5. ‘La milla verde’ (Frank Darabont, 1999) A King le gusta encerrar a su personajes. Hoteles encantados, supermercados o un coche. Cuando no hay escapatoria, sale la verdadera humanidad con todas sus consecuencias. Por eso la cárcel es un escenario recurrente en la colaboración Darabont-King. Perturba la naturalidad, casi de realismo mágico, con la que 'La milla verde' retrata asesinos y violadores como si fueran criaturas de fantasía y personajes de una parábola pero sin disimular las atrocidades que cometieron. Se vendió como una película bonita y lo era, pero no de la forma que estás pensando. El mayor mérito de 'La milla verde' es resultar clásica en la forma pero distinta al resto de películas en el fondo. De la cárcel se sale, del cementerio no.CORDON
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