OUM KALSOUM, EL ASTRO DE ORIENTE
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Grande entre los grandes: “Aparte de Allah, la única cosa en la que todos los árabes están de acuerdo es en Oum Kolthoum».
Lic. Luis García y Erdman*
Oum Kalsoum o Umm Kulthum, cuyo nombre real era Fāṭima ʾIbrāhīm al-Baltāǧī nació en el pueblo de Tammay al-Zahayrah, en la provincial Daqahliyah, en el Delta del Nilo, Egipto. Su fecha de nacimiento es incierta, se menciona el 30 de diciembre de 1898 y el 4 de mayo de 1904. Sus padres fueron al-Shaykh Ibrahim al-Sayyid al-Baltaji, imam de una mezquita y Fatmah al-Maliji. Su padre, que cantaba canciones tradicionales religiosas en los matrimonios y otras celebraciones, le enseñó a cantar desde la niñez. Al comprobar el gran talento y la fuerza de la voz de su hija, la disfrazó de hombre cuando tenía doce años y la incorporó en la actividad artística cantando en pequeños teatros bajo su supervisión. En su adolescencia Oum Kalsoum sorprendió, con su voz y la forma de interpretar las canciones árabes, al famoso cantante y compositor Abu l-Ala Muhammed y al famoso intérprete de laúd Zakariya Ahmad, quienes la invitaron a trabajar a El Cairo, lo cual aceptó hasta cumplir los 23 años. Al principio cantó en compañía de un grupo formado por sus familiares canciones religiosas y populares y su vestimenta fue en extremo recatada por kaftanes largos y con manga larga.
En El Cairo se cultivó; estudió poesía clásica árabe y música con maestros reconocidos, aprendió a comportarse en sociedad y tres años después de llegar a El Cairo dejó el grupo musical familiar y se hizo acompañar por algunos de los mejores músicos clásicos. Sus primeros conciertos en el Dar al-Tamthal al-‘Arabi en septiembre de 1926 fueron un gran éxito, la crítica dijo: “su voz tiene un sonido perfecto”, y triunfó en la competencia acérrima con las otroras destacadas cantantes Mounira El Mahdiya y Fathiyya Ahmed. Llegó a ser la mejor cantante árabe de todos los tiempos, así como la mejor pagada. Otros importantes personajes en su exitosa carrera fueron el poeta Ahmad Rami, que le escribiría 137 canciones, Muhammad al-Qasabgi, otro virtuoso del laúd y el Sabri El Nayridi.
En 1932 Oum Kalsoum realizó una gira triunfal por el Medio Oriente, en Damasco, Bagdad, Beirut y Trípoli. En 1934 cantó en la trasmisión inaugural de Radio Cairo, con lo que se iniciaron sus conciertos por radio que se trasmitían los primeros jueves de cada mes de octubre a junio durante 36 años, hasta 1972. Las trasmisiones eran un gran acontecimiento en la vida social y cultural del mundo árabe y lograban paralizar a El Cairo por unas horas. A sus conciertos llegaban espectadores del Maghreb, del Medio Oriente y de la Península. A eso se sumó su participación en películas musicales y actuaciones para la familia real. El timbre de su potente voz y la emotividad de sus interpretaciones hacían de sus canciones fueran de larga duración, esto se debía a que el público, con el que se daba un gran acercamiento, le pidiera repetir parte de las canciones que de unos cuarenta y cinco minutos se alargaran al interpretarlas hasta hora y media. En la cúspide, sus actuaciones duraban hasta seis horas.
A las canciones románticas de la década de los treinta, siguió la interpretación de canciones auténticamente egipcias, con un repertorio populista muy atractivo, con la colaboración del compositor Zakariya Ahmad, ya mencionado y el poeta coloquial Bayram al-Tunisi. Otros personajes que contribuyeron en su exitosa carrera fueron el compositor Riyad al-Sunbati, el poeta Ahmad Rami, que le escribiría 137 canciones, Muhammad al-Qasabgi, otro virtuoso del laúd y el Sabri El Nayridi. Su principal mentor fue el poeta Ahmad Shawqi.
Con la muerte de su rival Ashmahan en 1944, se convirtió en la mejor intérprete árabe de todos los tiempos, “La señora de la canción árabe” (El Guinay l’Arabia), así como la mejor pagada. El mismo año en que fue condecorada con la más alta distinción por el rey Faruk, sin embargo la oposición de éste a que se casara con su tío Sharif Sabri Pasha fue un duro golpe para la cantante que se alejó del círculo palaciego y se enfocó en las causas populares. En ese entonces ya sufría de quebrantos en su salud con problemas de hígado y de tiroides.
