sábado, 2 de septiembre de 2017

LO SOÑÉ... LO SUPE SOÑAR

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el dispensador dice: sí mi querido, ya te lo dije, dejé mi piedra MANI en el Tíbet porque entendí que pertenecemos a la tierra, al suelo, desde el preciso instante en que somos portados por un vientre de madre... la piedra no es un símbolo, es una conexión con la tierra misma... ella estará allí cuando yo ya no esté aquí, y aún cuando se pierdan sus colores y sus letras en nepalí, en hindi, o en cualquier otra lengua, la conexión perdurará hasta la eternidad que me trajo y la misma eternidad que me absorberá... no podría vivir, no podría respirar careciendo de un cable a tierra implícito en el nexo entre mis plantas y el suelo... porque eso me permite saber que pertenezco a un tiempo, y que no soy más que "yo mismo" incorporado a un cuerpo que es cáscara prestada...
sí mi querido, ya te lo dije, dejé mi oración colgada en el Tíbet, a más de cinco metros de altura, porque no iba tras ninguna cima, porque la única cumbre que buscaba estaba en mi propio espíritu y mi propia alma, y no más que allí... porque considero que las laderas del espíritu o los acantilados del alma son suficiente desafío como para trepar la vida... si la bandera que te identifica no está en tu propia cumbre... simplemente no hay vida, porque tampoco hay motivo... y al no haberlo, has desconocido el don de tu gracia que debería ser traducido a un talento que, no es otra cosa, que el puente que deberías construir para ser un "ser social" durante tu estadía en la tierra... 
sí mi querido, ya te lo dije, hice un apacheta de equilibrios en el Tibet... coloqué piedra sobre piedra hasta que logré que se sostuvieran en armonía una sobre otra... mojándolas para bendecir el momento de la unión de las fuentes con el aire, con los cielos y con la consideración de los dioses observando... no fue la única apacheta, hice muchas a lo largo de mi vida, siempre en soledad y siempre en el silencio de los hechos, esos que te guardan si saben que tú los guardas... el túmulo o el cairn son nexos del alma de cada quién con el suelo que se transita... es una honra hacia los legados ancestrales... porque de ellos venimos y hacia ellos vamos, y deben ser honrados mediante hechos que enaltezcan el mañana necesario de los que aún no llegan, de los que aún no nacen, porque no se les ha concedido "vientre" para recibir el baño de madre...
sí mi querido, ya te lo dije... la vida consiste en cosas sencillas, simples... cuando el prójimo complica el presente que respiras, debes tomar distancia y ver mediante los ojos del alma... esos te indicarán si se trata de un error o si se trata de una "intención" común al karma que la genera... si hay intención, es necesario huir, esfumarse, desaparecer, porque la carga inmoviliza y el aura opaca consume el karma del que complica la realidad innecesaria creando un estado de zozobra que opera al modo de hoguera... nadie debe vivir ni compartir la inquisición ajena... porque los paraísos que traducen la paz de los espíritus son lejanos a los infiernos que devoran el odio donde anida el cinismo en aquellos que hacen de sus vidas una guerra que les justifica su propia miseria humana...
sí mi querido, ya te lo dije... siempre he necesitado de divisar un horizonte abierto... distante... que me asegure que camino en la dirección elegida por el karma que porto como memoria de mi tiempo... no puedo vivir entre edificios... no puede sentirse enclaustrado entre paredes... me desconecta el cemento... y me siento a merced de la tormentas humanas que no terminan... y veo humanos navegando en mares humeantes de vanidades no resueltas, transportando egos densos que pesan toneladas de mezquindades y necedades... gentes que no escuchan... ni aún poniendo la oreja displicente... gentes que no ven... ni aún teniendo la enseñanza delante de sus ojos...
sí mi querido, no te lo dije... soñé un cielo extraño que podía alcanzar con la voluntad del esfuerzo cotidiano... y seguí el camino trazado por la letra impresa en el libro de la vida, haciendo honor al brote del árbol en el que fui inscripto... 
he sido feliz... en la soledad... en el silencio... en la reflexión y en el recogimiento... en la amistad sincera y en el puente mensajero... y eso debo decirte, todo aquello con lo que he soñado, lo supe soñar entendiendo que es la conexión con el más allá del donde procedemos y hacia donde vamos...
lo soñé...
lo supe soñar...
entendiendo que sin el otro no somos nada...
asumiendo que no somos más que nuestro prójimo...
definiendo que el aplauso no debe confundirte...
comprendiendo que la sonrisa debe traducirse en el color del aura de quien sonríe...
atendiendo que el abrazo es una conexión eterna que conjuga las auras, y cuando ello no sucede, el abrazo no es más que un acto de traición al que miente la convicción y la voluntad comprometida...
finalmente, querido mío, nada te llevas más allá de tus afectos sembrados y recogidos... incluso aquellos sembrados y no brotados... 
no puedes llevarte monedas, propiedades, títulos ni tampoco honores... porque todo eso es ficticio, propio de egos densos y mal alimentados... no hay oros en el viaje a la eternidad... no hay bienes ni bienestares... sólo tu alma en comunión con tu espíritu y el estado de tu consciencia...
sí, lo soñé... 
y descubrí que lo supe soñar... 
y esto es suficiente para que me sienta conforme conmigo mismo... no me debo nada... no debo nada...
como siempre, lo que me deben o me deban... se resolverá en el próximo encuentro... porque de eso se trata la eternidad. SEPTIEMBRE 02, 2017.-
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Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes

el dispensador agrega: las pinturas de mi hermana, la española con mayúsculas, sí... han sido el portal hacia la eternidad anhelada... ¿qué más puede pedirse?... 

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