pasas como una flecha invisible junto a mi alma,
me estremeces el espíritu,
tu sonido agudo me anuda el corazón,
sé lo que me dices...
interpreto tu mensaje,
pero debo decirte que tu vuelo me emociona,
me transporta hacia la eternidad.
tus alas inquietas cobijan lo más puro
de la creación... el color del gesto en movimiento,
la caricia que prodigas a la brisa,
pero esencialmente, la seda de tu vuelo
hecha alma intensa,
en lo pequeño eres gigante del amor al polen,
perfumes intangibles que al modo de semillas,
alimentan tu pasión, la tierra, y el tiempo...
tu vuelo me recuerda al viento suave de la pradera eterna,
esa donde reside el paraíso,
donde no hay tiempos, donde las almas vuelan,
pero aquí, en esta Tierra,
me generan lágrimas de reverencia hacia
tu presencia sutil, excelsa, profunda,
que me transporta hacia el arquetipo de mi yo,
allí imito con mi mente tu vuelo,
y transformo en sueño de mí mismo...
convertido en alma en tu vuelo.
Trae hacia mí tu otoño,
quiero ser hoja seca al viento...
llevar tu estirpe, dispersar tu simiente,
que es semilla de alma en el tiempo.
Quiero convertirme en flor, para
seducirte con mi perfume,
para que hurgues mi espíritu,
para que bebas de mi néctar,
para que me transportes a tu vuelo eterno...
El dispensador: amante del mensaje etéreo, que pocos perciben, que muchos desprecian, que casi nadie lee. Marzo 21, 2009.
DEDICADO A: las almas que vuelan.
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