Durante el conflicto árabe-israelí de 1948, una legión egipcia atrapada en Faluya, le solicitó interpretar una canción en particular. Entre ellos estaba Gamal Abdel Nasser a quien se le conocería como el “Tigre de Faluya”, así como otros miembros de los “Oficiales Libres” que dirigirían la Revolución del 23 de julio de 1952. En 1950 Oum Kalsoum “cantó una composición de Sunbati con extractos de lo que Ahmad Rami consideró el mayor logro de su carrera: la traducción al árabe clásico de los cuartetos de Omar Khayyam (Rubayyiat el Khayyam)”.
El triunfo de la revolución de julio de 1952 llevó a que el gremio de los músicos rechazara a Oum Kalsoum y sus canciones fueran prohibidas en la radio por sus antiguas ligas con la monarquía, pero pronto se superó esa fase. Uno de sus principales admiradores fue el Presidente Nasser, quien interrumpía sus actividades para oír las audiciones de “El Astro de Oriente” (Kaukab Al Shark), como también se le denominó a Oum Kalsoum, que trasmitía la Voz de El Cairo a todo el mundo árabe. Su carrera adquirió dimensión política al colaborar con la Agenda de Nasser, quien aprovechaba de pronunciar discursos y mensajes inmediatamente después de las audiciones radiales de la cantante. En 1954 se casó con el Dr. Hasan al-Hifnawi, pero no tuvieron descendencia.
También contó con la colaboración de los compositores Abdel Wahab, autor de algunos de sus principales éxitos de la década de los sesenta entre los que destacan “Inta Omri” (Tú eres mi vida), Amal Hayati (La esperanza de mi vida) y Fakkarouni (Ellos me recordaron), así como de Mohammad El Mougi, Sayyed Mikkawi y Baligh Hamdi. En sus entrevistas enfatizaba su origen campesino para identificarse con los valores de culturales del pueblo egipcio. Promovió el apoyo gubernamental a la música y los músicos árabes e hizo importantes donaciones a una fundación de caridad.
En 1967, tras la derrota árabe en la guerra de los seis días, realizó una gira ofreciendo conciertos en Egipto y los países árabes, en donde era recibida por los jefes de Estado y recolectó fondos para apuntalar las mermadas finanzas egipcias; ese año se presentó con gran éxito en el Olympia de París. Era tal la admiración y respeto que se le tenía que hubo una frase en la década de los sesenta que lo dice todo: «Aparte de Allah, la única cosa en la que todos los árabes están de acuerdo es Oum Kolthoum». Fue característico en ella que sostuviera una pañoleta roja en la mano derecha y el uso de lentes obscuros en los últimos años de su vida porque sus ojos se volvieron hipersensibles a la luz. A partir de 1971, la salud de Zuma, como sus allegados llamaban a Oum Kalsoum se deterioró considerablemente, así que empezó a cantar sentada, su último concierto tuvo lugar en el cine Qasr al-Nil en el centro de El Cairo, en diciembre de 1972.
Durante su convalecencia final, cientos de egipcios hicieron guardia frente a su casa en la exclusiva zona de Zamalek y lo mismo cuando fue trasladada al hospital en donde falleció a causa de una nefritis el 3 de febrero de 1975. En el cortejo fúnebre participaron unas cuatro millones de personas con desgarradoras escenas de dolor, sólo vistas cinco años antes en el funeral del Presidente Nasser. Fue conducida a la mezquita Umar Makram y enterrada con honores de Jefe de Estado en la Ciudad de los Muertos.
La desaparición de Oum Kalsoum, quien fuera un fenómeno social, significó el fin de una época en donde su canto estuvo presente durante más de cincuenta años y que se extendió desde la monarquía, el renacer del panarabismo, la revolución egipcia, el triunfo del nasserismo, la nacionalización del Canal de Suez y la lucha contra Israel. En ese período cantó unas 280 canciones sobre temas de amor, el patriotismo, la naturaleza y la religión, tanto en árabe clásico como egipcio
La voz de Oum Kalsoum se sigue escuchando en el Mundo Árabe, a través de sus discos que se encuentran entre los más vendidos de los grandes intérpretes mundiales. Bob Dylan, Maria Callas, Marie Laforet y Bono encontraron cierta influencia en su trabajo, en tanto, entre sus admiradores figuraron Sartre y Dalí. El gobierno egipcio le dedicó en El Cairo un monumento en Zamalek y un museo en el palacio de Manesterly en la isla de Roda, y sus interpretaciones forman parte de la cultura egipcia.
*Lic. Luis García y Erdmann – Su primera adscripción en el Servicio Exterior Mexicano fue en la Embajada de México en Egipto. Escribe a Luis: garciayerdmann@hotmail.com
Oum kalthoum-OM KALSOUM-Taleal Bedru Aleyna
Oum Kalsoum, la voix de l’Orient (Hayart albi)
La Voz del Árabe (LVÁ) – ESPECIALES – Cd. de México, junio 22 del 2018
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