El ‘Shuowen Jiezi’ y los caracteres chinos
El ‘Shuowen Jiezi’ (说文解字) fue el primer diccionario etimológico que comprendió la escritura china y que trató de ofrecer una base lógica a la escritura de los caracteres así como a su significado. El erudito Xu Shen lo terminó en el 100 d.C., tras 22 años de arduo trabajo.
En un intento por reforzar la unificación del estado y centralizar la cultura, el emperador Han Wudi (汉武帝, 157-87 a.C.), durante la dinastía Han anterior (前汉, 206 a.C. – 25 d.C.), fundó la Academia Imperial de estudios superiores (太学, tàixué), que tenía más de 30.000 estudiantes, para estudiar los clásicos de Confucio. Por aquel entonces, coexistían dos tipos distintos de escritura. Por un lado, se escribía según el estilo lishu (1) (隶书), también conocido como “caracteres modernos clásicos” y, por otro, el estilo zhuanshu (2) (篆书), “caracteres antiguos clásicos”. Esta diversidad a la hora de escribir y leer dificultaba la comprensión de los clásicos confucianos por lo que un erudito llamado Xu Shen (许慎, 30-124 d.C.), durante el reinado de la dinastía Han Posterior (后汉, 25-220), estableció el primer análisis de los caracteres chinos teniendo en cuenta todos los componentes que se podían encontrar en un mismo carácter.
Xu Shen dividió en el ‘Shuowen Jiezi’ la formación de los caracteres chinos en seis principios. En la actualidad, al menos la mitad de los caracteres simplificados actuales pueden ser analizados y leídos según alguno de estos seis principios. Ilustraciones de Xavi Sepúlveda.
El estudio fue compilado en quince tomos en el diccionario etimológico Shuōwén jiězì (说文解字) y acabado en el 100 d.C., tras 22 años de arduo trabajo, aunque no fue publicado hasta algunos años más tarde. En él se encuentra una explicación del sentido de las palabras como bien indica su nombre. Este libro fue el primer diccionario etimológico que comprendió la escritura china y que trató de ofrecer una base lógica a la escritura de los caracteres así como a su significado. Con un total de 9.353 caracteres y 540 componentes, Xu Shen clasificó los símbolos con un cierto orden, de modo que aquellos que tenían un mismo componente común pertenecían a una misma categoría. Una de las características de esta división en el Shuowen Jiezi es la distinción y ordenación de los caracteres que hizo al establecer una “categoría que encabeza” el listado de los mismos. Esta categoría dio lugar a lo que hoy conocemos como “radical” (部首, bùshǒu). Pese a ser considerado el primer diccionario etimológico, ya existían anteriormente algunos como el Fāngyán (方言), literalmente “el dialecto regional”, o el Ěryǎ (尔雅).
El Fāngyán pertenece a Yang Xiong (3) (扬雄, 53 a.C.-18 d.C.), otro erudito de la dinastía Han. Este diccionario cuyo título original era “輶轩使者绝代语释别国方言”, fue el primer diccionario chino que estableció una distinción entre los términos dialectales. Está dividido en 13 capítulos y tiene un total de 9.000 entradas. Erya fue la primera obra lexicográfica de la escritura china, que data de principios del siglo III a.C. Pese a que el autor de esta obra se desconoce, ha sido tradicionalmente atribuida a algunos discípulos de Confucio, quienes querrían difundir los términos que aparecen en los Libros Clásicos. Esta compilación tiene definiciones breves de casi 4.300 palabras, todas ellas organizadas y divididas en 19 categorías semánticas, lo que facilita mucho su búsqueda. El diccionario lexicográfico se centra en el significado de los caracteres, a diferencia del Shuowen Jiezi, el cual relaciona la composición de los caracteres con su significado conjunto.
El Shuowen Jiezi es un diccionario etimológico y, por ello, confiere un énfasis especial al estudio semántico de los caracteres. Los caracteres chinos están formados por “componentes” que siguen un orden específico de trazo y reglas para su formación. Mediante su análisis se intenta hacer un estudio profundo de las distintas partes de los caracteres. Xu Shen dividió la formación de los caracteres en los seis principios de formación:
- El primero es el pictográfico (象形, xiàngxíng). Este principio se extiende a todos aquellos pictogramas que, en sus inicios, representaban objetos naturales de forma gráfica y que eran fácilmente identificables, como por ejemplo 日 (rì, ‘sol’), 月 (yuè, ‘luna’), 山 (shān, ‘montaña’) o 马 (mǎ, ‘caballo’).
