LIBROS / FOTOGRAFÍA
Atrapar lo invisible
El holandés Anton Corbijn lleva 35 años fotografiando a Tom Waits
Ahora sus fotografías se mezclan con imágenes y textos del propio músico en un libro
El libro incluye un prólogo del conocido crítico musical Robert Christgau, un texto lúcido que remite sin rodeos al centro de la poética de Waits. Si hay que reducir su oficio a uno solo, este sería “contador de historias”. No son otra cosa sus canciones: relatos breves envueltos en un ropaje teatral que Waits encapsula en las ásperas modulaciones de su voz. Christgau enumera unas cuantas favoritas, a sabiendas de que son decenas las que podrían figurar en lugar de ellas: Postal de Navidad enviada por una prostituta de Minneapolis, Invitación al blues, Chica de Nueva Jersey, Halcones nocturnos en el diner. El último título remite a Hopper y a Carver a la vez, aunque son muchos más los ecos que asoman.
Uno de los momentos mágicos del volumen es el brevísimo texto de presentación escrito por Jim Jarmusch, apenas media página. Intenso y fugaz como un relámpago, de las fotos de Corbijn afirma: “No sabría muy bien cómo describirlas. Es como si alguien le hubiera dado una cámara fotográfica a Hamlet o a Baudelaire, o incluso a Harpo Marx”. El acierto es triple: teatro, poesía y humor silencioso, aunque no está claro si vale más para el personaje que para quien lo retrata. Ciertamente, Waits se siente cómodo en su papel de bufón. ¿Qué hace si no encaramado en un tejado, con un paraguas abierto, como si fuera Mary Poppins? ¿O subido a un árbol sin hojas, imitando los gestos de un primate? ¿O apuntando al espectador con una pistola de agua? ¿O caminando por la arena con una silla a la espalda, y la bocina de un gramófono y un violín en las manos?
No sabría muy bien cómo describir las fotografías. Es como si alguien le hubiera dado una cámara a Hamlet o a Baudelaire, o incluso
a Harpo Marx
Nadie lo ha dicho como él, pero Jarmusch no es el único a quien le ocurre algo así con Waits. Su contribución en Curiosidades resulta crucial en más de un sentido. La clave de todo lo que hace Waits está en sus cuadernos. En el largo encuentro que mantuve con él hace algún tiempo en un bar de carretera cerca de Petaluma, fue lo primero que sacó a relucir. Grabé entonces muchas más palabras de las que caben en un reportaje. Algunas cobran pleno sentido ahora. Waits describió así el contenido de las libretas que lleva consigo a todas partes: “Hay de todo. Listas de la compra, cosas que tengo que hacer y cosas que no tengo que hacer. Lo escribo todo sin seguir ningún plan. Las palabras tienen que encontrar su propia lógica por su cuenta”. Una expresión le hizo detenerse: “Mosca negra”, leyó. “Quería escribir una canción protagonizada por una mosca negra. Al final del verano su cuerpo ha aumentado mucho de tamaño. Pesan más y se mueven con dificultad. Andan merodeando por donde hay restos de comida y resulta muy fácil cazarlas. Saben que van a morir pronto”.
Los cuadernos que entreví entonces aparecen aquí abiertos de par en par. Primero los fotografía Corbijn. En la página 195 hay una imagen que recoge este rincón secreto del laboratorio de Tom Waits: seis cuadernos en total, tres abiertos, con las páginas llenas de trazos, y cuatro cerrados, con tapas de distintos colores. Otro segundo componente de la técnica compositiva del cantante, tan afín al collage, son los periódicos. Instigado por Kathleen Brennan, su mujer, íntima colaboradora del proceso creativo llevado a cabo por el músico, Waits suele recortar noticias y guardarlas. En Petaluma explicó el proceso con estas palabras: “Muchas veces, si uno se fija bien descubre que no hay que escribir ninguna canción. Ya está hecha, completa, terminada, delante de tus narices, en el periódico, por ejemplo. Por eso estoy siempre tan atento a lo que veo”.
En la foto de Corbijn por debajo de los cuadernos asoma la portada amarillenta del Lincoln Evening News, publicado en Lincoln, Nebraska, el 19 de abril de… el año no se distingue, solo el precio, 5 centavos. El titular, hacia la parte inferior de la página, dice: “Asesino. San Petersburgo, 18 de abril. Un desconocido abate a disparos a un oficial ruso de alto rango y se da a la fuga”. ¿Cuántas canciones de Tom Waits nacieron así?
En las últimas fotos, Waits tiene 61 años, pero aparenta más. Hacia el final de la serie hay dos retratos escalofriantes. En uno de ellos el cantante está en su estudio, rodeado de libros, leyendo con la ayuda de unas gafas de lentes gigantescas que le dan aspecto de abuela. En otra está ante el teclado, pero no del piano, sino de una ancestral máquina de escribir. La foto guarda relación con uno de los trabajos visuales más impactantes del libro: Semillas. Es en esta máquina donde tecleó los nombres de los héroes personales que figuran en su pieza.
