domingo, 29 de enero de 2012

TIEMPOS RESPIRABLES || Bosques: los pulmones del planeta - 29.01.2012 - lanacion.com  

Ecología

Bosques: los pulmones del planeta

¿Cuánto dióxido de carbono cabe en un árbol? De cuidar y estudiar las especies que limpian el aire que ensuciamos se ocupan los científicos del Centro de Clima de Curitiba. Al rayo del sol, su trabajo es así
Por Emilse Pizarro  | LA NACION
 


Curitiba (Brasil).- Un sol de 9 AM con ínfulas de mediodía. Este sol no abrasa; este sol aplasta. Estamos en Curitiba, a 105 kilómetros de la Reserva Natural de Río Cachoeira, distrito de Antonina, Brasil. En plena ruta el asfalto le da paso a la irregularidad del camino; es indicio de que estamos cerca de la reserva. Allí funciona un Centro Regional de Clima; allí Robson Capretz, ecólogo de 32 años, trabaja para saber qué papel juegan los bosques en la captura de dióxido de carbono. Cómo y cuánto logra almacenar cada especie. Con ojos egoístas: cuánto y cómo pueden ayudar esos árboles a minimizar el daño que nosotros hacemos. Con su barba que atrapa transpiración, Robson cuenta que la primera graduación en Brasil de la carrera de ecólogo fue en 1979, que no hace tanto calor como otros días y que disculpemos su español (bastante bueno, por cierto).

El Centro de Clima, además de su laboratorio, tiene la casa en la que se alojan los voluntarios que ayudan a Robson con el trabajo de campo y su preocupación por la administración de bosques en cambio climático. La mañana se presenta para acompañarlos y descubrir de qué se trata esto de medir intangibles que lastiman tanto.

Botas de lluvia, pantalón largo que nos cubra de las ramas y a trabajar: iniciamos la caminata en el corazón del Bosque Atlántico del que hoy sólo queda el 7% (92.000 km2) de su superficie original. En punta picaron los voluntarios, empleados de HSBC de varios países de América latina que se anotaron en un programa de Responsabilidad Social Empresaria enfocado en la sustentabilidad que trabaja con el Climate Group, el Earthwatch Institute, el Smithsonian Tropical Research Institute y la World Wildlife Fund.

El sendero por el que vamos es un camino rural por el que se transportaba madera, hasta que declararon la zona reserva natural. Nos dicen que pisemos fuerte, "así se asustan los animales"; puede tratarse de monos, coatíes, culebras, y tenemos la suerte de no tratar con pumas, algo que sí mostró la cámara instalada allí: fotos nocturnas de una caminata animal elegante.

Luego de una travesía prolongada de fango con algún que otro resbalón y pendientes que ponen a prueba los pulmones, llegamos a alcanzar al grupo que ya está en zona de trabajo: 12 hectáreas con 22.100 árboles y 370 especies identificadas de las que Robson y equipo pueden hablar como si fueran sus hijos. Cada árbol que supere los 5 cm de diámetro está numerado y tiene un anillo de metal: se llama dendrómetro, es una cinta que tiene un resorte que se estira a medida que el árbol crece. João Maria, el guardabosque, ayuda a ubicar el árbol que figura allí a los voluntarios que acarrean las planillas con las mediciones de los meses anteriores. Ellos transcriben la medición actual y comienzan los comentarios y anotaciones: si creció, si está igual o si tiene manchas blancas con bordes rojos. En un caso se da que sí, lo cual quiere decir que vemos un hongo. Y eso tendrá un gran significado para Robson. Las planillas valen oro: allí figura el comportamiento de cada árbol mes tras mes. Esa información luego será cruzada con valores de temperatura, lluvias, humedad y vientos, y dará respuestas sobre ecosistemas tan complejos e importantes como las "florestas tropicales, responsables del ciclo de carbono, regulación de clima, entre otras cosas", según nos cuenta João.

En cada parcela hay cinco cajas de madera que hasta que João las levanta no sabemos qué función cumplen. Explica cómo pesarlas y eso dirá con exactitud la producción de miel de esas abejas tamaño mosquito. También pasan a formar parte de la planilla.

