Muchas, muchas veces me he preguntado,
de dónde vienes...
dónde están tus raíces acuosas y cuales tus sendas,
hacia dónde vas...
qué te propones bajando al mundo humano,
dónde están tus fuentes...
quién las esconde del hombre...
quién las protege de la intención... humana,
por qué a veces dejas caer aguas cristalinas...
por qué a veces dejas correr aguas barrosas...
por qué a veces tus aguas son blancas...
por qué a veces te inunda la quietud...
por qué a veces te llenas de turbulencia, caos y arrasas con todo lo que encuentras a tu paso... para luego ser paz, e irte de mis manos,
por qué conversas con las rocas que cobijas bajo tus aguas,
y qué le dices a las que permanecen a tus lados,
por qué mezclas arenas finas con tierras negras y das vida por donde pasas,
qué secretos guardan tus aguas frescas,
a veces frías, muchas veces heladas,
con las que mojo mis labios recordando aires de nostalgias...
qué te dice el Sol por la mañana, y
qué escuchas de la Luna por las madrugadas,
las de otoño, las de invierno, las de primavera nevadas...
qué saben de tí las llamas, las vicuñas,
los habitantes de las montañas que te buscan para mirar en tí sus miradas,
qué saben de tus fuentes las lagartijas,
esas que son parte del paisaje de piedra y montaña.
Quién te creó y te hizo dulce...
quién aseguró tu camino, senda serpenteante,
acomodando las piedras sólo para escucharte,
qué escondes en tu historia de tiempos sin hombres,
de aires frescos, limpios, de silencios largos...
qué te dice el viento cuanto te quita las gotas,
para llevarlas lejos hechas nubes de hielo, polvo, sal, quietud,
truenos largos...
en la soledad de tus noches sin tiempo...
en tus días de azules profundos que nadie ve, ni tampoco acompaña,
porque sueles correr en soledad, al alba, en tus extrañas mañanas...
llevando aguas frescas, muchas veces heladas,
nutriendo fibras vivas, miradas dulces, soledades nostálgicas,
de tu tiempo eterno, de silencios vivos, de aires pasados,
conversando con las piedras de los heroicos pasados,
nunca vistos, jamás pensados...
encontrando almas que se mezclan con las nubes,
buscando destinos, nunca nacidos, jamás pensados.
El dispensador: al caminante sin cargas. Marzo 12, 2009.-
DEDICADO A: a aquellas almas que han entendido que la vida está para dejarse llevar... siempre tienes un Ángel que te toma de la mano y te lleva hacia las gracias del paraíso.
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