Un asteroide potencialmente peligroso nos visita en septiembre
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha actualizado la lista de objetos espaciales que pueden colisionar con la Tierra y situado en cuarto lugar un asteroide de 40 metros de diámetro que se acercará a nuestro planeta el próximo 9 de septiembre.
La lista de la ESA contiene 10 cuerpos celestes que tienen un riesgo de colisión con nuestro planeta mayor que cero. Pero en realidad, según la ESA, la lista de objetos peligrosos es de 870.
En el caso del asteroide de septiembre, denominado 2006 QV89, la posibilidad de colisión es de una entre 7.299, señala la ESA.
Lo más probable es que pase a unos 6,7 millones de kilómetros de la Tierra, mucho más lejos de lo que está la Luna, distante 384.400 kilómetros de nosotros.
De todas formas, son estimaciones sujetas a posibles cambios en función de la evolución de la trayectoria del asteroide, advierte la ESA, ya que, como la de la mayoría de los asteroides, está rodeada de incertidumbre.
Impacto previsible
La ESA señala también que, en caso de colisión, el asteroide no tendría capacidad para terminar con la vida en la Tierra, pero advierte que su impacto sería más potente que el provocado por el bólido de Cheliábinsk.
El 15 de febrero de 2013, un meteoroide de 17 metros de alto y 15 metros de ancho sobrevoló varias provincias rusas y la ciudad de Cheliábinsk, al sur de los montes Urales, en el momento de entrar en la atmósfera terrestre, hasta impactar a 80 km de la ciudad.
Entre 4.000Kg y 6000 kg de meteoritos, incluido un fragmento de unos 650 kg, impactaron la superficie terrestre. El bólido liberó una energía de 500 kilotones, treinta veces superior a la bomba nuclear de Hiroshima, al explotar aproximadamente a 20. 000 metros de altura.
El incidente provocó heridas a más de 1.000 personas debido a la onda expansiva producida por la explosión subsiguiente a la rotura de la barrera del sonido. También originó daños materiales en 7.000 edificios.
El riesgo
El pasado mes de marzo, el profesor de astrofísica en la Universidad del Sur de Queensland, Jonti Horner, publicó un artículo en The Conversation indicando que la Tierra está en la línea de fuego de fragmentos de asteroides y cometas, la mayoría de los cuales se queman decenas de kilómetros por encima de nuestras cabezas.
Añade que el sistema solar interior está lleno de escombros, que van desde pequeñas manchas de polvo hasta cometas y asteroides de muchos kilómetros de diámetro y que, si bien la gran mayoría de los escombros que colisionan con la Tierra son completamente inofensivos, nuestro planeta conserva las cicatrices de colisiones con cuerpos mucho más grandes.
Investigadores de la Universidad de Oxford han publicado esta semana en el Journal of the Geological Society un artículo en el que aseguran haber identificado la localización de un cráter generado por un meteorito de 1 kilómetro de ancho que colisionó con la Tierra hace 1.200 millones de años.
El cráter, de 100 kilómetros de diámetro, estaría situado a unos kilómetros al oeste de una parte remota de la costa de Escocia, sumergido bajo el agua y cubierto de rocas.
De momento, lo que sabemos de 2006 QV89 es que fue descubierto en 2006 y que es un viejo conocido de los astrónomos.
Es uno de los asteroides cercanos a la Tierra que cruzan periódicamente nuestro planeta. Después de septiembre próximo, 2006 QV89 volverá a visitarnos en 2032, 2045 y 2062, informó la ESA, que sigue atentamente su evolución.
Es uno de los asteroides cercanos a la Tierra que cruzan periódicamente nuestro planeta. Después de septiembre próximo, 2006 QV89 volverá a visitarnos en 2032, 2045 y 2062, informó la ESA, que sigue atentamente su evolución.
También sabemos, tal como informamos en otro artículo, que un asteroide de entre 20 y 40 metros de diámetro pasará entre la Tierra y la Luna, a una distancia aproximada de 165.000 km, el 26 de febrero de 2082.
En caso de que impactara con la Tierra, este asteroide podría generar una catástrofe similar a la que provocó en Tunguska, el 30 de junio de 1908, una roca espacial de aproximadamente 37 metros de ancho: penetró la atmósfera terrestre y detonó en el cielo, liberando una energía equivalente a alrededor de 185 bombas de Hiroshima.
Fuente: tendencias21.net
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