Sueles preguntarte dónde lleva tu camino,
sin asumir que si Dios te trajo hasta donde te encuentras,
seguramente te brindará las artes para caminar un metro más,
quizás dos, posiblemente tres, cuatro o más...
porque en sus planes respirables tú estás,
siempre llevando en la mochila, cargas justas que aunque pesen, puedes llevar.
Sueles preguntarte que hay más allá,
sendas rectas, curvas ajustadas, hasta piedras quizás...
tribulando en el camino, te suele pasar...
que no aprecias el paisaje,
tampoco el cielo, ni el horizonte donde podrías estar,
cuando te acucia el hambre miras hacia atrás,
recordando mejores tiempos que dejaste pasar,
sin darte cuenta que siempre, pero siempre, en sus planes estás.
Cuando te golpea el SOL ruegas por sombra,
omitiendo el perfume que te ha envuelto al pasar,
señalando que Dios siempre está, justo donde debe estar...
protegiendo las almas, de sus juegos de azar.
EL DISPENSADOR: amante en soledad de la eterna compañía.
DEDICADO A: los que perciben el perfume... donde no hay flores. Marzo 11, 2009.
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