SUSPENSO

el dispensador dice: el día 24 de julio concluye un ciclo terrestre... el 26 de julio se inicia un nuevo ciclo terrestre... mientras tanto, el día 25 de julio es un tiempo neutro... las horas pasan en el reloj pero matemáticamente la Tierra se encuentra en un punto cero... mientras que geométricamente la Tierra se concentra en un punto... la determinación Maya deviene de otros conocimientos y se vincula a un estado de quietud donde el cosmos contempla, observa, y permanece ausente de la idea primordial que trajo la humanidad a ser sembrada en este planeta... 
no se siembra el agua, se siembra la idea de la fuente...
no se siembra el aire, se siembra la idea de la respiración...
no se siembra el fuego, se siembra la idea de la iniciación...
no se siembra el suelo, se siembra la idea de la pertenencia...
luego...
no se siembra el cielo, se siembra la idea del espacio...
no se siembra el sueño, se siembra el trazo atemporal de la eternidad encendida... que se traduce en despertar...
no se siembra la esperanza, se siembra la idea del mañana necesario...
no se siembra la consciencia, se la sintoniza con la idea del espíritu...
el pasado que concluye el día anterior, 24 de julio, cierra lo previo y al mismo tiempo lo sella para que nada ni nadie pueda modificarlo en su esencia y en su substancia... el pasado permanece, entonces, intacto de cara a las experiencias y a las enseñanzas, las que han sido tomadas, las que han sido perdidas, las que sido valoradas, las que han sido honradas, y las que han sido despreciadas... 
el día sin tiempo es el instante en que la armonía galáctica se enlaza al pensamiento y mediante él a la idea primordial... gira sobre sí mismo... se dobla... y se prepara para reiniciarse en un nuevo ciclo, dependiente de otras conjunciones, distintas cuadraturas, diferentes oposiciones, estableciendo un nexo cósmico con el devenir de otros equilibrios que transitan por semejantes circunstancias... todos los astros latiendo y vibrando tienen un lapso neutro... todas las estrellas generando energías tienen un lapso neutro... el ser humano en tránsito no tiene tiempo de darse cuenta porque está inmerso en su vida... el ser humano "distinto" que transita la suspensión observa y sabe de la latencia sin ritmo, pero no la puede describir ni relatar porque carece de voz... mientras tanto, el tiempo cero se reordena para enfrentar los destinos a sus respectivas ideas... ideas que son el reflejo de la gracia de un don y un talento en espera de ser sembrado... 
hay tantas ideas como seres en tránsito hay, no sólo en la Tierra sino en todo el universo visible y en sus paralelos simultáneos e invisibles... del mismo modo, hay tantos sueños como seres en tránsito hay, no sólo en la Tierra sino en todo el universo visible y en sus paralelos simultáneos e invisibles... 
en tiempo neutro nada cambia y todo permanece inalterable... aguardando el amanecer del ciclo siguiente... el ciclo se barre desde el este hacia oeste, pero dichos puntos sólo existen en la mente del hombre que necesita despertar en medio de una aurora, que lo impulsa a andar un trecho hasta encontrar la oscuridad consecuente... que le lleve a soñar para abrir el alma y restablecer la mente... 
así sucede desde antes que hubiese humanidad en este planeta...
así sucederá cuando la humanidad ya no se encuentre en la Tierra...
la armonía cósmica que protege las almas en tránsito se produce sin que nadie lo perciba... algo semejante a un capullo que protege a los espíritus en sus caminos hacia la consumación de los destinos...
nunca vas...
nunca vuelves...
todo te atraviesa mientras crees que caminas...
sólo lo comprendes cuando te envuelve la luz... de la cual proviene y donde se contiene tu gracia...
por este día neutro, AMÉN. JULIO 25, 2018.-
la humanidad fue transplantada un día 24 de ningún julio de ningún año... 
la humanidad fue sembrada un día 25 de ningún julio de ningún año...
la humanidad despertó un día 26 de ningún julio de ningún año... y allí comenzó a pensar en la necesidad de un futuro intangible, para lo cual ató la idea del sí mismo a una esperanza...

Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes