El talento perdido de la Segunda Guerra Mundial
Día 12/07/2014 - 06.03h
En el 70 aniversario de la muerte de Saint-Exupéry,
la Cultura añora a los artistas desaparecidos en el
conflicto
De entre todas las consecuencias negativas de una guerra siempre se pone de relieve el número de víctimas y las generaciones perdidas. Es decir, los fallecidos y los no nacidos por culpa del conflicto y su posterior miseria. En el caso de la cultura, la Segunda Guerra Mundialno solo fue devastadora con las obras de arte, sino con varios nombres que estaban llamados a hacer grandes cosas en el cine, la literatura o incluso el deporte.
La más recordada de estas pérdidas será la de Antoine de Saint-Exupéry, autor de «El principito» y de cuya muerte se cumple este mes 70 años. El escritor francés era conocido por su manejo de las aeronaves, una afición que reflejó en algunas de sus obras más celebradas, pero aquel 31 de julio de 1944 todo salió mal.
Saint-Exupéry despegó de la isla de Córcega a bordo de un Lockheed P-38 para fotografiar posiciones enemigas al este de su Lyon natal. Se trataba de un vuelo de reconocimiento en el tramo final de la Segunda Guerra Mundial, pero nunca más se supo: su avión se perdió en elMediterráneo, cerca de las costas de Marsella.
«La primera mujer»
También en un accidente aéreo, aunque en circunstancias bien distintas, perdió la vida la actrizCarole Lombard. En el libro «Ser o no ser. Ernst Lubitsch: guía para ver y analizar» (Octaedro), Manuel Moreno Díaz y Juan Manuel Rodríguez Pachón definen a Lombard como una intérprete «estandarte de elegancia, sensualidad, inteligencia y picardía. Una de las grandes de la comedia». En esta ocasión, el destino y el ambiente prebélico hicieron que su avión se estrellara 16 de enero de 1942 en las montañas de Nevada.
Más allá de la muerte de Saint-Exupéry, las letras europeas perdieron a otros autores como Ana Frank o Janusz Korczak. La primera, de origen judío y de sobra conocida por el diario que lleva su nombre, estuvo dos años y medio ocultándose de los nazis. Acabó muriendo de tifus en el campo de concentración de Bergen Belsen semanas antes de ser liberado.
El segundo, Janusz Korczak, era un conocido pedagogo, escritor y activista cuya historia aparece en libro «El pianista de Varsovia», de Wladyslaw Szpilman. Korczak estaba al frente de un orfanato judío que fue evacuado al campo de concentración de Treblinka. Aunque tuvo la oportunidad de salvarse, no quiso abandonar a los niños. Durante el trayecto y la estancia en Treblinka maquilló con buenas palabras –al más puro estilo de «La vida es bella»– aquella realidad que acabó con todos en la cámara de gas.
Un sobrino «rojo»
El caso de Esmond Romilly trasciende todo lo anterior. No se dedicó a la cultura, no era judío, pero su influencia provocó una escena para la historia. Conocido como el sobrino «rojo» de Churchill, Romilly estaba casado con Jessica «Decca» Mitford, perteneciente a una de las familias nobles más importantes de Reino Unido.
Fue entonces cuando surgió una espectacular anécdota que la propia Jessica Mitford recogió después en su libro «Nobles y rebeldes»(Asteroide). A Mitford le costaba asumir que su marido no iba a volver, y Churchill quiso reunirse con ella en la Casa Blanca. En aquella conversación le ofrecieron trabajar para el embajador inglés en Estados Unidos: la idea era garantizar su futuro ahora que se había quedado viuda. Ella se negó, cogió el fajo de billetes y lo arrojó a la cara de Churchill. Con el tiempo se convirtió, además de en una gran periodista, en una defensora de los derechos civiles.
El prototipo ario
Alemania perdió la guerra y también aportó bajas a esta nómina de talento malogrado. La vida de Carl Ludwig Long pasará a la historia como un ejemplo de deportividad e infortunio. «Luz» Long era el prototipo de hombre ario: blanco, rubio y ojos claros. Campeón alemán de salto de longitud, se presentó a los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 –culmen de la parafernalia nazi– como uno de los favoritos para conseguir la medalla de oro.
El día de la final, con Hitler en el palco, «Luz» Long se midió entre otros al estadounidense y negro Jesse Owens. El atleta foráneo, uno de los mejores de la historia, comenzó la final con dos saltos nulos. En un intermedio, Long se acercó para darle ánimos y sugerirle cómo mejorar. A partir de ahí, Owens fue creciendo en la prueba y en el quinto saltó consiguió la marca que le valió la medalla de oro. Cuentan que Hitler se marchó del estadio, que prefirió no felicitar al campeón mientras «Luz» Long sí lo hizo, protagonizando una de las fotografías más famosas del olimpismo.
El atleta alemán, plata en aquella final, terminó combatiendo en la guerra para el ejército nazi. Murió en un hospital militar de Siciliacontrolado por las fuerzas británicas, días después de luchar en la defensa de Italia del avance de los aliados.
La irracionalidad del conflicto tuvo una última víctima en la figura deAnton Webern. Extraordinario músico de la Segunda Escuela de Viena, murió mientras encendía un cigarrillo en la puerta de su casa. Era 15 de septiembre de 1945 y aún no se había levantado el toque de queda. Al parecer, un miliciano estadounidense disparó contra él por error mientras perseguía al yerno del músico, acusado de contrabando. Según otra versión, más absurda todavía, el soldado estaba ebrio y confundió la luz del cigarrillo con la ráfaga de un fusil.
con los años vas aprendiendo que los silencios hablan...
a veces desde la juventud misma, te das cuenta que los silencios se imponen sobre cualquier palabra proferida por almas que no se contienen a sí mismas y necesitan de las culpas de los otros para sentirse "vivas"... y allí te das cuenta, también, que esas almas son tan tóxicas que tienen capacidad para intoxicarte e intoxicar tus circunstancias, envenenando todo lo que tocan, lo que cocinan, lo que miran... por su sola presencia "contamina"...
tuve la inmensa suerte de que mi madre fallecida al nacer yo, se me presentase en sueños, hablándome de cosas que fui madurando con el tiempo... y lo hizo una y otra vez, explicándome lo que de este lado es inexplicable... y he hecho culto a aquellos encuentros que duraron casi treinta años...
en el medio de esos treinta años asistí a circunstancias impensadas por lo impensadas o por ser imposibles, y ello me sirvió para reconocer los paralelismos dimensionales de los varios mundos que se superponen sobre aquel que el ser humano respira, transpirando esperanzas, sudando frustraciones, persiguiendo una zanahoria que rara vez es propia, y casi siempre alguien la coloca adelante de las narices para aturdirte y no dejarte descubrir tu propio mañana necesario... y como siempre te digo, son muchas más las derrotas que los triunfos... muchas derrotas son más dignas que cualquier triunfo... muchos triunfos no son dignos de aquellos que se apropian de las medallas, de los títulos, de los honores... por ende, la sabiduría consiste en saber distinguir la calidad y la condición de los hechos, vivirlos, aprender de ellos, y nada más...
tal ya te he contado, he recorrido gran parte del planeta humano... trabajando... nunca jamás por turismo alguno... y ello hace la diferencia, porque dimensionas las rutinas de las personas, la calidad de sus almas, la condición de sus espíritus, y además de eso, logras verles las auras, tienes todo como para transcurrir aquello que vale la pena, y dado que lo que no vale la pena llega igual, aprendes a esquivarlo, a asumirlo como de quien viene, o descubrir cuándo te mienten mirándote a los ojos... y la diferencia se da per se... y es implacable... para los unos tanto como para los otros... incluso para aquellos que creen que pueden escapar de sus respectivos destinos...
Ana Frank era rica, rica de contenidos... podría decirse que nació adulta... cargando una memoria de su propio karma que no podía compartir, porque en aquella época a los "destacados" se los señalaba con el dedo acusador, tal lo enseñó la Iglesia Católica y también la judía, con sus eternas persecusiones y sus ojos por ojos... siempre cargando y repartiendo culpas... que condenan a los iluminados para salvaguardar los intereses de los ignorantes... no obstante ello, nadie puede negar que Ana Frank está vigente a través de sus silencios, implacables... porque sus hechos no han podido ser borrados ni por los unos ni por los otros, y ni siquiera han podido ser tergiversados por los que hicieron de su destino, un negocio... traducido, Ana Frank habla mediante sus silencios... si eres elegido lo entiendes... si no lo eres, serás turista de tu propio destino...
Nada distinto a lo que puedes tomar de un Antoine de Saint-Exupéry, tan visitador de la Argentina, que supo dejar sus efluvios iluminados por donde pasó... o bien, más cercano a estos tiempos, nada distinto a lo que puedes tomar de un René G. Favaloro, tan sencillo de alma, tan humilde de conocimientos, que aún muerto termina siendo sabio en la cuestionada decisión de suicidarse ante la impotencia de verse acorralado por políticos impertinentes y negligentes... traducido... sus silencios hablan por sí mismos...
y dado que en concierto humano los conflictos se han vuelto moneda corriente, no son pocas las voces apagadas por las miserias humanas de los otros... voces que siguen hablando aún cuando ya no están de este lado de los tiempos respirables y los mañanas necesarios... y los ejemplos son muchos, tantos que son demasiados... y todos andan sembrando ideas, culturas, pensamientos, sabidurías, genios, presencias prudentes en un mundo donde los desesperados son muchos, y los conformes son cada vez menos...
no es bueno andar por la vida coleccionando frustraciones endosadas...
me viene a la mente Juan Pablo I... asesinado para salvar el negocio de la cura oscura... pero aún muerto, no sólo habla... también hace y siembra en los desiertos de las almas de los hombres que ni siquiera supieron de su existencia... y me viene a la memoria el Padre Chifri... pero son tantos... que sus voces silenciosas están envolviendo la Tierra toda, acondicionándola para lo que viene... una nueva raza humana... de puentes, no de muros... de puentes, no de trincheras... de puentes, no de espionajes... de puentes, no de monedas que empobrecen a los muchos para enriquecer a los iracundos traidores de las causas humanas...
en Argentina, durante los setenta, pero también antes, y también después, se sacrificó a una generación de "genios" y otra de "iluminados"... pero sus asesinos de oportunidad no supieron darse cuenta que los espíritus con destinos truncos regresan siempre por sus tiempos y sus hechos, en particular cuando sus muertes han sido traumáticas por decisión de terceros que arremeten contra los dogmas divinos, para luego ir a la iglesia a ser bendecidos por el "burlón" de turno... llevar sotana implica merecerla... estar a la altura de sus circunstancias, nada distinto de lo que ocurre con militares, políticos, médicos, abogados, o cualquiera, entre los cuales me incluyo, porque cuando estás a solas contigo mismo, no eres más que cualquiera, y cuando estás con otros, también eres cualquiera... ya que no sabes ni que día ni a qué hora serás llamado, para dar testimonio de la gracia que trajo... y justo allí, te ves sometido a tus silencios... inexorablemente. JULIO 14, 2014.-
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