EL LIBRO DE LA SEMANA
La epopeya de un país
Erico Verissimo ofrece un gran retrato histórico de Brasil a través de cuatro familias
El primer volumen de esta intensa trilogía, ‘El continente’, se publica ahora en España
La literatura brasileña crece en el exterior al mismo ritmo que su economía en los mercados internacionales. Convertido en una especie de controvertido El Dorado contemporáneo para los jóvenes portugueses (y no solo para los portugueses, también para españoles e italianos, especialmente), que ven en el mayor país sudamericano la única oportunidad de futuro sin tener que cambiar de lengua, Brasil continúa una feliz expansión cultural a la que España no ha sido ajena en estos últimos años. Y la historia de esa expansión tiene también algo de metáfora económica: el número de libros traducidos aumenta considerablemente cada año, y este hecho se hace especialmente significativo porque partíamos de un escenario de casi absoluto desconocimiento de su mundo editorial.
Por eso, junto a la aparición más o menos arbitraria de jóvenes escritores brasileños importados de la mano de algún premio en su país, se hace justo reconocer la trascendencia de la publicación de El continente, de Erico Verissimo (1905-1975), uno de los libros estructurantes y, al mismo tiempo, más conocidos y populares de la literatura brasileña del siglo XX. Su autor, periodista y editor (vinculado a la mítica Editora do Globo, de Porto Alegre), además de autor de novelas, cuentos, libros de viajes, autobiografía y ensayos, fue también traductor, y uno de los más prestigiosos de su país, de escritores como Edgar Wallace, Aldous Huxley o John Steinbeck. Una personalidad singular, sin duda, que ha hecho del suyo uno de los nombres más reconocidos de la literatura brasileña de su siglo.
El continente, publicado en 1949, constituye la primera parte de la monumental trilogía El tiempo y el viento, de la cual forman también parte El retrato (1951) y El archipiélago (1961). Los tres títulos suman un total de más de dos mil páginas en las que Verissimo ofrece al lector una gigantesca aproximación a la historia de Brasil vista desde el Estado de Rio Grande do Sul, junto a las fronteras de Uruguay y Argentina, convertido en una especie de microcosmos con papel destacado para la propia formación del Estado “gaucho”, uno de los gentilicios de aquella tierra donde se fusionan las influencias culturales. Así, el lector que se adentre en la trilogía tendrá la oportunidad de recorrer dos siglos de la historia del sur del Brasil, desde mediados del siglo XVIII, con la ocupación del Continente de San Pedro, y 1945, fin del Estado Nuevo fundado por Getúlio Vargas en 1937.
El continente es un
libro estructurante y,
al mismo tiempo, uno
de los más conocidos y populares de la literatura brasileña
del siglo XX
El continente, parte inicial de esta gran epopeya, se sirve de las estrategias propias del neorrealismo para narrar la historia de la fundación del Estado a través de la intrahistoria de cuatro familias, cuyas vidas y relaciones sirven de argumento a Verissimo para ofrecer el relato de una sociedad conflictiva, en la que confluyen jesuitas e indios con el telón de fondo de la violencia dominada por las luchas entre portugueses y españoles por dominar el territorio, y cuyas raíces se hunden en el siglo XVI. La lucha por la tierra y las guerras internas, siempre analizadas desde una perspectiva realista, que concede a su vez gran importancia al desarrollo psicológico de los personajes y no desdeña el uso de algunos argumentos del modernismo (la libertad lingüística con la que se expresa el narrador es buen ejemplo de ello), se apoderan de la obra hasta convertir al lector en un elemento más de la narración, atento a los ajustes y desajustes con que se articulan los principios identitarios del territorio en cuestión. El continente, que avanza en la historia señalada hasta finales del siglo XIX, tiene por todo ello algo de libro de historia y algo de tratado de mentalidades, siempre con unas virtudes narrativas indudables, que convierten a algunos de sus protagonistas (como la mítica Ana Terra) en personajes inolvidables de la cultura brasileña, con mucha frecuencia adaptados al cine o a la televisión.
Todo ello está a disposición del lector español gracias al trabajo encomiable de Basilio Losada, que nos ofrece una traducción rigurosa de un texto complejo, y que Antonio Machado Libros ha tenido la lucidez y la valentía de hacer llegar a nuestro mercado. El propio Erico Verissimo afirmó que “cuando soplan los vientos de cambio, unas personas levantan barreras, otras construyen molinos de viento”.
Esperemos que las barreras entre Brasil y España, entre España y los países lusófonos, hayan desaparecido para siempre, y que a la publicación de El continente puedan seguir las de los dos volúmenes que cierran esta trilogía monumental, El tiempo y el viento, tras cuya lectura es mucho más fácil comprender ese país, que es en realidad un continente o, casi, un planeta por explorar.
El tiempo y el viento. El continente. Erico Verissimo. Traducción de Basilio Losada. Antonio Machado Libros, 2013. 592 páginas. 20,90 euros
el dispensador dice:
hay fantasmas vagando,
paredes descascaradas,
ventanas que se han olvidado,
alguien por allí ha pasado,
se ha ido,
todo es imagen de un espejo quebrado,
ya nadie atiende lo que ha quedado,
poco a poco se va cayendo,
poco a poco se va derrumbando...
las gentes temen a los espíritus,
de allí que pasen de largo...
lentamente el ayer va alcanzando,
a una historia gastada,
recuerdos enterrados,
gana el silencio,
se escuchan pájaros,
los techos han caído,
el cielo está esperando,
aquí no quedan testigos,
de lo sucedido, de lo pasado...
nadie detrás de las ventanas,
nadie esperando lo inesperado.
JUNIO 11, 2013.-
el dispensador dice:
hay fantasmas vagando,
paredes descascaradas,
ventanas que se han olvidado,
alguien por allí ha pasado,
se ha ido,
todo es imagen de un espejo quebrado,
ya nadie atiende lo que ha quedado,
poco a poco se va cayendo,
poco a poco se va derrumbando...
las gentes temen a los espíritus,
de allí que pasen de largo...
lentamente el ayer va alcanzando,
a una historia gastada,
recuerdos enterrados,
gana el silencio,
se escuchan pájaros,
los techos han caído,
el cielo está esperando,
aquí no quedan testigos,
de lo sucedido, de lo pasado...
nadie detrás de las ventanas,
nadie esperando lo inesperado.
JUNIO 11, 2013.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario