martes, 3 de enero de 2012

DIARIO DE ALPARGATAS [3] || La sequía acabó con el Imperio jemer en Angkor | Ciencia | elmundo.es

ARQUEOLOGIA | Tras seis siglos de gloria
La sequía acabó con el Imperio jemer en Angkor

Una de los templos de Angkor, invadidos por la naturaleza. | Teresa Guerrero Una de los templos de Angkor, invadidos por la naturaleza. | Teresa Guerrero

Los cambios en el clima y desastres asociados a repentinas inundaciones, glaciaciones o sequías están detrás de la destrucción de civilizaciones y la caída de grandes imperios. Uno de estos casos es el de la desaparición del Imperio Jemer en Angkor (Camboya), un poderoso reino que durante seis largos siglos se asentó en el centro del país asiático y se expandió por toda la región.

Un grupo de investigadores, liderados por Mary Beth Day, de la Universidad de Cambridge, asegura que un largo periodo de escasez de lluvias, unido al mal mantenimiento de las infraestructuras hidráulicas que montaron los jemeres están detrás de su debacle. Hoy, las ruinas de Angkor, declarada Patrimonio de la Humanidad, aun permiten intuir el espectacular esplendor de un periodo que sus habitantes dejaron morir.

Los milllones de visitantes que cada año se acercan al lugar no suelen fijarse en los complejos sistemas hidráulicos que los jemeres pusieron en marcha en la ciudad imperial. Canales, fosas, terraplenes y grandes depósitos, conocidos como 'barays' que, según las dataciones de los científicos, podrían haber sido construidos hace 1.000 años.

La red hidráulica que montaron los jemeres entre los siglos XI y XIII, y que funcionó hasta su caída en el siglo XV, llegó a tener 1.000 kilómetros de longitud en todo su territorio. En los 'barays' almacenaban todo el agua sobrante de las lluvias que caían durante el verano monzónico, que luego se utilizaba para irrigar los campos.

Hasta ahora, los historiadores han explicado la caída de los jemeres a factores como la guerra con los expansionistas de Siam y otros pueblos extranjeros, a la superpoblación, a la conversión de su emperador al budismo o a cambios en los patrones comerciales.

 

El estrés ambiental

Sin embargo, nuevas evidencias, como las que ahora se publican en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS), ponen de manifiesto que el estrés ambiental y, especialmente, una gestión del agua no adaptada a nuevas condiciones climáticas, tuvo mucho más que ver de lo que se pensaba hasta ahora.

El nuevo estudio refleja que en el siglo XIV, las tasas de sedimentación disminuyeron, lo que tiene que ver con que en la región desde finales de ese siglo y hasta los primeros años del siglo XV no se produjeron las lluvias del monzón, sequía que también se ha detectado en los anillos de los árboles en el vecino Vietnam.
"Nuestros resultados demuestran que fueron los cambios en el sistema de gestión del agua lo que se debe asociar con el declive del reino de Angkor en ese momento histórico", apunta el equipo de Day. Sólo hacia el siglo XVII el sistema volvería a funcionar, aunque para entonces el imperio de los jemeres ya era historia.
En concreto, los científicos han detectado un incremento de arena sedimentada que prueba que durante muchos años entró poco agua en los depósitos.

"No podemos distinguir en qué porcentaje la falta de agua se debe al cambio en el clima y a la mala gestión humana de este recurso, pero lo que parece claro es que ambos factores actuaron a la vez", concluyen. Y, aún así, reconocen que el sistema de gestión hidráulica que iniciaron los jemeres es un ejemplo de una sofisticada tecnología humana que fracasó ante unas condiciones ambientales extremas.

En un planeta con una nefasta gestión del agua, este vistazo al pasado puede ser una lección en el que las consecuencias están a la vista: Angkor es hoy está en poder de los árboles que la invaden... y de los turistas.
Contacte con el autor del artículo vía Twitter. @Rosa M. Tristan
La sequía acabó con el Imperio jemer en Angkor Ciencia elmundo.es




el dispensador dice: en mi tercer día de "diario de alpargatas" me sorprendo a mí mismo... ¿quién se iba a imaginar, yo, aquí, observando al Khmer rojo (rouge) en su propio ambiente?, realmente las alpargatas son mágicas, todo lo pueden, semejando una versión moderna de las alfombras voladoras, capaces de transportar al alma hasta ángulos insondables de la más temeraria imaginación... pero a diferencia de la versión ancestral de la persia, las alpargatas guardan en sus fibras propiedades que la distinguen de las otras magias, ya que ellas pueden contemplar los paisajes, reubicar los horizontes, conferir un espectro amplio de colores, sumar o restar la presencia de almas, y hasta observar el paso de la historia en un segundo... algo así como un cine que, aún siendo tenido por un simple "ilusionismo", tiene la capacidad de grabar la historia, conservar las intenciones contenidas, sostener el valor de los espíritus, sus circunstancias, sus tiempos, sus habilidades, y más, porque el hombre en su vida no sólo deja huellas y es seguido por sombras... siempre hay algo más, un "algo" que suele ser medular, usualmente no atendido por el otro y sus apuros, mucho menos por los prójimos y los propios. Esta singular capacidad de las alpargatas ni siquiera son comunes a la electrónica, a la internet, y a esta remozada versión de una Pérgamo (biblioteca de) plagada de electrones que leen documentos perdidos, o bien, una también remozada versión de una Alejandría (biblioteca de) donde los átomos juegan a esconder escrituras sagradas y otras científicas, antes que vengan los fundamentalismos a quemar los conocimientos capaces de ultrajar el peor de los oscurantismos. Raro es este mundo humano, habla de sensaciones y sentimientos, para luego negar su presencia tanto como su existencia, prefiriendo la incapacidad de los atajos antes que la capacidad de las tediosas líneas rectas...  me espanta apreciar que el sendero del medio es despreciado una y otra vez, suplantado por los facilismos que otorgan los oportunismos de las vanidades, esas que se erigen en reyes y reinas sin comarca, vistiéndose de soberbias y emperifollándose con desprecios que brillan como diamantes para simplemente evaporarse ante los atropellos de las realidades no atendidas. Se habla de aquellas culturas, de aquellas civilizaciones, como si se tratase de guiones de cómic, cinematografías sin película, cuyos actores fueron mucho más que un paisaje en un concierto de tiempos... hubo sequías... les llovió demasiado... explicaciones facilistas de circunstancias que aún habiendo existido, jamás fueron "simplezas" adaptadas a los libros... antes bien fueron vivencias de personas concomitantes con sus espacios, sus ciclos, sus espirales, por ende sus tiempos... la historia pinta todo en blanco y negro, le confiere un tiempo antojadizo, y lo arroja al paso de los otros... para que esos mismos otros acepten o custionen lo establecido por una historia que se torna "oficial", sólo porque nadie tiene tiempo de revisar las aseveraciones de los otros, esos mismos que arrogan el derecho de morder la manzana para luego devorarse a la víbora de los desprecios, esa que mordiendo el alma, se queda con todo, hasta lo ajeno. Angkor es un eco de pasados ciertos, allí vivió y trabajó gente, gentes al fin que tuvieron la capacidad de hacer algo que hoy mismo, con mucha tecnología a la mano, nadie es capaz de repetir... doble valor entonces, por la capacidad, su habilidad y la sapiencia de pensar en el sentido de los "conjuntos", algo que hasta las mismas matemáticas han perdido, prescindentes de las cosmogonías de las cuentas largas o las filosofías de las cuentas cortas. Alguien le enseñó al ser humano a apreciar los ángulos de la piedra y diferenciarlos de los ángulos de los valores, así como alguien le enseñó al ser humano a sumarse al universo, algo que las soberbias restaron imponiendo una Babel a escala terrestre... todos hablan, nadie se entiende... todos hablan, nadie se escucha... todos hablan, nadie atiende al otro... pero todos insisten en la necesidad de ser escuchados y atendidos, sin siquiera tener la habilidad de comprender los sonidos del prójimo. No hay alma en la historia que se cuenta... sin alma es un dibujo animado, burdo, de algo que nunca ocurrió porque jamás fue interpretado ni tampoco valorado en su exacta dimensión... finalmente, la vida de los otros, aquellos que nos han antecedido en el camino de la vida, apenas si fue un trámite de experiencias que no le sirven a nadie, esos "ningunos" que viven apurados tratando de recoger lo que nunca sembraron, de apoderarse de aquello que nunca construyeron, de apropiarse de eso otro que nunca les perteneció ni tampoco les pertenecerá, porque así está escrito desde la hora cero de los tiempos, antes que el verbo fuese pronunciado. Angkor  es una pálida visión del espíritu del hombre actual... supo tener todo, como gracia de los Dioses... hoy está en ruinas por no haber reconocido el valor de aquellas gracias... y los Dioses, chicos, los Dioses no perdonan... Enero 03, 2012.-

No hay comentarios: