El World Press Photo concluye que la foto ganadora no fue manipulada
El análisis de dos expertos dice que la imagen de Hansen fue retocada en el tono y en el color
La foto está acusada por sus críticos de ser falsa
Tommaso Koch / Juan Peces Madrid / París14 MAY 2013 - 16:19 CET163
Ni hubo manipulación, ni hubo edición excesiva o con ánimo de subvertir la fotografía original. La fundación World Press Photo, con sede en Amsterdam, ha emitido un comunicado en el que establece, basándose en el análisis realizado por expertos en el análisis científico de la imagen, que la imagen de Paul Hansen 'Entierro en Gaza', premiada como foto del año, es legítima.
"Hemos revisado el archivo RAW original, aportado por World Press Photo, y la imagen resultante en formato JPEG. Es evidente que la imagen publicada fue retocada respecto al tono y el color de determinadas zonas y en su conjunto. Más allá de esto, sin embargo, no hallamos ninguna prueba de que se haya realizado una manipulación relevante de la imagen o una composición", afirman los expertos consultados por la fundación. Así de taxativos se pronuncian Hany Farid, profesor de Informática en Dartmouth (EEUU), y Kevin Connor, ambos directivos de la empresa Fourandsix Technologies.
"Es más: el análisis sobre la pretendida manipulación fotográfica [que dio lugar a esta investigación] es profundamente deficiente", añaden.
Eduard de Kam, experto en fotografía digital del NIDF (Nederlands Instituut voor Digitale Fotografie), explica así su dictamen: “Cuando comparo el archivo RAW [aportado por el fotógrafo] con la versión ganadora, puedo ver, efectivamente, que ha habido bastante postproducción, en el sentido de que algunas áreas de la imagen han sido aclaradas y otras, oscurecidas. Pero, en cuanto a la posición de cada píxel, todos ellos están exactamente en el mismo lugar en el archivo JPEG (la imagen ganadora) y en el archivo RAW. Por tanto, descarto cualquier posibilidad de que se trate de una imagen compuesta".
Con este comunicado, la organización espera zanjar definitivamente las críticas recibidas por el fotógrafo sueco sobre su imagen, y en particular las aventadas por el blog de tecnología Extreme Tech.
Dicha publicación afirmó que la imagen galardonada era en realidad la mezcla de tres fotos diferentes, y se basaba para ello en el análisis técnico realizado por Neal Krawetz en el blog The Hacker Factor, que ahora ha quedado desprestigiado.
Ante las acusaciones vertidas contra el fotógrafo ganador desde el propio anuncio del reconocimiento, de las que se hacía eco recientemente el semanario alemán Der Spiegel, World Press Photo había encargado a dos expertos independientes “una investigación forense sobre la imagen”, cuyos resultados acaban de ser difundidos.
La organización, en un correo electrónico, había anunciado que el proceso contaba con la “colaboración completa de Hansen” y que el fotógrafo había "explicado en detalle cómo procesó la imagen”. El jurado “no tiene razón para dudar de sus afirmaciones”, decía World Press Photo, cuya posición ha sido avalada por los expertos.
La fotografía en cuestión retrata a dos hombres palestinos, acompañados por un río de personas, que llevan por una calle de Gaza los cadáveres de dos niños, envuelto en sábanas blancas. Hansen, que trabaja para el diario sueco Dagens Nyheter, contó en su momento que los hombres llevaban a los menores hasta la mezquita. Detrás iba el cadáver del padre, en una camilla, y envuelto también en lienzos blancos. Los pequeños, Suhaib Hijzi y su hermano, Mohamed, tenían dos y tres años y perecieron en el bombardeo que destruyó su casa. El misil que reventó el edificio provenía del Ejército israelí, según el relato del fotógrafo.
“Entiendo que en ese contexto geopolítico siempre habrá quien ponga interrogantes", contaba hace un mes a este periódico el fotógrafo, respecto a las críticas recibidas. Además de la supuesta falsedad de la imagen, o de que sea el resultado de tres fotos distintas, la instantánea ha recibido ataques también por el tratamiento de la luz, que habría acentuado la espectacularidad de la foto.
En declaraciones realizadas al sitio de información australiano News.com.au, Hansen había negado categóricamente que la fotografía fuera el fruto de una manipulación o una falsificación: "Nunca ha sido una fotografía mía examinada con más profusión, por cuatro expertos y jurados de fotografía de todo el mundo".
El fotógrafo explicó al periodista de News.com.au el proceso seguido al editar la imagen: "Al corregir los tonos y el equilibrio irregular de las luces en el callejón, procesé el archivo RAW [el archivo original que genera el procesador de la cámara con toda la información recogida por el sensor] con una densidad diferente para aprovechar la luz natural, en lugar de subexponer y sobreexponer [disminuir o aumentar la luz de una zona]. Con el fin, de hecho, de recrear lo que vio el ojo y obtener un rango dinámico [de tonalidades] más amplio. Simplemente, es el mismo archivo editado sobre sí mismo".
La edición de una imagen es una práctica habitual en el fotoperiodismo, y en particular cuando se envían imágenes a concursos fotográficos. Siendo diferentes los niveles de permisividad según se trate de agencias informativas, periódicos o un concurso o exposición, el fotógrafo intenta, principalmente, compensar con un programa de edición (Adobe Photoshop, Aperture o similar) los posibles errores de medición de la luz.
Como explicó a El País en Amsterdam el presidente del jurado de fotografía y vicepresidente de Associated Press, Santiago Lyon, dicha agencia tiene un criterio "más estricto" sobre lo que se puede modificar o no de una foto en postproducción. Pero Lyon ponía el énfasis en que una imagen "debe transmitir lo que ocurrió y vio con sus ojos el fotoperiodista", y no veía motivo para dudar de la foto premiada.
"Hemos revisado el archivo RAW original, aportado por World Press Photo, y la imagen resultante en formato JPEG. Es evidente que la imagen publicada fue retocada respecto al tono y el color de determinadas zonas y en su conjunto. Más allá de esto, sin embargo, no hallamos ninguna prueba de que se haya realizado una manipulación relevante de la imagen o una composición", afirman los expertos consultados por la fundación. Así de taxativos se pronuncian Hany Farid, profesor de Informática en Dartmouth (EEUU), y Kevin Connor, ambos directivos de la empresa Fourandsix Technologies.
"Es más: el análisis sobre la pretendida manipulación fotográfica [que dio lugar a esta investigación] es profundamente deficiente", añaden.
Eduard de Kam, experto en fotografía digital del NIDF (Nederlands Instituut voor Digitale Fotografie), explica así su dictamen: “Cuando comparo el archivo RAW [aportado por el fotógrafo] con la versión ganadora, puedo ver, efectivamente, que ha habido bastante postproducción, en el sentido de que algunas áreas de la imagen han sido aclaradas y otras, oscurecidas. Pero, en cuanto a la posición de cada píxel, todos ellos están exactamente en el mismo lugar en el archivo JPEG (la imagen ganadora) y en el archivo RAW. Por tanto, descarto cualquier posibilidad de que se trate de una imagen compuesta".
Con este comunicado, la organización espera zanjar definitivamente las críticas recibidas por el fotógrafo sueco sobre su imagen, y en particular las aventadas por el blog de tecnología Extreme Tech.
Dicha publicación afirmó que la imagen galardonada era en realidad la mezcla de tres fotos diferentes, y se basaba para ello en el análisis técnico realizado por Neal Krawetz en el blog The Hacker Factor, que ahora ha quedado desprestigiado.
Ante las acusaciones vertidas contra el fotógrafo ganador desde el propio anuncio del reconocimiento, de las que se hacía eco recientemente el semanario alemán Der Spiegel, World Press Photo había encargado a dos expertos independientes “una investigación forense sobre la imagen”, cuyos resultados acaban de ser difundidos.
La organización, en un correo electrónico, había anunciado que el proceso contaba con la “colaboración completa de Hansen” y que el fotógrafo había "explicado en detalle cómo procesó la imagen”. El jurado “no tiene razón para dudar de sus afirmaciones”, decía World Press Photo, cuya posición ha sido avalada por los expertos.
La fotografía en cuestión retrata a dos hombres palestinos, acompañados por un río de personas, que llevan por una calle de Gaza los cadáveres de dos niños, envuelto en sábanas blancas. Hansen, que trabaja para el diario sueco Dagens Nyheter, contó en su momento que los hombres llevaban a los menores hasta la mezquita. Detrás iba el cadáver del padre, en una camilla, y envuelto también en lienzos blancos. Los pequeños, Suhaib Hijzi y su hermano, Mohamed, tenían dos y tres años y perecieron en el bombardeo que destruyó su casa. El misil que reventó el edificio provenía del Ejército israelí, según el relato del fotógrafo.
“Entiendo que en ese contexto geopolítico siempre habrá quien ponga interrogantes", contaba hace un mes a este periódico el fotógrafo, respecto a las críticas recibidas. Además de la supuesta falsedad de la imagen, o de que sea el resultado de tres fotos distintas, la instantánea ha recibido ataques también por el tratamiento de la luz, que habría acentuado la espectacularidad de la foto.
En declaraciones realizadas al sitio de información australiano News.com.au, Hansen había negado categóricamente que la fotografía fuera el fruto de una manipulación o una falsificación: "Nunca ha sido una fotografía mía examinada con más profusión, por cuatro expertos y jurados de fotografía de todo el mundo".
El fotógrafo explicó al periodista de News.com.au el proceso seguido al editar la imagen: "Al corregir los tonos y el equilibrio irregular de las luces en el callejón, procesé el archivo RAW [el archivo original que genera el procesador de la cámara con toda la información recogida por el sensor] con una densidad diferente para aprovechar la luz natural, en lugar de subexponer y sobreexponer [disminuir o aumentar la luz de una zona]. Con el fin, de hecho, de recrear lo que vio el ojo y obtener un rango dinámico [de tonalidades] más amplio. Simplemente, es el mismo archivo editado sobre sí mismo".
La edición de una imagen es una práctica habitual en el fotoperiodismo, y en particular cuando se envían imágenes a concursos fotográficos. Siendo diferentes los niveles de permisividad según se trate de agencias informativas, periódicos o un concurso o exposición, el fotógrafo intenta, principalmente, compensar con un programa de edición (Adobe Photoshop, Aperture o similar) los posibles errores de medición de la luz.
Como explicó a El País en Amsterdam el presidente del jurado de fotografía y vicepresidente de Associated Press, Santiago Lyon, dicha agencia tiene un criterio "más estricto" sobre lo que se puede modificar o no de una foto en postproducción. Pero Lyon ponía el énfasis en que una imagen "debe transmitir lo que ocurrió y vio con sus ojos el fotoperiodista", y no veía motivo para dudar de la foto premiada.
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