El formidable Li Yuanhao, fundador de la dinastía Xia Occidental
Li Yuanhao (李元昊, 1003-1048) fue el fundador oficial del linaje Xia Occidental, una misteriosa dinastía fundada por la etnia tangut en el noroeste de China que convivió con las casas imperiales Liao (辽, 916-1125) y Jin (金, 1115-1234).
Hace miles de años, en la antigua China, surgió un creciente número de etnias cuya sabiduría se fusionó creando una espléndida cultura. Entre ellas, hubo en el noroeste del país una misteriosa dinastía fundada por los tangut (党项, dǎngxiàng) que convivió con las casas imperiales Liao (辽, 916-1125) y Jin (金, 1115-1234): la dinastía Xia Occidental (西夏).
Esta estirpe imperial se mantuvo en el poder durante 189 años y su existencia tuvo una gran influencia en el desarrollo del noroeste de China. Actualmente, con la fusión de etnias producida por los cambios migratorios, los tangut ya han desaparecido. Sin embargo, dicha dinastía sigue siendo un importante componente de la historia y la cultura del país.
El fundador oficial del linaje Xia Occidental fue el formidable Li Yuanhao (李元昊, 1003-1048), perteneciente a esta etnia. Originalmente estaban divididos en varias tribus y no tenían apellidos han. Entonces, ¿por qué el fundador se apellidaba Li (apellido de la etnia han)? Según la Historia de la dinastía Sui (隋书), los tangut “se reunían cada tres años para sacrificar ganado como ofrenda a los cielos”. Las primitivas creencias religiosas les hacían llevar una vida sencilla. Tras la fundación de la dinastía Tang (唐, 618-907), empezaron a enviar soldados a las regiones fronterizas. Los tangut presenciaron el poder de Li Tang (李唐; fundador y primer emperador de la dinastía Tang) y muchas de las tribus le juraron lealtad. Una de estas fue la tribu tuoba (拓跋) que, con su líder Tuoba Chici (拓跋赤辞) al frente, ayudó a la casa Tang a vencer al antiguo reino Tuyuhun (吐谷浑). A cambio de esta ayuda, Tuoba Chici recibió el apellido imperial Li. Muchos años después, Tuoba Sigong (拓跋思恭) ayudó a Tang Xizong (唐僖宗, r. 873-888) a pacificar la Revuelta de Huang Chao (una rebelión campesina que tuvo lugar entre 875 y 884 encabezada por Huang Chao). Como recompensa también le fue conferido el apellido Li, además del puesto de gobernador provincial. A partir de entonces, los tangut empezaron formalmente a tener un papel importante en el escenario de la historia. Durante el caos que tuvo lugar poco después, las dinastías de la Llanura Central se fueron sustituyendo unas a otras. Los tangut supieron adaptarse al sistema de protectorado y, gracias a ello, consiguieron sobrevivir. Finalmente, con el establecimiento de la dinastía Song (宋, 960-1279), el poder político de los tangut se desarrolló y aumentó considerablemente gracias a la administración del abuelo y el padre de Li Yuanhao.
Según la Historia de la dinastía Song (宋史), Li Yuanhao era muy resolutivo y un gran estratega, tenía amplios conocimientos sobre budismo y lengua china. Sobre su mesa a menudo había libros de derecho y, cuando partía de viaje, solía llevar consigo obras sobre el arte de la guerra. Era un hombre tan versado en asuntos militares como literarios. En su juventud destacaba por ser más avispado e inteligente que los demás. Cuando Li Yuanhao tenía 13 años, su padre Li Deming (李德明) entregó a la dinastía Song caballos como tributo, pero los bienes que le dieron a cambio no tenían valor alguno, así que en un ataque de rabia decapitó a un embajador. Al ver al rey tan irritado, nadie se atrevió a tranquilizarle salvo su hijo Li Yuanhao, que se acercó valientemente y le dijo: “Los tangut somos una etnia ecuestre. Le has entregado a la dinastía Song caballos como tributo, lo cual no ha sido muy sabio. Y ahora, al no estar satisfecho con los objetos que has intercambiado, has matado a un embajador. ¿Quién va a morir por nosotros si pierdes el apoyo de la gente de este modo?”. Li Deming, al ver que su hijo siendo todavía adolescente era así de sabio, sintió una gran admiración por él.
Cuando un general de la fortaleza fronteriza de la dinastía Song llamado Cao Wei (曹玮) supo esto, sintió una gran curiosidad por Li Yuanhao y quiso verle en persona. Se enteró que solía pasear por el mercado de la fortaleza así que se quitó su uniforme militar, se puso ropa normal y vagó por el mercado esperándole en numerosas ocasiones pero, por desgracia, fue en vano. Más tarde envió un hombre para que le hiciera un retrato. Tras verlo, Cao Wei dijo sorprendido: “¡Un personaje verdaderamente magnífico!”. Cao Wei predijo el sufrimiento que este viviría a manos de la dinastía Song. Li Yuanhao empezó a sentir pronto un rechazo hacia la citada casa imperial, cuestionando el vasallaje que su padre Li Deming les había declarado. Consideraba que ofrecer caballos a los Song a cambio de telas y seda era algo que su padre hacía solo en beneficio propio. Opinaba que no valía la pena perder el apoyo de la gente, que era mejor romper con el vasallaje y acumular caballos para aumentar el poder militar y saquear a la dinastía Song. Si las cosas iban bien, podrían incluso capturar sus ciudades y expandir así sus territorios. Vestir con pieles y dedicarse a la ganadería era algo típico de los tangut, un hombre de verdad necesitaba ambición para convertirse en rey y, por tanto, la ropa de seda no tenía uso alguno.
En el año 1028, cuando Li Yuanhao tenía 24 años, su padre le ordenó atacar a los huihu en Ganzhou, en el oeste. Li Deming ya les había atacado anteriormente sin éxito un total de seis veces, sin embargo, en esta ocasión Li Yuanhao volvió a casa victorioso, el líder de los huihu huyó y Li Yuanhao fue nombrado príncipe. En el año 1032, Li Deming falleció y el joven príncipe, que quería romper las relaciones con la dinastía Song, heredó el puesto de líder de los tangut y pudo así perseguir su deseo de convertirse en rey.
Tras ocupar el trono, lo primero que hizo fue cambiar el nombre de la época para que dejara de ser Song y promulgó leyes de militarización. Le gustaba mucho cazar con sus subordinados y siempre se sentaban juntos en círculo, bebían y comían, y cada uno daba su opinión sobre la situación del país. Esta forma de gobierno, que no distinguía superiores de inferiores, recuerda al rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda. Aparte de cambiar el nombre de la época para proclamarse rey y liberarse de los Song, Li Yuanhao hizo una serie de preparativos. Dejó atrás el apellido Li que había heredado de sus ancestros otorgado por la dinastía Tang, se lo cambió por el de Weiming (嵬名) y el nombre a Nangxiao (曩霄). Todos los hombres de su territorio debían hacerse el corte de pelo de los tangut y afeitarse la coronilla. Les dieron tres días para hacerlo, de lo contrario serían ejecutados. Además del corte de pelo, también cambió la vestimenta, que debía seguir las normas tradicionales de los tangut. Los enormes y grandiosos edificios de la capital imitaban totalmente a Chang’an, capital de la dinastía Tang, y a Kaifeng, capital de la estirpe Song. Para que los tangut creasen su propia escritura, Li Yuanhao asignó esta tarea al estudioso Yeli Renrong (野利仁荣), que dedicó varios años a la creación de la escritura de la dinastía Xia Occidental, y que plasmó en 12 tomos. Esta escritura tomó como base los caracteres de los han, por tanto, a primera vista son bastante similares, con muchos trazos y se escribían de izquierda a derecha. Hasta ahora, en los territorios en los que gobernaron los tangut se han descubierto un gran número de sus caracteres en frescos y pergaminos. Además de las regiones que estuvieron bajo su dominio, en Beijing y Hangzhou también se ha descubierto la escritura peculiar de esta etnia.
De las reformas que realizó Li Yuanhao, la más particular fue la de los asuntos militares, mediante la creación de un ejército muy diferente al de otros reinos. La mejor tropa se llamaba Tielin, era de caballería pesada y estaba formada por solo tres mil soldados. Los soldados y los caballos iban unidos, con lo que, al entrar en batalla, solo podían atacar al enemigo y no les era posible quitarse la armadura.
Tras varios años de preparativos, en el año 1038 Li Yuanhao propuso la fundación de la gran dinastía Xia (大夏国), también llamada “gran Xia” (大夏), sumándose así formalmente a la historia de China. Debido a que tanto la familia Song como la dinastía Liao se encontraban en el este y la “gran Xia” en el oeste, las dinastías Song y Liao llamaron a este nuevo reino “Xia Occidental”.
Con la fundación de la casa imperial Xia Occidental, Li Yuanhao se proclamó emperador y envió un comunicado al que antes fue su estado protector, esperando que el soberano Song reconociese su título de emperador. Poco después, para que aceptasen el estatus de su dinastía, dirigió las fuerzas armadas a Yanzhou e inició una serie de batallas a gran escala entre los linajes Song y Xia. Li Yuanhao venció a las tropas de los Song en el año 1040 en la batalla San Chuan Kou, en el año 1041 en la de Hao Shui Chuan y en el año 1042 en las tres batallas de Ding Chuan. La dinastía Song no tuvo más remedio que aceptar el estatus de la casa imperial Xia Occidental. Después, las relaciones entre ambas dinastías Xia Occidental y Liao se tensaron hasta que finalmente en el año 1044 estalló la Guerra de Helan Shan, así llamada por la cadena montañosa que divide ambos reinos. Li Yuanhao dirigió sus tropas y derrotó a cien mil soldados del emperador Xinzong (兴宗). Li Yuanhao, mediante campañas militares, finalmente formó un reino lo suficientemente fuerte para competir con las dos dinastías.
Los tangut, desde su poco consolidada tribu inicial, llevaron a cabo una gradual unificación convirtiéndose en un formidable país y las contribuciones de su fundador, el primer emperador Li Yuanhao, no pueden ser menospreciadas. Durante las diferentes épocas de guerra y paz, con las dinastías Song y Liao, todos ellos se influyeron mutuamente, contribuyendo a la diversidad cultural de China con sus imborrables virtudes y propiciando que el nombre de Li Yuanhao pasara a formar parte de la historia.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 37. Volumen IV. Julio de 2016.
Ver / descargar el número completo en PDF
Ver / descargar el número completo en PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario