jueves, 31 de julio de 2014

DEIR YASSIN de Farha Nasra... y Nikola Tesla...



Cuento: 'Deir Yassin' de la autora Farha Nasra

Deir Yassin una de las primeras masacres a mano de la banda sionista Irgún y Stern del 9 al 11 de abril de 1948 y el principio de la ocupación sionista del territorio palestino.

Una  mujer palestina sostiene la llave de su casa de la que fue expulsada durante la Nakba de 1948. (Foto: AFP - Hazem Bader)
Las masacres han sido  y son la política de estado de Israel tanto para ocupar y vaciar los territorios palestinos y el exterminio de los refugiados en los países limítrofes. Así tenemos Masacres como Kuffor Kassem, Quibia, Sabra y Shatila, Gaza, Rafah, Nahalin, Bet Hanun, Yenin, Rafah, Cana, Bent Eybel, Tíro… Ahora Gaza.
La literatura no estado exenta de denuncia, porque los escritores mantienen viva la memoria colectiva de los pueblos y han  traducido el grito ahogado de las victimas en versos y prosa.
Cuento 'Deir Yassin'
Autora: Farha Nasra
Los nueve de abril, Abu Omar no iba a trabajar.  Se levantaba al amanecer y emprendía el camino desde el campamento Aida hacia Deir Yassin.  Abandonaba la carretera y se introducía por entre las colinas esquivando piedras y matorrales.  No podía aproximarse a la aldea.  Los caminos permanecían vigilados.  Los soldados incursionaban constantemente en el lugar y él no estaba de humor para que lo hostigasen.  Prefería pasar algún tiempo oculto en las cuevas de los cerros, hasta ver la senda despejada y entonces reanudaba el viaje.  Después de varias horas de andar por entre los montes, sentía cómo los rayos del sol golpeaban con fuerza su cabeza.  A cada paso, el calor y el cansancio se apoderaban de sus pies y lo agobiaba pensar en emprender el viaje de regreso.
Año tras año, en la entrada de la aldea, a la misma hora, lo esperaban dos hombres, que al igual que él, habían sobrevivido al exterminio.  Intentaban ver su hogar otra vez.  Ahora, en el lugar jugaban y reían otros niños y alrededor de las mismas mesas en las que ellos comieron, se reunían colonos israelíes, que los encañonaban obligándolos a retirarse. Entonces se les hacía más difícil el retorno a la vida que les habían impuesto.
Un nueve de abril hacía veintiséis años, en el hogar de Abu Omar, la tetera hervía y las camas estaban sin hacer.  Su mujer esperaba un nuevo hijo y el otro tenía dos años.  Sobre la mesa había; aceitunas, queso de oveja, aceite de oliva, zahtar, una paila de carne con tomates y cebolla y el pan árabe recién horneado sobre la panera.  Después de desayunar, Abu Omar besó al hijo que dormía y se dispuso a ir a su oficina de contabilidad.  Él había estudiado en Beirut, para encargarse de la empresa familiar cuando eran los tiempos de bonanza.  Ya habían transcurrido algunos años desde que se comercializara el salitre proveniente de Chile para los campos de naranjales de exportación de la zona de Gaza y Yafa.
En ese minuto, la banda Irgun irrumpió en su casa.  Eran fuerzas uniformadas, adolescentes armados con pistolas, ametralladoras, bombas y cuchillos.  Dos hombres inmovilizaron a Abu Omar que intentó soltarse.  Gritó, pidió ayuda, mientras lo acallaban a culatazos y a puntapiés.  Registraron la casa, voltearon los muebles y bajo una cama encontraron al hijo de Abu Omar, temblando y mojado en su propia orina.  Lo arrastraron del pelo y tiraron el mantel de la mesa.  Los trastos y la comida cayeron al suelo.  Después pusieron al niño sobre el mueble y una muchacha de ojos enrojecidos, lo degolló de un solo tajo.  La madre gritaba desesperada.  Invocaba a Dios mientras afirmaba su vientre y miraba aterrada a su esposo.  Abu Omar logró soltarse y abrazó el cuerpo de su hijo, mientras veía la sangre caer al suelo.  Los soldados lo golpearon hasta aturdirlo y afirmándolo de los brazos, fue obligado a ver cómo un uniformado vació el arma en la cabeza de Um Omar y luego le abrió el vientre sacándole el bebé que aún se movía.   El soldado les mostró a los demás su arma que escurría sangre.
Desnudaron a Abu Omar, lo subieron a un camión junto a dos hombres para ser exhibidos en los poblados próximos.  A su paso vio muchos cuerpos tirados, mujeres, niños, hombres, ancianos; los estaban degollando. Una delegación de de la Cruz Roja internacional encabezada por Jack Rinier representante de la organización en Jerusalén intentaba entrar a la aldea.  A pesar que él ubicaba a Jack, no advirtió su presencia, sólo tenía en la cabeza las imágenes de los asesinos de su familia.  Y en ese minuto dejó de ser creyente.
El camión avanzó hacia los poblados de los alrededores.  La noticia de lo ocurrido en Deir Yassin se había esparcido.  Por megáfono, los soldados ordenaron a la gente abandonar el lugar, amenazando con iniciar la operación limpieza.  La personas huyeron despavoridas.  Algunos cargaron almohadas que confundieron con los bebés.  Llevaban las llaves de sus casas colgando al cuello, para regresar cuando todo se calmase.
Cientos de miles de familias se encaminaron hacia los países fronterizos.
Ya había anochecido.  Abu Omar regresó al campamento Aida.  Se disponía a dormir cuando los vecinos tocaron la puerta en forma insistente. Que cubriera los vidrios con diarios, que apagara las luces.  “Los helicópteros se acercan, se escucha el ruido de los motores” gritaban.  Abu Omar no sabía cuánto iba a durar esta vez la incursión del ejército israelí por Beit Jala.  Fue a buscar el pan que guardaba tostado para estas ocasiones y algunas latas de conservas.  Cerró la puerta de un golpe y pensó “el ser humano se acostumbra a todo… a todo; eso es lo que ellos creen”.  
Sobre la autora: Farha Nasra es escritora y Licenciada en Artes Plásticas. Ha participado en exposiciones pictóricas. Desde hace 10 años figura en antologías de cuentos. Investigadora literaria. Autora de artículos de actualidad. Deir Yassin es un cuento que retrata ese capitulo de historia Palestina y sirvió de inspiración para uno de los capítulos de su novela El rugir de las piedras. 
Fuente: Farha Nasra para Palestinalibre.org