En las últimas fotos, Waits tiene 61 años,
pero aparenta más. Hacia el final de la
serie hay dos retratos escalofriantes
Son muchas las imágenes que tienen una fuerza especial en la inclasificable serie de curiosidades concebidas por Tom Waits. Una de las más poderosas lleva el título de Semillas. Es un collage en el que aparecen mecanografiados los nombres de personajes por los que el cantante siente una devoción particular. Me tomé la molestia de separarlos en dos grupos, en función de lo cerca que me parecía estar de ellos:
a) Thelonious Monk, Jack Kerouac, James Brown, Cantinflas, Gregory Corso, Nina Simone, Stravinski, Ike y Tina Turner, Alfred Hitchcock, Samuel Beckett, Charles Bukowski, Ray Charles y Houdini.
b) Reverendo Gary Davis, Nelson Algren, Fisk Jubilee Singers, Harry Partch, Big Joe Turner, Hank Ballard, Mabel Bercer, Sticks McGee, Charley Patton, Skip James, Alvin Cash, reece DJ Pancake, Frank Stanford, Roland Kirk, Bernard Herman, Chester Burnette y Little Water.
Un mapa perfecto, histórico, de la mente del artista. Músicos, literatos, un payaso inesperado (Cantinflas), un mago (Houdini). Otro (Hitchcock), y así sucesivamente. Seguir la pista de los nombres menos conocidos fue un ejercicio fascinante.
El guardián de las semillas
Tom Waits
Waits-Corbijn (‘77-‘11). Anton Corbijn, Tom Waits. Schirmer/Mosel-Verlag GmbH, 2013. 272 páginas. 179 dólares. Edición limitada de 6.600 copias.
el dispensador toma:
Wikipedia:
Parábola del sembrador - Wikipedia, la enciclopedia libre
La parábola del sembrador es una de las parábolas de Jesús encontrada en los tres Evangelios sinópticos, Mateo 13:1-9, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8, además en el evangelio apócrifo de Tomás (9).
El texto de la parábola según el evangelio de Marcos es el siguiente:
el dispensador dice:
puedes fotografiar a las personas,
puedes fotografiar alguna de sus obras,
puedes fotografiar algunos de sus momentos,
puedes fotografiar algunas de sus circunstancias,
puedes fotografiar algún instante,
puedes fotografiar paisajes,
puedes fotografiar algunos hechos...
pero no puedes fotografiar emociones,
no puedes fotografiar sensaciones,
no puedes fotografiar intenciones,
no puedes fotografiar misericordias,
no puedes fotografiar compasiones,
no puedes fotografiar solidaridades,
no puedes fotografiar desprecios,
no puedes fotografiar pensamientos,
no puedes fotografiar reflexiones...
cada acto de la vida,
opera al modo de una semilla,
de algún árbol viene,
a alguna tierra va...
y la tierra puede ser tierra,
así como la arena puede ser tal,
así como puede ser la semilla de un vendaval...
cada vez que piensas algo,
dicho pensamiento es una semilla...
cada vez que pronuncias algo,
dichas palabras son en sí mismas semillas...
cada vez que haces algo,
dicho "hacer" es una semilla...
cada vez que ignoras algo,
dicha ignorancia, también es una semilla...
todas las semillas están contadas,
las más destacadas,
las más despreciables...
las queribles,
también las negables...
porque todo lo que sucede en el mundo humano,
cursa como fruto...
dependiendo del lugar,
dependiendo del tiempo,
dependiendo del momento,
dependiendo de la intención,
y de todo aquello que al ser parte del destino... forma parte del universo.
curiosamente,
el ser humano y su gracia,
también son una semilla...
JUNIO 03, 2013.-
el dispensador toma:
Wikipedia:
Parábola del sembrador - Wikipedia, la enciclopedia libre
La parábola del sembrador es una de las parábolas de Jesús encontrada en los tres Evangelios sinópticos, Mateo 13:1-9, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8, además en el evangelio apócrifo de Tomás (9).
El texto de la parábola según el evangelio de Marcos es el siguiente:
Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando Él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: «He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.
el dispensador dice:
puedes fotografiar a las personas,
puedes fotografiar alguna de sus obras,
puedes fotografiar algunos de sus momentos,
puedes fotografiar algunas de sus circunstancias,
puedes fotografiar algún instante,
puedes fotografiar paisajes,
puedes fotografiar algunos hechos...
pero no puedes fotografiar emociones,
no puedes fotografiar sensaciones,
no puedes fotografiar intenciones,
no puedes fotografiar misericordias,
no puedes fotografiar compasiones,
no puedes fotografiar solidaridades,
no puedes fotografiar desprecios,
no puedes fotografiar pensamientos,
no puedes fotografiar reflexiones...
cada acto de la vida,
opera al modo de una semilla,
de algún árbol viene,
a alguna tierra va...
y la tierra puede ser tierra,
así como la arena puede ser tal,
así como puede ser la semilla de un vendaval...
cada vez que piensas algo,
dicho pensamiento es una semilla...
cada vez que pronuncias algo,
dichas palabras son en sí mismas semillas...
cada vez que haces algo,
dicho "hacer" es una semilla...
cada vez que ignoras algo,
dicha ignorancia, también es una semilla...
todas las semillas están contadas,
las más destacadas,
las más despreciables...
las queribles,
también las negables...
porque todo lo que sucede en el mundo humano,
cursa como fruto...
dependiendo del lugar,
dependiendo del tiempo,
dependiendo del momento,
dependiendo de la intención,
y de todo aquello que al ser parte del destino... forma parte del universo.
curiosamente,
el ser humano y su gracia,
también son una semilla...
JUNIO 03, 2013.-
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