miércoles, 27 de febrero de 2013

NO PUDE DECIRTE ▲ El niño que acabó siendo Picasso | Cultura | EL PAÍS

El niño que acabó siendo Picasso | Cultura | EL PAÍS

El niño que acabó siendo Picasso

Una muestra indaga en los primeros años malagueños del pintor


'Cenachero, croquis y caricaturas' (1899), obra de Picasso.
De niño, Picasso pintaba como un adulto, un dominio de la técnica y una seguridad que revelaban el talento precoz del hijo de José Ruiz Blasco. Picasso copiaba a su padre, profesor de dibujo y conservador del Museo Municipal de Málaga, quien adoctrinó al niño no solo para que siguiera sus pasos sino para que finalmente le ganase la partida. Algunos cuadros del padre se enfrentan ahora a los del hijo, formando parte de la singular exposición Picasso de Málaga. Obra de primera época. Inaugurada ayer en el Museo Picasso de la ciudad andaluza —que celebra su décimo aniversario— la muestra apunta al tuétano del genio.
Picasso de Málaga no solo fija el lugar de su ciudad natal en su imaginario de adulto (los toros, el sol, la cerámica, las palomas…), sobre todo nos pone en contacto con el niño que una vez fue el todopoderoso artista. Empujado, estimulado y arropado por una familia que no esperó de él otra cosa que el éxito: “Cuando yo era niño mi madre me decía: ‘Si llegas a ser soldado, serás general. Si cuando seas mayor eres monje, llegarás a ser Papa’. Pero en lugar de todo eso fui pintor y terminé siendo Picasso”.

“Pablo fue hijo de pintor, algo que muchas veces se olvida. Mamó desde niño un ambiente artístico que potenció su talento”, señala Xavier Vilató, nieto de Lola, una de las hermanas del pintor. Ella y su madre, María Picasso, guardaron cada dibujo, cada recorte, cada balbuceo artístico del niño. Para Malén Gual, conservadora del Museo Picasso de Barcelona, ese celo de la familia nos permite hoy conocer a la perfección la evolución del artista. “Cómo, por ejemplo, estando ya su familia en Barcelona, él viajaba en verano aquí y cómo, lejos de la losa de la academia, suelta la pincelada más que nunca”.

Para Vilató hay un rincón excepcional en la exposición, el que cruza los cuadros de palomas del padre con los del hijo. “Es para mí el gran símbolo”, dice. Picasso evocaba así las palomas de su padre: “Mi padre pintaba cuadros de comedor, de aquellos que tienen perdices o pichones, liebres y conejos. Su especialidad eran las aves y las flores. Sobre todo palomas y lilas. Lilas y palomas... Una vez hizo un cuadro enorme que representaba un palomar abarrotado de palomas... una jaula con centenares de palomas. Con miles y millones de palomas... Estaban puestas en filas como en un palomar: un palomar enorme”.


Natasha Staller: “Sus ideas fundamentales se fraguaron aquí”

No son millones de palomas, ya sabemos que todo genio exagera, pero el cuadro, pintado en 1878, ilustra hoy perfectamente esas raíces malagueñas, ese “paraíso perdido”, como señala el comisario Rafael Inglada, quien siente especial debilidad por un viejo pescador que Picasso pintó sobre los 13 años, justo después de visitar el Prado con su madre, “o el de la tía Pepa, maravilloso”. “Él vivió muy poco tiempo en Málaga, pero sus ideas fundamentales se fraguaron aquí”, asegura la catedrática estadounidense Natasha Staller.