Otro dato importante es la producción y pérdida de hojas; para eso se coloca a los pies de los árboles una suerte de minicama de red que llaman colectora de residuos. Las hojas que caen son acopiadas y llevadas al laboratorio. Allí se ven. No son todas iguales, no poseen la misma información. Julio Majcher es el biólogo de 23 años que se encarga de clasificarlas y pesarlas, para después pasar a un análisis químico. "Podemos saber en qué estación se pierden más hojas y cómo las afecta el cambio climático", explica con una sonrisa.
Wesley Rodríguez separa hojas y dice que hay que conocer Costa Rica, su país, y que los derrumbes, inundaciones y sequías son consecuencia del maltrato de los recursos naturales. Wesley tiene 41 años y se anotó como voluntario para aprender. "A mí me decían que el agua era una fuente inagotable. A mis hijos les enseñan que no, y ellos a mí. Estar más cerca de estas cosas me hará ver realmente qué estoy haciendo mal y qué puedo mejorar", dice. El grupo que está en el fango hace un alto en la rutina de medición para comer un sandwich, una fruta y luego continuar. La repetición de gesto que parece aburrida, el trabajo de hormiga con birome que hacen, cobra valor instantáneamente, cuando descubren que ese 0, 1 o 2 anotado servirá para que los científicos sepan qué está pasando y nos cuenten cuán tontos somos, pero cuánto podemos mejorar.

 

EL METODO DE CAPTURA

A través del proceso de fotosíntesis, los árboles toman la luz solar, agua del suelo y el dióxido de carbono de la atmósfera y lo transforman en tronco, madera, hojas, flores, frutos y también en raíces, logrando su madurez y crecimiento. La captura de carbono se realiza únicamente durante el desarrollo de los árboles. Estos absorben dióxido de carbono (C02) atmosférico junto con otros elementos en suelos y aire para convertirlos en madera. Para calcular la captura es necesario conocer el período en el cual el bosque alcanzará su madurez. Los índices varían de acuerdo con el tipo de árboles, suelos, topografía y prácticas de manejo en el bosque.

 

NUMEROS QUE IMPORTAN

En el informe Estado del Futuro 2011, que publicó recientemente el Proyecto Millennium, el desarrollo sustentable y el cambio climático son uno de los 15 desafíos globales de la humanidad. Según este trabajo, en mayo de 2011 el CO² atmosférico se encontraba en 394.35 ppm, el más alto en 2 millones de años; los humanos añadimos alrededor de 45 gigatoneladas de CO² equivalente en GEI (gas de efecto invernadero): la mitad es procesada por la naturaleza y la otra se acumula en la atmósfera. El 90% de los 950 desastres naturales de 2010 estuvieron relacionados con el clima..
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Domingo 29 de enero de 2012 | Publicado en edición impresa

Atmósfera limpia

Por Fabiana Scherer  | LA NACION
 
ITUZAINGO (Corrientes).- Proyecto Santo Domingo, así bautizó la compañía farmacéutica Novartis la iniciativa de captura de dióxido de carbono por forestación en la Argentina. En el departamento de Ituzaingó, Corrientes, se encuentran las 3400 hectáreas que funcionan bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Convenio Marco sobre Cambio Climático de la ONU. Este emprendimiento de forestación (anteriormente eran campos de pastura) tiene como objetivo eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera de acuerdo con los lineamientos de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) establecidos por el Protocolo de Kyoto. Según su artículo 12, los países industrializados pueden ganar créditos o bonos de carbono invirtiendo en proyectos verdes de países en desarrollo, créditos que son utilizados para cumplir con sus obligaciones de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

"Se trata de la primera iniciativa de este tipo en la Argentina y la número 20 en el mundo", explica Heinrich Burschel, gerente general de GMF Latinoamericana, compañía forestal suizo alemana que se unió a Novartis para la implementación del proyecto.

La forestación comenzó en 2007 y en sólo dos años fueron plantados más de tres millones de árboles en 2400 hectáreas, lo que equivale el 70 por ciento del área total. "Se integró un porcentaje de especies nativas de la zona (ver aparte), a las que se suman especies exóticas como pinos en sitio no aptos para especies latifoliadas (nativas) -cuenta Burschel-. Con el tiempo se espera alcanzar una cobertura del 75 por ciento de especies oriundas. Esta tierra tiene el potencial de convertirse en un bosque nativo".

Como primer resultado, la captura de dióxido de carbono prevista para el período 2007-2012 alcanzó las 100.000 toneladas. "Se estima que entre 2007 y 2040 crecerá hasta lograr entre 2 y 3 millones de toneladas." La empresa internacional First Climate es responsable de la medición del CO2 capturado y de la gestión del proceso de MDL.

"Las especies nativas son las más interesantes para la captación de carbono, porque la madera es mucha más densa. El lapacho tiene una densidad que hace que pese 1200 kilos por metro cúbico, mientras que el pino está en los 350 kilos -argumenta Burschel-. Un 50 por ciento del peso es carbono. Y en Santo Domingo crece a la misma velocidad que las variedades más comerciales del pino, lo que es una selección muy buena para la captura de carbono".

Este compromiso a largo plazo surgió de una necesidad que la farmacéutica emprendió en 2005. "Se iniciaron muchos proyectos -asegura Diego Ruiz, director de Marketing de Novartis-, pero el realizado en la Argentina fue el que logró la aprobación de la ONU, dentro del marco de MDL, lo que para nosotros es una gran satisfacción".

Tres son los principios que sostienen al Proyecto Santo Domingo. "Primero, el manejo de los recursos naturales en un marco de sustentabilidad, asegurando su conservación y el mantenimiento, de manera de garantizar una gama amplia de beneficios ambientales y sociales a las actuales y futuras generaciones -enfatiza Burschel acerca de la iniciativa, que recibió el reconocimiento de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación Argentina-. El crecimiento, rentabilidad y viabilidad económica es el segundo punto a tener en cuenta. De esta manera buscamos mantener la productividad y las ganancias a largo plazo. El tercer principio está vinculado con el manejo del ambiente con responsabilidad social".
Sobre la arista comercial del emprendimiento, Burschel sostiene que se trata de "un nicho económico. No hay muchos bosques nativos intactos y obviamente hay una alta demanda de una madera diferente. Pero no nos olvidemos de que estamos hablando de sustentabilidad a largo plazo porque no se daña el ecosistema, sólo se saca la producción anual. Es muy similar a lo que sucede con una vaca lechera -ejemplifica-. Uno puede sacar tanta leche como una vaca pueda dar, no más que eso. Lo mismo pasa con los árboles, si las cosas están bien hechas".

 

ESPECIES MIXTAS

La selección de especies se basó en las posibilidades generales del sitio y en su conveniencia para los objetivos de manejo.

NATIVAS: Ybirá Pytá, Anchico colorado, Lapacho negro, Cedro misionero, Guayubira, Lapacho amarillo, Lapacho rosado, Loro Blanco, Loro negro y Tipa colorada.
EXOTICAS: Grevillea, Pino Elliotti, Pino Taeda, Pino Híbrido.
MAS DATOS http://www.novartis.com.ar/ ; http://www.gmfsa.com/.
http://www.lanacion.com.ar/1444030-atmosfera-limpia



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Domingo 29 de enero de 2012 | Publicado en edición impresa
Cambio climático

Pronóstico reservado

Sube la temperatura, trepa el nivel del mar y aumentan los episodios extremos: la Tierra está pidiendo auxilio. El plan de acción de las Naciones Unidas frente a un diagnóstico fatal
Por Victor Ingrassia  | LA NACION


Cuando en 2007 los científicos integrantes del Grupo Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por su siglas en inglés), dependiente de la Organización de las Naciones Unidas, elaboraron el último informe sobre el medioambiente, no hubo lugar a más dudas: la Tierra se estaba calentando a pasos agigantados y el peligro de más catástrofes naturales y la extinción de plantas y animales era considerado más que probable. A casi cinco años de aquella contundente presentación -en la que se dio a conocer que la temperatura media de la superficie de la Tierra subió 0,74ºC desde finales del siglo XIX y que se prevé que para 2100 habrá ascendido entre 1,8ºC y 4ºC o más si no se hace nada para impedirlo- la situación no se modificó en absoluto.

A medida que el planeta se calienta, cambian las pautas de las lluvias y se multiplican los episodios extremos, como las sequías que actualmente azotan a la Argentina, inundaciones, temporales, incendios forestales y derretimiento de los hielos polares. Esto último provocó, según el informe del IPCC, que el nivel medio del mar haya subido entre 10 y 20 cm a lo largo del siglo XX. Y se espera que para 2100 trepe entre 18 y 59 cm más, lo que generaría grandes inundaciones en ciudades portuarias y la desaparición de porciones de tierra, incluso, islas completas.

Este calentamiento global pronunciado se debe a la concentración de gases de efecto invernadero -principalmente dióxido de carbono (CO2)-, en la atmósfera de la Tierra, que la vuelven más densa y con menor capacidad para permitir la salida del calor que proviene del sol, lo que provoca el alza en la temperatura media del planeta.

Según los expertos de la ONU, los gases de efecto invernadero, que están presentes de forma natural en la tierra, aumentaron desproporcionadamente durante 150 años desde la era industrial. A medida que crecen las poblaciones y los niveles de vida, aumenta el nivel acumulativo de emisiones de gases de efecto invernadero. En diciembre de 2011, mientras los representantes de 194 países se reunían en Durban, Sudáfrica, en la Convención Mundial de Cambio Climático de la ONU, para elaborar un plan de acción de reducción de gases tóxicos en un acuerdo jurídicamente vinculante, la Organización Mundial de Meteorología (OMM) difundió un estremecedor informe sobre el incremento de la temperatura de la Tierra en los últimos años: 2011 tuvo las décimas temperaturas más altas desde que comenzaron los registros en 1850. Y de los 13 años más cálidos se produjeron sin excepciones en los últimos 15, desde 1997.

Las sequías sufridas durante 2011 en varios puntos del planeta como África oriental, las islas del Pacífico ecuatorial central y el sur de EE.UU., y las crecidas sobrevenidas en el sur de África, Australia oriental y sur de Asia, especialmente Filipinas y Tailandia, están asociadas al cambio climático. "Los gases que generan el efecto invernadero alcanzaron un gran impacto en la atmósfera debido a la actividad humana. Volvió a alcanzar niveles récord desde la era preindustrial", afirmó a LNR el secretario general de la OMM, Michel Jarraud, uno de los científicos más destacados de la ONU. "Si las emisiones cesaran hoy, sus efectos y consecuencias en la atmósfera persistirían al menos 20 años", agregó.

"Cuanto más se invierta en energías renovables, más beneficios a largo plazo tendremos para que las futuras generaciones no sufran la escasez de agua o comida, para que tengan una vida saludable y por supuesto, para disminuir los desastres climáticos que ya se están preanunciando", explicó Jarraud.

Al término de 14 días de acaloradas negociaciones, en lugar de los 12 previstos, la cumbre mundial de Durban culminó con la aprobación de una hoja de ruta para un tratado mundial, como exigía la Unión Europea (UE), que obliga a comprometerse a todos los países sin excepción, incluidos los grandes contaminadores: China, Estados Unidos, Rusia, Japón y la India.

Además, se concretó la estructura del Fondo Verde para el Clima con el que los países especialmente afectados por el cambio climático recibirán anualmente 100.000 millones de dólares a partir de 2020.

El tratado, que se podrá firmar hasta 2013, tendrá carácter jurídico, más débil que si fuera vinculante, y entraría en vigencia a partir de 2015. Además, se acordó prolongar hasta la próxima cumbre la vigencia del Protocolo de Kyoto (tratado que obliga a la reducción mundial de las emisiones de CO2 en al menos un 50% en 2050 respecto de 1990). Sin embargo, en este plazo sólo se han comprometido países cuyas emisiones conjuntas suponen un 15% del total. De ese porcentaje, el 11% corresponde a la UE.

Ocurre que los países como India y China (actualmente, el mayor contaminador del mundo), categorizados por la ONU como naciones en vías de desarrollo, no están obligadas, según Kyoto, a reducir sus contaminaciones. Y Estados Unidos, Rusia y Japón no quieren comprometerse a reducir sus emisiones a futuro -lo que implicaría mayores gastos en su economía para cambiar su patrón energético e invertir en tecnologías verdes- si a la India y China tampoco se los obliga.

En los próximos años las naciones buscarán establecer un acuerdo legal vinculante con nuevos paradigmas para equiparar las diferencias existentes hoy y, así, obligar a todos a reducir sus emisiones de gases tóxicos. De otro modo, se hará realidad el peor pronóstico y el futuro parecerá aún más incierto de lo que se augura..
http://www.lanacion.com.ar/1444023-pronostico-reservado


el dispensador dice: "tiempos respirables" no es una mera expresión literaria, antes bien representa a uno de los ángulos de la gracia de la vida que luego se transforma en destino... hoy, las personas ya no son conscientes de la importancia de "respirar" y lo asumen con la naturalidad de la incosciencia, simplemente sucede y ya... pero la ingeniería del verbo (creacional) para sostener la vigencia de los "tiempos respirables" no es un hecho menor, no representa un hecho menor... allí reside la sabiduría que da forma del encaje de fuerzas y equilibrios, esos que habilitan y/o permiten a que miles de generaciones de humanos y miles de millones de especies convivan durante un lapso definido, esencialmente finito, potencialmente revelable... el universo de esta dimensión hace lo suyo, y la naturaleza viva que está contenida en el propio planeta Tierra hace el resto, muy a pesar del hombre y sus soberbias, muy a pesar del hombre y sus demencialismos despreciantes, muy a pesar del "genio"... más allá de ello, el verbo es ángulo y piedra fundamental, simultáneamente y hoy, millones de años después del transplante e implante de la raza humana en la Tierra, el verbo y su aplicación directa a la gracia tanto como a los "tiempos respirables" siguen vigentes. Los tiempos respirables guardan la significancia del mañana necesario, ése que aún no es, que aún no llega, pero que condiciona la iniciativa de este "hoy"transformado en miles de millones de vidas que contienen la esperanza de ser y la ilusión de soñar. Todo ello es motor, pero el equilibrio es demandante... si el hombre no cuida de ellos (equilibrios), la naturaleza lo hará por justa causa... pero si la naturaleza no es suficiente para protegerlos (equilibrios), el verbo tiene la capacidad de recrearse y acondicionar el futuro de modo de sostener (asegurar) la existencia de la cuenta larga, aún cuando ningún hombre la entienda, aún cuando ningún hombre de hoy sepa de los valores intrínsecos de dicha cuenta larga. Claro, apenas si se vive el día a día... y ante este modelo anticultural por excelencia, el ayer no tiene significancia y el mañana posible y el otro, el necesario, tampoco, ya que están envueltos por la incertidumbre, el no saber que la vida siempre depende del sueño que no se ha tenido, que no ha sido revelado, que debe ser esperado, indefectiblemente. El mundo está envuelto en urgencias y ello ha consumido las importancias y con ellas, las prioridades... entonces, nadie es consciente de la importancia de "respirar", y de allí que los árboles no tengan para esta "anticivilización" ninguna importancia... las ciencias de conveniencias utilizan el atropello de manera sistemática y la naturaleza padece, junto con ella el hombre se vuelve víctima de sí mismo, pero no comprende el impacto de sus conductas, conductas que se revelan como daños. Se han terminado las excusas, también los argumentos vacíos, y la naturaleza ya habla por sí misma, y junto con ella, el espíritu de la Tierra se sinonimia con el verbo creador y anuncia su plena vigencia... una vigencia que puede redimir al hombre tanto como condenarlo. En cualquiera de los casos, el hombre está sometido a Dios, por ende al mismísimo verbo, como consecuencia de ello al imperio del Espíritu Santo, y a todas y cada una de las expresiones angulares de la divina celestialidad que lo colocaron (hombre) en este suelo esférico que conserva vida propia hoy, ayer y siempre, aún cuando el hombre sea quitado de la faz de la Tierra. Los tiempos respirables guardan la premisa de la eternidad, una eternidad de la que el hombre es un mero espectador de tiempos cortos... sin atenuantes. Enero 29, 2012.-

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