- El segundo principio es el deíctico (指事, zhǐ shì) que es, a menudo, una forma derivada de un pictograma. Normalmente son caracteres que designan un concepto abstracto, como pueden ser 上 (shàng, ‘arriba’) o 下 (xià, ‘abajo’).
- El tercer principio es el indicativo compuesto (会意, huìyì). Se trata de la combinación de dos pictogramas que, de algún modo, asocian ideas. Dos ejemplos pueden ser 武 (wǔ, ‘guerra’) y 明 (míng, ‘brillante’). El carácter 武 contiene el componente de 戈 (que significa “alabarda”) y 止 (que significa “base”). Por ejemplo: 明 se forma con la unión del sol (日) y de la luna (月). Otros ejemplos pueden ser los ideogramas 信 (xìn, ‘creer, confiar’) o 旦 (dàn, ‘el alba’). 信 proviene de 人 (rén, ‘persona’) y de 言 (yán, ‘discurso, habla’), mientras que 旦 proviene del sol (日) y del horizonte.
- El cuarto principio es el semántico fonético (形声, xíngshēng). Este principio da lugar a ideofonogramas. En él encontramos compuestos con una parte semántica y otra fonética clave, como por ejemplo 妈 (mā, ‘mamá’), que está compuesto por el radical de 女 (nǚ, ‘mujer’) y por el de 马 (mǎ, ‘caballo’). En este caso, sería 女 el que aporta la carga semántica, mientras que 马 aporta la parte fonética al significado conjunto del carácter.
- El quinto es el de los préstamos fonéticos (假借, jiǎjiè). Este principio trata aquellos caracteres que se pronuncian de forma similar pero tienen un significado diferente, como por ejemplo北 (běi, ‘norte’) y 背 (bèi, ‘espalda’). En un principio, 北 significaba “espalda”, pero más tarde fue el carácter de 背 el que significó espalda.
- El sexto principio es el de carácter derivado (转注, zhuǎnzhù). Se trata de un principio que no fue lo suficientemente clarificado por Xu Shen. En el texto original cita los ejemplos de 考 (kǎo, ‘prueba’) y de 老 (lǎo, ‘anciano’). En su inicio, el primer carácter (考) significaba “anciano”, al igual que el segundo. Más adelante, adquirió el significado de “examinar”.
En la actualidad, al menos la mitad de los caracteres simplificados actuales pueden ser analizados y leídos según alguno de los seis principios de la formación de los caracteres.
Notas:
1. El estilo de escritura lishu (隶书, lì shū) –escritura administrativa– fue esencial después de la aparición del zhuanshu (篆书, Zhuànshū). Fue empleado sobre todo en la dinastía Han. Una de las características de esta escritura es que, a diferencia de las otras cuatro, es bastante redondeada.
2. La escritura zhuanshu (篆书) –escritura de sellos– es una de las más antiguas de toda China. Era la misma que se utilizaba en la antigüedad al grabar sobre piedra, caparazones de tortuga y huesos. Es un estilo irregular, sin ganchos ni curvas.
3. Yang Xiong (扬雄, 53 a.C.-18 d.C.) fue un erudito de la dinastía Han. Por su posición en la corte tenía que alabar las virtudes del emperador Cheng (成帝), para quien escribió diversos poemas. Algunas de sus obras más famosas fueron el Fǎyán (法言), que fue una obra inspirada en las Analectas de Confucio, el Tàixuán (太玄) o el diccionario de habla regional Fāngyán (方言).
Más sobre los principios de formación de los caracteres chinos según el ‘Shuowen Jiezi’:
- El ‘Shuowen Jiezi’ y los caracteres chinos (I)
- Formación de los caracteres chinos según el ‘Shuowen Jiezi’ (II)
- Formación de caracteres a través del radical de árbol (木). Shuowen Jiezi (III)
- Formación de caracteres a través del radical de hierba (艹). Shuowen Jiezi (IV)
- Formación de caracteres a través de los radicales de hombre (大) y mujer (女). Shuowen Jiezi (V)
- Formación de caracteres a través del radical de ojo (目). Shuowen Jiezi (VI)
- Formación de caracteres a través del radical de sol (日). Shuowen Jiezi (VII)
- Formación de caracteres a través del radical de persona (人). Shuowen Jiezi (VIII)
- Formación de “los caracteres de la luna”. Shuowen Jiezi (IX)
Publicado originalmente en la Revista Instituto Confucio.
Número 28. Volumen I. Enero de 2015.
Número 28. Volumen I. Enero de 2015.
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