudáis a estas manifestaciones siempre pacíficas, sin excusas. En todas las ciudades existen organizaciones pro Tíbet. Sólo hay que contactar con ellos.
En Barcelona tenemos la Fundación Casa del Tíbet. Consultar actividades y acciones pro Tíbet.
O consultar nuestra página, donde siempre encontrarás información al respecto.
Se hacen largas colas para ir a ver un partido de fútbol, donde la emoción es ver correr una simple pelota.
Se hacen largas colas para ir a la playa, caravanas de horas.
Porque no podemos ir a las manifestaciones pro Tíbet ? Que excusas se dan a sí mismos..?
Algo que no cuesta dinero, sólo es hacer acto de presencia. Fuerza humana. Sumar.
Demostrar a China que Tíbet nos importa a todos.
No queremos destruir el mito Tíbet.
Ese mito existe aún.
Demostremos que queremos salvar al Tíbet.
No sólo compartiendo frases pro Tíbet, sino con acciones.
Demostremos que Tibet somos tod@s.
Demostrémoles a los tibetanos, a todos. A los exiliados y a los que aún están dentro de Tíbet, a ese Tíbet que ahora es una cárcel, la mayor cárcel del mundo al aire libre, que estamos a su lado. Que no están solos. Que los amamos. Que estamos luchando porque sabemos que está sucediendo.
Que cada auto inmolado, no es un número, que ese grito desesperado, es un grito de un hermano nuestro que se va....que se ha ido.
Y esa marcha debe tener una consecuencia en nuestro corazón.
Entre todos podemos.
La Asociación Thuk Je Che Tíbet, os da las gracias a tod@s por haber llegado al final de estas líneas.
Tashi Delek.
Thuk Je Che Tibet
el dispensador dice: Shangri-La... existe... no permitas que te pierda el ruido que envuelve la Tierra... no es bueno arrepentirse de haber sido sin lograr ser. JUNIO 08, 2017.-
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