ARTE | Se exhiben 36 de sus obras maestras
El bizco que pintaba como los ángeles
Motivo central de 'La Virgen de la Ghiara con San Pedro' (1618).
'El matrimonio místico de Santa Caterina' (1614-15).
Cuenta la leyenda que cuando Francesco Barbieri era un bebé y estaba durmiendo plácidamente en su cuna, al cuidado de una nodriza, se produjo en la casa un accidente doméstico acompañado de un fuerte estruendo. El susto provocó que aquel niño nacido en 1591 sufriera una convulsión a causa de la cual el ojo derecho se le desvió, convirtiéndose en estrábico. A partir de aquel momento fue apodado así: Guercino (bizco, en italiano). Y es así como ese artista, uno de los grandes pintores del barroco italiano, ha pasado a nuestros días.
El Palacio Barberini de Roma consagra ahora una exposición a Guercino que reúne 36 de sus obras maestras (17 de ellas prestadas por la Pinacoteca de Cento) y a través de las cuales es posible recorrer la dilatada carrera de este artista que comenzó a pintar siendo un niño, que no dejó de hacerlo hasta su muerte a los 75 años y que en durante sus más de 60 años de actividad se convirtió en el más prolífico de todos los artistas del barroco italiano.
Tan relevante y tan inmenso fue el talento del Guercino que hasta gigantes de la talla de Diego Velázquez no dudaron en visitar la pequeña Cento (su localidad natal, a 28 kilómetros de Bolonia) para poder estrechar la mano del eminente pintor, a quien su maestro, el artista Ludovico Carracci, no dudó en calificar de "monstruo de la naturaleza".
Con todos esos antecedentes no es de extrañar que cuando el boloñés Alessandro Ludovisi fue elegido Papa en 1621 con el nombre de Gregorio XV llamara a su muy admirado Guercino a Roma prara encargarle la decoración del Casino Ludovesi, el palacio de la familia. En el techo de la sala central del Casino Ludovesi Guercino pintó a la Aurora, representada por una joven diosa sobre un carro tirado por dos caballos que huye de la Noche.
Pero, además, de su maestría, al Guercino hay que reconocerle también una gran prudencia como contable y gestor. Al menos eso es lo que asegura Fausto Gozzi, director de la Pinacoteca Cívica de Cento y comisario de esta exposición junto con Rosella Vodret.
"De sus libros de contabilidad emerge información de gran interés. Como que, por ejemplo, que entre la señal que cobraba antes de empezar una obra y el pago final pasaba al menos un año, en gran medida porque trabajaba hasta en 12 cuadros a la vez", subraya este especialista.
Los precios del Guercino variaban según la dificultad que exigiera el trabajo. Por un cuadro con una figura completa cobraba 100 ducatones, 50 por los retratos de medio cuerpo y 25 por los de sólo la cabeza.
"Los ingleses hacían largos viajes para acudir a comprarle", señala Gozzi. Pero Guercino también gustaba mucho en Roma. De hecho, y para conseguir encandilar a la ciudad eterna y a la corte papal, el artista no dudó en cambiar de estilo y en buscar una vía de en medio entre el 'caravaggismo' y la sugestión clásica. Gracias, en gran medida, a una paleta muy cromática encabezada por el azul lapislázuli (que, dado su elevado precio, se hacía pagar a parte).
Pero la exposición que hasta el próximo 29 de abril se puede contemplar en el Palacio Barberini no es sólo un homenaje a Guercino, sino también al britanico Sir Denis Mahon, el coleccionista e historiador del arte responsable de haber popularizado entre el gran público a los genios del barroco italiano -desde Caravaggio a Guido Reni, pasando obviamente por Guercino- quienes, hasta que él los desempolvó, habían quedado incomprensiblemente relegados a criar telarañas en la sombra. "Mahon trabajó con ahínco desde la década de los 30 hasta su muerte, centenario, en abril del año pasado, por dar a conocer a los grandes artistas italianos del siglo XVI", señala Rosella Vodret. "Esta muestra de hecho nace como un homenaje a sir Denis Mahon", admite.