el dispensador dice: supe tener a dos abuelos libaneses (Chamoun/Cheade)... muy vinculados a la política, a la justicia, a la educación familiar... ambos abuelos lo eran por adopción, y estaba (yo) complacido de ello... porque se trataba de personas que hablaban mediante silencios, mediante miradas... escasos de palabras... abudantes de sapiencias... desbordantes de pensamientos irrepetibles... por aquellos años, comienzos de los cincuenta en el siglo pasado, los vínculos funcionaban muy distinto a como lo hacen hoy... hablaban poco y nada de sus respectivos ayeres... pero dicha familia, numerosa por cierto, tenía brazos en Buenos, Córdoba y Tucumán... muchos vínculos personales con Juan Domingo Perón, un hombre que sabía de vínculos, de brazos, y de estrategias, claro está... se notaba que ellos (abuelos) habían pasado por distintas vicisitudes, nada fáciles, como era todo por aquellos años... esencialmente, puedo decir que aprendí de ellos a hablar mediante las miradas, los silencios, aceptando las soledades que impone el destino, y las otras que uno se busca para sentirse en armonía con uno mismo... hoy (no antes) puedo decir que construí mi vida siguiendo sus modelos... lectura, formación, esfuerzo, voluntad, silencio... mirada siempre dirigida hacia el horizonte... algunas veces, de tanto leer... me llenaba de preguntas... algunas encontraban respuestas, y otras recibían silencios que decían todo, sin necesidad de pronunciar una sola palabra...

llegué a imaginarme mucho de sus respectivos pasados... algunos de sus hechos los pude conocer muchas décadas después de desaparecidos ellos... luego el  tiempo se encargó de deshilvanar la familia otrora unida por los infortunios... cuando mueren los que aglutinan, les siguen aquellos que son atropellados por la vida... y así parece que funcionan los ciclos humanos, las generaciones, los padres y los hijos, sucesivamente... 

muchos años más tarde, tuve oportunidad de conocer y palpar las tierras árabes de varios lugares del mundo... algunas tierras musulmanas, y otras cristianas... algunas en el África, y otras en el cercano oriente... y cuando aquel momento llegó, de la RAU (República Árabe Unida) no quedaba nada... ni vestigios... ya que políticamente todo había virado hacia peor... mucha intervención de inteligencias empecinadas y pocas neuronas... mucha política internacional mezquina, para no decir miserable... mucha venta de armas... mucha promoción de fundamentalismos, y mucho prestarse a visiones tan mezquinas como miserables... demasiada distancia de Dios y sus signos y señales... muchas palabras y pocos hechos... mucho imperio de los atropellos... y claro está, el mundo se seguía transformando.... para mal...

cabe acotar que a lo largo de mis años, supe coleccionar muchos amigos (amigos en serio) judíos, y no pocos árabes cristianos, y también otros musulmanes... no he conocido uno solo que se regocijase en los sentidos de los conflictos, las guerras, los muros, las trincheras, o elementos que sirvieran para dividir... como sea, no he conocido a uno solo que no tuviese su alma en paz consigo mismo y con sus prójimos, sean de la religión que sean, sean de la etnia que sean... y he portado siempre la misma imagen de convivencia, con sus altos y bajos... propio de las relaciones humanas...

