Congoja, amenaza, liberación
Jane Smiley retrata magistralmente en ‘La edad del desconsuelo’ los miedos y cobardías de un padre de familia al que no le gusta hablar pero no para de hacerlo
Retrato de Jane Smiley, en París en 2016. ULF ANDERSEN GETTY IMAGES
La edad del desconsuelo es la de un dentista de 35 años, casado con una dentista guapa, decidida y muy inteligente, que mide 1,62 y con la que ha tenido tres encantadoras hijas: Lizzie, dotada con un extraordinario sentido de la vista y una increíble capacidad para el vómito; Stephanie, que todo lo oye y se ensimisma a menudo —va a su bola—, y Leah, que aprende a través del tacto de sus manos grandes y ama a su papi con una vampírica desmesura. Son tres seres casi mágicos —maravillosamente comunes— que recuerdan a esas hadas que se meten dentro del cofre para debatir el futuro de Aurora en la versión Disney de La bella durmiente.
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