El primer óleo que se guarda de Picasso es una marina que copió a su padre (que a su vez la había copiado de otro pintor de la época), la pintó con ocho años, a escondidas, debajo de una cama, iluminado por una vela. En una ocasión Picasso le dijo a Brassaï que cuando dibujaba a un hombre siempre pensaba en los rasgos de su padre, del que conservaba como un talismán la paleta y la caja de pinceles que le dejó a su muerte. Con los años Picasso mató al padre, al que retrató con una fuerza insólita y casi oscura, con nariz y manos totémicas, y también se alejó de Málaga. Su última visita es una zona misteriosa de su biografía. Viajó al sur con su amigo Carlos Casagemas para sacarle de la fuerte depresión que padecía, pero por alguna razón lo abandonó en la ciudad andaluza. Cuando Casagemas vuelve a Barcelona se suicida y Picasso no regresa ya nunca más a la ciudad que, de la mano de su padre, le empujó a pintar.

El ‘Retrato de la madre del artista’ ocultaba un inédito | Cultura | EL PAÍS

El ‘Retrato de la madre del artista’ ocultaba un inédito

La restauración de un óleo de Picasso descubre un dibujo


'Retrato de la madre del artista', la obra restaurada y la obra desconocida del autor localizada en su reverso. / MUSEO PICASSO DE BARCELONA

De perfil, medio adormecida, con la cabeza inclinada y los párpados cerrados, como si descansara tras una jornada agotadora. Así pintó Picasso con 15 años a su madre María en 1896, en Retrato de la madre del artista, una de las obras más representativas de la producción del joven pintor. La obra ha sido sometida a un proceso de restauración y estudio exhaustivo en el Museo Picasso de Barcelona, donde se expone. Tras retirar el cartón que daba rigidez a la pintura en pastel, ha quedado al descubierto un dibujo al carbón inédito: un personaje masculino fumando en pipa, pintado de forma invertida respecto a la figura de la madre.

Para Reyes Jiménez, jefa de restauración del museo, “no hay duda de que la pintura desconocida es anterior a la de su madre, ya que en caso contrario habría destruido la pintura al pastel en el momento de realizarse”. La especialista mantiene que el personaje con pipa es semejante “en técnica, interpretación del claroscuro y papel usado” a Busto de caballero del siglo XIX, otra obra propiedad del museo. Este dibujo presenta dos marcas en sus vértices superiores: a la derecha un 2 y a la izquierda las iniciales IB, “posiblemente perteneciente al visto bueno de su profesor en A Coruña, Isidoro Brocos, por lo que los dos se tratan de ejercicios de formación”. El dibujo inédito, según la restauradora, denota que Picasso tenía un gran control de la difícil técnica del pastel ya en Galicia, “por lo que en esta ciudad ya había alcanzado un nivel de conocimiento pictórico mayor de lo que pensábamos”, subraya.

Según Jiménez, mientras que el modelo de inspiración del busto del caballero fue una terracota datada en 1878 en Sevilla, para el personaje de la pipa, Picasso se habría basado directamente en una pintura o un grabado.

Retrato de la madre del artista, es una de las 921 obras que el propio Picasso donó en 1970 al museo de Barcelona con pinturas que su familia, su madre, hermana y sobrinos, tenían en la ciudad, la mayoría integrada por óleos y dibujos de su etapa infantil y juvenil. “Con el tiempo el cuadro se ha deformado por las tensiones provocadas por el soporte y estaba en peligro de fractura y de supervivencia”, explicó Jiménez. Ahora, se ha eliminado el soporte secundario, aplanado las deformaciones y reintegrado las pérdidas del material del soporte y del color.

Hasta el 7 de abril las tres obras: el original restaurado, su reverso y el otro dibujo de formación, se pueden ver en una presentación excepcional, en la sala neoclásica del palacio del Baró de Castellet, uno de los edificios que conforman el Museo Picasso. La estancia, fechada en el siglo XVIII y decorada a la moda afrancesada que el barón descubrió tras un viaje a San Petersburgo, es uno de los pocos ejemplos conservados de este estilo en Barcelona. También se ha restaurado recientemente, tras invertir 30.000 euros. Tras la exposición, la pintura volverá a su lugar de exhibición habitual y la parte trasera solo se podrá ver de forma excepcional.