El Palacio Barberini de Roma consagra ahora una exposición a Guercino que reúne 36 de sus obras maestras (17 de ellas prestadas por la Pinacoteca de Cento) y a través de las cuales es posible recorrer la dilatada carrera de este artista que comenzó a pintar siendo un niño, que no dejó de hacerlo hasta su muerte a los 75 años y que en durante sus más de 60 años de actividad se convirtió en el más prolífico de todos los artistas del barroco italiano.
Tan relevante y tan inmenso fue el talento del Guercino que hasta gigantes de la talla de Diego Velázquez no dudaron en visitar la pequeña Cento (su localidad natal, a 28 kilómetros de Bolonia) para poder estrechar la mano del eminente pintor, a quien su maestro, el artista Ludovico Carracci, no dudó en calificar de "monstruo de la naturaleza".
Con todos esos antecedentes no es de extrañar que cuando el boloñés Alessandro Ludovisi fue elegido Papa en 1621 con el nombre de Gregorio XV llamara a su muy admirado Guercino a Roma prara encargarle la decoración del Casino Ludovesi, el palacio de la familia. En el techo de la sala central del Casino Ludovesi Guercino pintó a la Aurora, representada por una joven diosa sobre un carro tirado por dos caballos que huye de la Noche.
Resolutivo con los encargos
Y el salón noble del palacio lo decoró con frescos representando la Fama, el Honor y la Virtud. Guercino pasó en total dos años en Roma. Y si no pasó pasó más fue porque el Pontificado de su gran mecenas en la Ciudad Eterna, el Papa Gregorio XV, sólo duró dos años.Pero, además, de su maestría, al Guercino hay que reconocerle también una gran prudencia como contable y gestor. Al menos eso es lo que asegura Fausto Gozzi, director de la Pinacoteca Cívica de Cento y comisario de esta exposición junto con Rosella Vodret.
"De sus libros de contabilidad emerge información de gran interés. Como que, por ejemplo, que entre la señal que cobraba antes de empezar una obra y el pago final pasaba al menos un año, en gran medida porque trabajaba hasta en 12 cuadros a la vez", subraya este especialista.
Los precios del Guercino variaban según la dificultad que exigiera el trabajo. Por un cuadro con una figura completa cobraba 100 ducatones, 50 por los retratos de medio cuerpo y 25 por los de sólo la cabeza.
"Los ingleses hacían largos viajes para acudir a comprarle", señala Gozzi. Pero Guercino también gustaba mucho en Roma. De hecho, y para conseguir encandilar a la ciudad eterna y a la corte papal, el artista no dudó en cambiar de estilo y en buscar una vía de en medio entre el 'caravaggismo' y la sugestión clásica. Gracias, en gran medida, a una paleta muy cromática encabezada por el azul lapislázuli (que, dado su elevado precio, se hacía pagar a parte).
Pero la exposición que hasta el próximo 29 de abril se puede contemplar en el Palacio Barberini no es sólo un homenaje a Guercino, sino también al britanico Sir Denis Mahon, el coleccionista e historiador del arte responsable de haber popularizado entre el gran público a los genios del barroco italiano -desde Caravaggio a Guido Reni, pasando obviamente por Guercino- quienes, hasta que él los desempolvó, habían quedado incomprensiblemente relegados a criar telarañas en la sombra. "Mahon trabajó con ahínco desde la década de los 30 hasta su muerte, centenario, en abril del año pasado, por dar a conocer a los grandes artistas italianos del siglo XVI", señala Rosella Vodret. "Esta muestra de hecho nace como un homenaje a sir Denis Mahon", admite.
La exposición de Guercino marca además la reapertura como salas de exposición de varias monumentales estancias del Palacio Barberini, que durante décadas habían albergado el Círculo de Oficiales del Ejército. Esas salas, que en total ocupan una superficie de unos 1.000 metros cuadrados, marcan el fin de la larga restauración del Palacio Barberini.
el dispensador dice: algo toca tu espalda, llama tu atención, giras pero no ves a nada ni a nadie... te sorprendes y algo frío recorre la columna vertebral... escuchas a alguien pronunciando tu nombre, te das vuelta buscando la fuente del sonido pero no ves a nadie, estás solo... te llama la atención y una rara sensación invade tu estómago... parece que alguien ha ingresado a la habitación donde estabas trabajando en soledad, miras con ansiedad pero sigues estando solo y reflexionas acerca de la imposibilidad que algo haya atravesado la puerta ya que ésta estaba cerrada con llave. Existen muchas situaciones que se tornan íntimas y se guardan como experiencias inaceptables, jugarretas de la mente... sin embargo, en verdad ellas suceden y son "golpes" del espacio-tiempo. Algo que viene de la dimensión contigua, cruza el umbral y pasa a formar parte de tu vida, sin que te des por aludido, sin que lo aceptes, sin que seas conciente... uno de los que tiene el don y la gracia de cruzar el portal contiguo a tu aura no es otro que tu mismo ángel, un ángel de la guarda que interactúa con otros... uno de esos "otros" puede ser el que guía tu mano y el pincel en ella, cultivando el "genio", esa rara capacidad de acceder al éxtasis por un lapso ínfimo que nunca volverá a repetirse, aún cuando se ingrese y se salga de la intención de la obra pictórica... "genio", algo que hizo que ese trazo se sublimara en el espíritu y que éste descendiera a la tela en forma de "forma"... luego, quien admire la obra sentirá "algo" que lo subyugará y no sabrá definir de qué se trata... algo ininteligible lo llama desde la tela, no sabe que es, pero cada vez que deposita sus ojos en ella, se siente "vivo" y algo más. ¿Te ocurrió?... sí, quizás, puede ser, podría ser a regañadientes, tal vez, nunca, jamás. Más allá de lo aceptable y de lo inaceptable... los ángeles siguen entrando y saliendo de la dimensión contigua, interactuando con el propio ángel de tu guarda, ése que protege el aura del destino que te pertenece por gracia... pero, qué es un ángel?... wikipedia dice: Un ángel es un ser inmaterial presente en algunas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios. Los ángeles son a menudo representados como mensajeros de Dios en la Biblia hebrea, Biblias cristianas y el Corán. Según las tres principales religiones monoteístas, los ángeles además actúan como mensajeros, ejecutando los juicios de Dios y sirviendo a los creyentes. Desde este punto de vista, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el cristianismo, se habla del ángel de la guarda o custodio, que sería aquel que Dios tiene señalado a cada persona para protegerla. ... en realidad, los ángeles forman parte de la compañía del hombre desde que puso su primer pié en la Tierra, está dentro de todas las sagradas escrituras de todas las expresiones religiosas, de todas las culturas, de todos los tiempos en los que el hombre, luego de su baño de madre, es entidad de huella y sombra por lapso corto, lo suficientemente corto como para regresar a su condición de espíritu y ver cómo la vida es una oportunidad única para contribuir al despertar de aquellos que nos siguen, no sólo como herencia directa, incluso como invitados partícipes anónimos y desconocidos que deben contemplar aquel "algo" que los impulsará a contribuir con "su" renovado granito de arena. Nuevamente wikipedia dice: La palabra española "ángel" procede del latín angĕlus, que a su vez deriva del griego ἄγγελος ángelos, 'mensajero'. La palabra hebrea más parecida es םַלְאָךְ mal'ach, que tiene el mismo significado. El término ángel también se usa en la Biblia para las siguientes tres palabras hebreas:
- אביר abbir (literalmente 'poderoso'), en el Libro de los Salmos (78:25).
- אלהים Elohim ('dioses' o plural mayéstático de Dios, según los autores), en Salmos (8:5).
- שנאן shin'an, en Salmos (68:17).
4-ESPÍRITU también se representa como el año del TRAZO, porque se trata del primero (trazo) de la NUEVA ERA del SEXTO SOL, el que curiosamente coincide con el AÑO de los ÁNGELES.
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