desde antes de la globalización... ciertos ángulos del poder se vienen pudriendo... tal vez colaboraron las corporaciones que se fueron apoderando de los estados, vaciándolos de contenidos, e inyectándoles corrupciones crecientes y denigrantes... dicho de otra forma, crearon estados ausentes que denigran la condición humana de los otros, sean propios y ajenos, al tiempo que recitan largos discursos donde prometen todo y no dicen nada, para inmediatamente negar con sus hechos aquello que habían discurseado... podría decirse que ellos son los responsables de empobrecer el mundo globalizado, para dominarlo, esclavizarlo, quitarle derechos, para luego arrasar con el conjunto según sus antojos...

poco a poco, me fui dando cuenta que en realidad los nazis no habían salido de Alemania (lugar en el que he estado trabajando)... sino que eran parte de un poder ininteligible que nadie veía, que estaba en alguna parte repleta de cinismos e hipocresías, usando gentes... esos nazis eran en esencialmente personas con forma humana, pero sin contenidos humanos, algo así como una cáscara, vacíos de alma, carentes de espíritu... siempre dispuestos a respaldarse en los cultos respectivos... hablando de solidaridades, misericordias y otras compasiones, todas muy raras... fuesen judíos, cristianos o musulmanes, en cualquier orden... más unos y menos otros, y viceversa...

hoy... estoy convencido que aquellos nazis prepararon este sacrificio que opera al modo de la inquisición eclesiástica medieval... buscando brujas... si no las hay, creándolas... enviándolas a la hoguera... o creando la hoguera donde no las hay, a efectos de hacerles creer a todos que sí las había y que debían ser sacrificadas... dado que nací al poco tiempo de terminada la segunda guerra mundial, he asistido con interés a todos los conflictos que han vestido el mundo humano desde 1950 hasta el presente... o sea... muchos... todos respondiendo a intereses y conveniencias de pocos, en contra de las inocencias y las humildades de los muchos...

hoy también, me espanta la manipulación corporativa de todo lo que cursa y ocurre en cualquier parte de un planeta que ha quedado chico, de golpe... la mayoría de las noticias que emergen por los medios, son lamentables mentiras de realidades manipuladas... salvo los daños colaterales ejercidos sobre aquellos anónimos inocentes, olvidados por los estados ausentes, pasibles de ser sacrificados en sus derechos y en sus destinos, según aquel criterio nazi que se instaló en la Europa Medieval promediando los años treinta del siglo pasado... un criterio que hoy impera y domina cualquier paisaje haciendo de las gentes sus "materiales descartables", que son justamente descartados antojadizamente... propio de poderes miserables y mezquinos, ejercidos por personas sin alma ni espíritu... comprable y vendible, con todo lo que ello significa...

curiosamente, hoy mismo, las ciencias han dejado de ser tales para transformarse en conveniencias... por ende carecen de ética, no respetan valores, y sirven a fines militares que invaden territorios como invaden las saludes de las personas... traducido: esta ciencia también sirve para manipular y dominar las inocencias de los humildes... por ende ha dejado de tener un fin social, altruista, que agregue valor al "valor humano"... por el contrario, esta ciencia de conveniencias, resta valor a los valores, denigrando la condición humana de cualquiera...

la última vez que estuve en el norte del África... pensaba en aquellos abuelos y sus hechos... estaba parado sobre una duna justo donde el océano Atlántico y el Sahara se juntan, en alguna parte... no importa donde... recordaba hechos de las vidas de ellos y sus conjunciones con la mia propia, cuadraturas, oposiciones, ángulos y geometrías que se van construyendo circunstancias mediante... tuve entonces la sensación de estar acompañado por ambos, por Emilio y por Santina... hablaban al modo de una consciencia... anticipándome que este mundo se transformaría en una hoguera de vanidades y miserias humanas... en algún tiempo... no importaba cuándo... tuve la visión muy clara... de que los poderes desenfrenados de perversidades, saquearían el mundo humano de los mortales, asumiendo que ellos eran los dueños del mundo (dueños sin título de propiedad), y que los mortales eran pasibles de ser sacrificados cuando ellos (miserables) quisieran...

justo está ocurriendo... aquello que vi... 

en aquella misma visión de arenas y océano... me dijeron... que justo ahora, a estos miserables se les terminaría el contrato que tenían con el demonio, que había regido la Tierra y a la humanidad por mil años... Dios quiera que así sea... porque este mundo se ha vuelto invivible, y no merece existir para dar lugar al pensamiento nazi. JULIO 31, 2014.-

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