por momentos se veía el cielo,
por momentos no...
por momentos se escuchaban aves,
por momentos no...
el frío invadía la profundidad del desfiladero,
al tiempo que la niebla envolvía las alturas
creando un techo de algodones rápidos
que dejaban caer una tenue llovizna, semejante a un rocío denso...
sólo quedaba caminar hacia adelante,
ya nadie recordaba cómo había llegado hasta ahí...
curiosamente las sendas de unos,
no se cruzaban ni se mezclaban con la de otros,
enseñando distintos destinos... diferentes tiempos...
unos temían, otros lloraban, otros se quejaban,
otros sonreían, al tiempo que algunos sólo caminaban...
había silencio, tanto como sonidos huecos,
ecos extraños, gritos hirientes,
ojos inquietos, oídos atentos,
algunos veían y escuchaban...
otros ni siquiera lo hacían...
mientras ello ocurría,
el desfiladero crecía...
mientras con mis alas y desde arriba,
apenas les susurraba... "caminen sin miedos, apenas es la vida".
el dispensador: la ciencia de los desfiladeros del alma. Junio 16, 2009.-
DEDICADO A: los que no tienen alas y necesitan pisar el suelo terrestre...
No hay comentarios:
Publicar un comentario