domingo, 2 de junio de 2019

GERTRUDE BELL: LA REINA DEL DESIERTO – La Voz del Árabe

GERTRUDE BELL: LA REINA DEL DESIERTO – La Voz del Árabe

La Voz del Árabe





GERTRUDE BELL: LA REINA DEL DESIERTO

 
Viajera, arqueóloga y espía, Gertrude Bell pasó de describir ruinas bizantinas a participar en la creación de Iraq, cuyas fronteras actuales ayudó a trazar.
Luis Miguel Cobo
La Reina del Desierto, Gertrude Bell, británica con gran sentido e ideología arabista, hoy en La Voz del Árabe dentro de su sección CULTURA entrega a sus lectores la interesante y apasionante historia biográfica de Gertrude Bell, amiga de reyes y presidentes, antropólogos y gente común, exploradora, espía y escritora, quien dejara una extensa colección de fotografías y más de mil cartas, tenía un amigo si no de su edad sí con la misma ideología en pro de la causa árabe que ya se discutía en su época, Lawrence de Arabia, en aquellos años, principios del siglo XX, ya sabían de la cantidad de petróleo y la gran historia y piezas antropológicas que el Medio Oriente poseía, empezando por Egipto y terminando en Iraq. Aquí pues, la biografía de la Reina del Desierto, de la que se filmó una película estelarizada por Nikole Kidman, quien da vida a la exploradora que en una carta fechada en 1892 escribió «qué grande es el mundo, qué grande y qué maravilloso…» 
El talento de espiar en Oriente – Su perfil de arqueóloga, el dominio de la lengua árabe y el halo de ‘científica occidental loca’ le abrían puertas que permanecían cerradas para los diplomáticos y comerciantes y obtener valiosa información sobre las políticas internas de las provincias de la región. Originalmente Bell recogía información sobre el Imperio otomano y sus provincias orientales en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Le interesaba cómo se podían administrar esos territorios tan diversos con sus conflictos sectarios, tribales y territoriales. Los otomanos adoptaron la forma descentralizada, mientras que la espía británica, como muchos intelectuales de Occidente de la época, sentía fascinación por la teoría de la ‘construcción de naciones’ como una vía hacia el futuro de la región árabe. Por supuesto, toda nación ‘construida’ debería estar conforme a los intereses de la corona británica.
Ascensión a la cima política – El objeto de Gertrude era la ciudad prohibida de Hail, perteneciente a la familia de Al Rashid, que fue expulsada de Riad por la familia Al Saud, los futuros fundadores de Arabia Saudita. Siendo mujer, en aquel entonces las mujeres corrían menos riesgos de morir que los hombres en la región, Bell pudo infiltrarse en los harenes de Hail, donde circulaban todo tipo de rumores e intrigas. Gertrude Bell se enteró de que los Al Rashid perdían el conflicto con los rivales y entendió que al Reino Unido ya no le interesaba apoyarlos. Esta información la convirtió en una figura importante para la política exterior británica en la región. Cuando las naciones de Occidente empezaron a repartirse las zonas de influencia en el Medio Oriente, la espía se encontró en el centro del proceso. 
La creación de Iraq – En vísperas de las negociaciones secretas, su socio y protegido Tomas Edward Lawrence, Lawrence de Arabia, también espía y arabista, optó por apoyar a los hachemitas y les prometió la ciudad de Damasco. Pero la administración británica decidió ceder el territorio Sirio a Francia porque ya conocían la importancia del petróleo, que no abundaba en Siria. Sin embargo, el acuerdo entre los hachemitas y el Reino Unido fue respetado: Faisal ibn Husain fue coronado como Faisal I de Iraq, país rico en petróleo y un punto clave para la logística británica respecto a la India. Faisal no tenía ninguna base histórica para reinar en Iraq. Su ascensión al poder fue fruto del apoyo del Reino Unido y de consejeros y funcionarios como Bell y Lawrence. Según Bell, Faisal I de Iraq gozaba del apoyo de un 96% de la población. Hay que notar que era el único candidato y que la mayoría de los habitantes de Iraq de esa época no sabían leer ni escribir.
 La bomba de efecto retardado – Las fronteras del nuevo Estado eran artificiales, diseñadas por Gertrude Bell y sus socios de manera técnica sin tener en cuenta las tradiciones tribales, la religión, la etnia y la historia de esta compleja región. Todos los pueblos de Iraq, los chiíes, suníes, turcos,  kurdos y armenios, se encontraron viviendo en sus propios territorios pero compartiendo un mismo Estado. Pero a Bell le encantaba su creación, soñaba con un gran Estado que abarcara desde la frontera con Persia hasta el Mediterráneo y trabajó mucho como administradora colonial británica y virreina de Iraq.
Gertrude Bell, la creadora de Iraq, murió en Bagdad en 1926 a la edad de 57 años a causa de una sobredosis de barbitúricos.
En 1941 la monarquía hachemita de Iraq, en aquel entonces aliado de Alemania, fue derribada por un golpe de Estado, lo que provocó una intervención británica para garantizar los suministros del petróleo. El Reino Unido restableció la monarquía, que permaneció hasta 1958, cuando otro golpe militar proclamó la República de Iraq. Con el tiempo la república se convertiría en el régimen de Saddam Husein, que, irónicamente, sería derribado por una coalición integrada por las fuerzas del Reino Unido.
Se estrenó la película «La Reina del Desierto», protagonizada por Nicole Kidman, ya que tardará en ser proyectada en México y muchos países del mundo. VERLA EN INTERNET EN: CUEVANA 2

Gertrude de Arabia la mujer que creó Irak

Gertrude Bell Centential Expedition

Robbery of Gertrude Bell in Tur Abdin

La Voz del Árabe (LVÁ) – CULTURA – Cd. de México, junio 20 del 2018

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