al descender desde arco iris del lado opuesto... (ver ayer)
me deslicé suavemente por los colores del espacio hasta caer en los tonos de la vida,
traje mi paleta cargada de visiones,
pero esencialmente traje conmigo los colores de la esperanza,
esperanza de poder aportar algo para un mundo mejor,
me sorprendió, sin embargo, comprobar que ya todo estaba pintado,
todo estaba nutrido de colores...
la visión que ofrecía el mundo era majestuosa, indescriptible,
los colores apabullaban mi alma,
pero al conocer al hombre, a poco de hacerlo, me di cuenta que el mundo no guardaba perspectivas, tampoco fondos, mucho menos apreciaba las distancias de los focos, no había contraluces, los tonos se confundían con facilidad, y muchas veces los reflejos exterminaban lo hermoso de las imágenes...
entendí que el hombre se afanaba en colocar colores donde ya los había...
donde éstos no eran necesarios... porque tergiversaban las esencias,
y así fue que miré la paleta (mi paleta),
y decidí no pintar nada del mundo,
sólo dejar pinceladas de mi esencia en los colores de otras almas,
ya que en realidad, eran ellas (son) las que vienen en busca de tonos...
porque cuando el alma se nutre de perspectivas,
los colores se tornan intensos, las auras refulgen,
el espíritu se expresa en LUZ.
el dispensador: pincelando lienzos de almas. Junio 03, 2009.-
DEDICADO A: los que llevan el color en el alma y lo traducen en arte inmortal.
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