entendí que la luz era parte de la vida,
realidad necesaria para transitarla,
dejarse guiar entre las muchas tinieblas que invaden la senda...
me preguntaba si el camino sería una línea recta,
me preguntaba si el destino me brindaría protección apropiada,
me preguntaba si los ángeles estarían siempre aquí,
me preguntaba qué había en las otras almas,
cercanas o distantes...
qué colores, qué músicas, qué convicciones, qué voluntades,
al poco tiempo de andar, pasos cortos mediante...
escuché una voz que me dijo:
"siente como niño, simplemente camina"...
no pregunté... comprendí el mensaje en el propio espíritu...
no hacía falta traducirlo...
y la voz agregó:
"lo que lleves en el alma, lo genuino, no guardará tiempo alguno"...
no pregunté... comprendí el mensaje en el propio espíritu...
no hacía falta traducirlo...
cuando eres auténtico contigo mismo,
no hay reloj que cuente tus horas, menos aún tus afanes...
ser genuino es guardar el alma de niño...
sí, allí está la luz, no hace falta nada más.
el dispensador: sencillez y eternidad. Junio 20, 2009.-
DEDICADO A: los niños.
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