martes, 18 de junio de 2013

SENTIR LAS HOJAS ▲ El secreto de crear pequeños lectores en las jornadas de Lecciones y Maestros | Cultura | EL PAÍS

El secreto de crear pequeños lectores en las jornadas de Lecciones y Maestros | Cultura | EL PAÍS

El secreto de crear pequeños lectores en las jornadas de Lecciones y Maestros

Las séptimas jornadas de Lecciones y Maestros de la UIMP y la Fundación Santillana reúne a Joan Manuel Gisbert, María Isabel Molina y Jordi Sierra i Fabra


Los escritores Jordi Sierra i Fabra (izquierda), Joan Manuel Gisbert y María Isabel Molina (sentada). / pablo hojas

Un recorrido por el origen de los lectores y una mirada a los embrujos que crean lo escritores para seducir a niños y jóvenes. El viaje a ese tiempo y espacio donde empiezan a nacer el placer de la lectura es al que está dedicado este año la séptima edición de las jornadas de Lecciones y Maestros organizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo UIMP) y la Fundación Santillana. Durante hoy y mañana los guías de este viaje que garantiza el futuro son Joan Manuel Gisbert, María Isabel Molina y Jordi Sierra i Fabra.

El Palacio de La Magdalena, en Santander, es el escenario elegido este año para que estos tres autores, conocidos por gran parte de los españoles, al estar incluidos en el plan escolar de lectura, hagan de cicerones este verano. Una manera de recordar no solo la importancia de crear lectores, sino de fomentar y promover la lectura justo en un momento en que los libros tienen cada vez más rivales en el ámbito del entretenimiento y del ocio. Si bien los libros infantiles y juveniles van quedando en el recuerdo a medida que se va creciendo, es gracias a ellos que se suelen crear los lectores de verdad.

"No es un género menor, aunque su presencia sea pequeña en los suplementos culturales de los periódicos, destinados lógicamente a lectores adultos", ha dicho en la inauguración Emiliano Martínez, presidente del Grupo Santillana en España. Es más, ha recordado, que la literatura infantil y juvenil es parte viva de la creación, y citó Mario Vargas Llosa cuando en su discurso de entrega del Premio Nobel de Literatura en 2010 que empezaba diciendo: “Aprendí a leer a los cinco años (…) es la cosa más importante que me ha pasado en la vida (…)”.



Joan Manuel Gisbert.

A ello han contribuido en el ámbito del español los tres maestros de estas jornadas. Joan Manuel Gisbert. (Barcelona, 1949) es uno de los principales exponentes de la transformación que se inició en la literatura para niños y jóvenes en España, a partir de los años ochenta. entre sus obras figuran Escenarios fantásticos, El misterio de la isla de Tökland, El museo de los sueños o La mansión de los abismos. La madrileña María Isabel Molina ha publicado títulos como El arco iris, La balada de un castellano y Las ruinas de Numancia y El señor del cero. Jordi Sierra i Fabra (Barcelona en 1947) es uno de los autores más prolíficos del panorma española. Ha publicado 400 títulos desde 1972 y ganado varios prem,ios nacionales. En 2004 creó la Fundació Jordi Sierra i Fabra, en Barcelona, y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra, en Medellín (Colombia).

La jornada de hoy dedicada a Gisbert, de quien Basilio Baltasar dijo en la presentación: "es considerado un narrador de sueños, un arquitecto de lo imposible, un hacedor de enigmas, un constructor de laberintos, un hechicero de las palabras, un creador de misterios, un fabricante de ilusiones y un viajero en el tiempo.
¿Cabe añadir algo más?

Sí: un diseñador de escenarios fantásticos, un guardián de olvidos, un descifrador de misterios arcanos, un explorador de abismos…"

El mundo de la creación literaria infantil y juvenil se suma así a las jornadas de años anteriores que ha abordado temas sobre literatura de ficción, ensayo e ilustración con autores como Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, José Saramago, Mario Vargas Llosa, Javier Marías, Arturo Pérez Reverte, Luis Matero Díez, Ángeles Mastretta, Antonio Muñoz Molina, Héctor Aguilar Camín, Rosa Montero y Manuel Vicent, Carlos García Gual, Santos Juliá y Vicente Verdú, Antonio Fraguas (Forges), José María Pérez (Peridis) y Andrés Rábago (El Roto).