La primera comunión, el primer gran lienzo académico pintado en 1895 por Picasso, y la serie de Las Meninas, serán las siguientes obras que pasarán, cuando se encuentre financiación, por el taller de restauración. El Museo Picasso nació en 1963, ahora hace 50 años. El aniversario coincide con el cambio de estatus de este centro dedicado a la exhibición y estudio de la obra del genial pintor malagueño, sobre todo de su etapa de formación. El pasado 21 de diciembre, el pleno municipal aprobó, con el apoyo de todos los grupos, cambiar que la gestión del centro pase directamente del ICUB a una fundación llamada Fundación Museo Picasso de Barcelona. En los próximos días se constituirá el patronato en el que estarán representados el Ayuntamiento (que seguirá conservando la titularidad de los edificios y de las 3.800 obras de la colección permanente) y la Fundación Barcelona Cultura, compuesta por una veintena de grandes empresas españolas como La Caixa, Telefónica o Repsol.


el dispensador dice:
no pude decirte,
que detrás del niño había un adulto triste...
no pude decirte,
que detrás de aquel niño,
había vidas honradas en inocencias silentes...
no pude decirte, 
que las circunstancias son,
según los ángulos que las asisten...
no pude decirte,
que no estaba en mis manos,
el don de dibujar lo que existe...
no pude decirte,
que afinaba mi alma,
en un pentagrama de silencios persistentes...
no pude decirte,
que mi espíritu no había venido a jugar...
tampoco a aceptar ni siquiera a tolerar...
que era demasiado importante un mensaje dejar,
a efectos que otros, más tarde,
pudieses entender y soñar...
no pude decirte,
que no te podía pintar,
aún sabiéndote amar,
no tenías nada para decirme,
tal vez por ello,
no te pude, ni te quise escuchar...
no pude decirte,
que ningún tiempo me pudo contener,
como tampoco ninguno me puede portar,
ya que a pesar del cuerpo,
sigo estando en mí mismo, transitando un más allá...
no pude decirte,
que uno debe enaltecer el valor de la libertad,
al precio que sea,
porque nada nos pertenece,
ni siquiera la piedad...
no pude decirte,
que uno nada se puede llevar,
más que el afecto sembrado,
en el espíritu de la eternidad,
ese ángulo que aquí se llama amistad...
no pude decirte,
que vine bajo el designio de la sensibilidad,
por ende sabiendo ver,
que hay detrás de cada intencionalidad...
no pude decirte,
que nada ni nadie me puede engañar,
salvo que ése sea el deseo del eco de aquello que no se debe cambiar...
no pude decirte,
que veía las auras vibrar,
que había ángeles que me podían ayudar,
que había una consciencia que siempre me habría de guiar...
no pude decirte,
que he aprendido a cruzar el umbral,
que sé de túneles,
y de cielos cambiar...
no pude decirte,
que no puedo cantar,
que llevo los acordes en mi alma,
siempre vestidos de Bach...
no pude decirte,
que sé lo que significa llorar,
que no tiene precio,
aquello con lágrimas se puede interpretar...
no pude decirte,
que me cuesta reir,
pero que he sabido asistir,
a la vida con el humor que contribuye a aceptar...
no pude decirte,
que nunca entendí qué significa apostar,
que en mi esencia sólo asumo el sentido de "amar"...
entendiendo que nadie es de nadie,
más que un dejarse llevar bajo el sentido del "acompañar"...
no pude decirte,
que amar no es herir,
ni tampoco empujar,
sino compartir el momento,
que al no repetirse... no volverá...
no pude decirte,
que irme implica no regresar,
que la mirada queda hacia adelante,
y que la historia permanece sólo por detrás...
no pude decirte,
que no está en mis fibras,
discutir, tampoco pelear,
el tiempo que se lastima no se puede recuperar...
no pude decirte,
que estar presente,
puede significar "no estar",
así como no pude decirte,
que estar ausente,
puede significar "estar",
porque lo que es del alma,
no se puede traducir,
ni siquiera explicar.
Febrero 27, 2013.-






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