Tres maestros de la literatura infantil y juvenil

Joan Manuel Gisbert. (Barcelona, 1949) es uno de los principales exponentes de la transformación que se inició en la literatura para niños y jóvenes en España, a partir de los años ochenta, en paralelo con los movimientos de renovación pedagógica. Algunas de sus obras, como Escenarios fantásticos (1979), El misterio de la isla de Tökland (1981), El museo de los sueños (1984) o La mansión de los abismos (1988) son permanentes referencias de aquel resurgimiento. Traducido a veinte lenguas, ha obtenido buena parte de los más importantes premios que se otorgan en su campo, desde el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil hasta, en dos ocasiones, el premio El Barco de Vapor, entre muchos otros.

En sus obras para niños, escritas en su mayor parte ya en este siglo, Gisbert desarrolla argumentos lejanamente inspirados en cuentos y leyendas de todos los tiempos, para construir relatos de nueva creación, con una especial atmósfera de encanto, aventura, misterio y descubrimiento.

María Isabel Molina. Nació en Madrid, estudió Perito Mercantil. Ha publicado cuentos en revistas infantiles y juveniles y ha colaborado en algunos programas de TV. Entre sus más destacados libros, El arco iris ganaba el accésit al Premio Doncel de cuentos en 1962, y en 1969 La balada de un castellano obtenía el Doncel de novela; la misma obra fue premiada en el concurso Provincia de Trento en 1973 y figuraba en la Lista de Honor del IBBY en 1974. Las ruinas de Numancia fue Premio CCEI en 1966; su novela juvenil El misterio del hombre que desapareció obtuvo el Premio AMADE y un accésit en el Premio "Barco de Vapor" en 1985. El señor del cero ha obtenido el Premio de la CCEI en 1997. Uno de sus libros está incluido en la Lista de Honor del IBBY.

Jordi Sierra i Fabra. Nació en Barcelona en 1947. Su vinculación con la música rock (fue director y en muchos casos fundador de algunas de las principales revistas españolas del género en los años 60 y 70) le sirvió para hacerse popular, sin perder nunca de vista su auténtico anhelo: escribir las historias que su volcánica mente inventaba. Publicó su primer libro en 1972. Desde entonces ha escrito más de 400 obras, muchas de ellas best sellers, y ha ganado casi 40 premios literarios, además de recibir un centenar de menciones honoríficas y figurar en múltiples listas de honor. En los años 2006 y 2010 fue candidato por España al Nobel de literatura juvenil, el premio Hans Christian Andersen, en 2007 recibió el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura, en 2011 fue el primer autor de LIJ en formar parte del Patronato del Instituto Cervantes y en 2012 recibió el Premio Cervantes Chico por toda su carrera literaria. En 2004 creó la Fundació Jordi Sierra i Fabra, en Barcelona, y la Fundación Taller de Letras Jordi Sierra i Fabra, en Medellín, Colombia, como culminación de toda una carrera y de su compromiso ético y social. Desde entonces se concede el premio que lleva su nombre a un joven escritor menor de dieciocho años. En 2013 se ha inaugurado el Centro Cultural de su Fundación en Barcelona. Entre sus obras más destacadas se encuentran, entre otras, Campos de fresas, Manicomio o El mundo de las ratas doradas.


el dispensador dice: hace falta enseñar a las nuevas generaciones a "leer", a aceptar la hermosa sensación de correr las hojas de los libros con los dedos, a "sentir" el "significado" de avanzar letra tras letra, palabra tras palabra, oración tras oración, párrafo tras párrafo, descubriendo pensamientos y elucubraciones de ése mensajero transformado en escritor, autor de aportes silenciosos, íntimos, que agregan valor a las interpretaciones del lector... se debe prever que puede ser que algún día, alguna vez, por algún motivo indeseable, la Tierra toda se quede sin energía suficiente para alimentar baterías, apagando lecturas de e-book´s, perdiéndose para siempre la necesidad de "consultar" con las páginas del íntimo silencio de las mentes... ¿cuál sería la sensación?... ¿cómo sería la desesperación?... de perder el hilo lector, seguidor, descubridor, observador, de cualquier reflexión... sería como perderse en un abismo desdibujado del sentido creador... extraviar al pensador... desconocer por dónde comienza el sentido de la razón, dónde es oportunismo y dónde ocasión... sí, hace falta impulsar un mundo lector, que sienta qué se "siente" al dar vuelta una página, restándole una hacia el final... qué se siente en el otoño cuando un bosque se debe atravesar... hay cosas, amigo, que no se pueden cambiar, que no se deben cambiar. JUNIO 18, 2013.- 

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