Guilin (桂林), paisajes que seducen
La milenaria ciudad de Guilin (桂林), situada en el nordeste de la Región Autónoma Zhuang de Guangxi es, por sus paisajes naturales, una de las urbes más bellas de China. Lo que más llama la atención es el contraste de edificios con el verde del entorno y el azul de las aguas del río Li que la serpentea.
Tanto los árboles y jardines de Guilin, como las colinas kársticas cubiertas de vegetación que parecen abrazar la ciudad, forman un paraje que dejará una profunda huella en sus visitantes. No en vano, su nombre da una pista de la importancia que tiene la naturaleza, pues literalmente significa “bosque de osmanto”. Se trata de un arbusto de hoja perenne originario de Asia, abundante aquí y que desprende un agradable aroma que perfuma sus calles. Así pues, no es de extrañar que la flor de Guilin sea, precisamente, la del osmanto.
Aunque hoy en día la capital de la Región Autónoma Zhuang de Guangxi es Nanning, a unos 400 km de distancia, Guilin, con 5.340.800 habitantes (est. 2017) fue, durante la dinastía Qing (1644 – 1912), el centro cultural y administrativo de Guangxi. Actualmente el turismo, tanto nacional como internacional que llega en busca de seductores paisajes, es uno de los principales motores económicos de la región. La riqueza cultural que aportan las diferentes etnias que habitan el lugar se plasma tanto en las festividades como en la gastronomía. Además de la han, las minorías que cuentan con una mayor presencia son zhuang, yao, miao y hui.
Guilin goza de un clima tropical monzónico, de inviernos cortos y veranos largos, y tiene una temperatura anual media de 19.1 ºC. Aunque cualquier época del año es buena para disfrutar de la ciudad, primavera y otoño son las mejores estaciones para descubrir sus encantos naturales.
Su historia se remonta a más de 2.000 años atrás, cuando al unificar los seis reinos, el emperador Qin Shihuang fundó la comandancia de Guilin y mandó construir el canal de Lingqu para unir los ríos Xiang y Li. La merecida fama de su orografía atrajo además a una enorme cantidad de literatos y artistas que dejaron tras de sí una profusa obra.
Si hay un lugar emblemático aquí, este es, sin lugar a dudas, la Colina de la Trompa del Elefante, bañada por la orilla oeste del río Li. Al norte de la colina se encuentra otra de las fotografías más bonitas de Guilin, sobre todo de noche, cuando las luces las iluminan y sus siluetas se reflejan en el lago Shan. Se trata de las pagodas de la Luna y del Sol, conectadas ambas bajo las aguas del lago, mediante un túnel de cristal.
Al oeste del lago Shan, tras cruzar la avenida Zhongshan (una de las principales arterias de la ciudad), se encuentra el lago Rong. En este se halla la antigua puerta de la ciudad, que data de la dinastía Ming, y el baniano, rong en chino, un árbol de 800 años que da nombre al lago. En los alrededores de este lago, se juntan los locales para practicar taichí, caligrafía, bailar o simplemente pasear al tiempo que disfrutan de unas vistas de postal.
Paisajes de ensueño
Los paisajes de Guilin deben sus formas a la erosión y a la corrosión que el flujo del agua ha causado en la roca caliza que impera en la zona. Hace cientos de millones de años, la meseta de Yunnan-Guizhou estaba ocupada por un vasto océano, bajo el cual se fueron acumulando enormes cantidades de sedimentos de roca caliza que, más tarde, los movimientos de placas tectónicas fueron configurando para propiciar la aparición de las montañas de Guilin.
De una forma similar, la disolución de dichas capas de roca caliza durante largos periodos de tiempo fue responsable de la modelación de las cuevas kársticas. Y, al mismo tiempo, el río Li, cuyo cauce circunda Guilin, también se dejó notar en el paisaje erosionando los ángulos más sesgados de las formaciones rocosas de su cuenca para concebir un extraordinario relieve, dominado por una infinidad de majestuosos picos que aparecen dispuestos uno a uno y manteniendo la distancia entre ellos.
De la riqueza paisajística de Guilin destacan, además del río Li, las cuevas de la Flauta de Caña y de las Siete Estrellas y los montes Diecai, Fubo y Duxiu. Estos tres se encuentran a muy poca distancia entre sí y, de ellos, el Duxiu o pico de la Belleza Solitaria, está a las puertas de la Universidad Normal de Guangxi. Desde su cima, se vislumbra la belleza de los paisajes de ensueño que conforman la ciudad.
Navegar por el río Li
Una de las experiencias que más atrae a los visitantes es la de realizar un crucero fluvial entre Guilin y Yangshuo por las aguas del Li. El panorama que brindan sus dos orillas parece estar sacado de un lienzo de pintura tradicional china. El escritor contemporáneo Chen Sen, en su conocido ensayo Los paisajes de Guilin, describió dicha experiencia con el siguiente pasaje: “mientras la barcaza navega por las olas, tan verdes como el jade, las personas que van en ella parecen estar deambulando por el contenido de una pintura”. El caudal nítido, sereno y verdoso del río está rodeado por una enorme cantidad de atípicas montañas y escarpadas rocas que, a pesar de permanecer aisladas entre sí, se complementan a la perfección para componer un paisaje idílico, digno de ser considerado un verdadero paraíso terrenal.
En el condado de Yangshuo, más concretamente en la zona en la que se encuentra la colina Yueliang, se halla uno de sus parajes más insignes: la llamada galería de los Diez Li cuyo camino interior está repleto de rocas con formas de lo más singulares. Es por ello que los habitantes de la zona han designado a los elementos que la conforman con nombres de lo más originales. Ejemplo de ello es la vista del Delfín que Salta sobre el Agua, un espléndido pico de pequeñas dimensiones que se alza justo en el centro de un embalse y cuya forma se asemeja a la de un delfín que salta para sobrepasar la superficie del agua.
El paisaje de las montañas Yuanbao, situadas a ambas orillas del río Li en su sección Xingping, cuentan con el honor de estar impresas en el reverso de los billetes de 20 yuanes. Por ello, es muy típica la imagen de turistas afanados en buscar dichos billetes cuando el barco se aproxima a esta zona, para inmortalizar el momento con una fotografía.
Arrozales, puentes y té
A tan solo 100 km al noroeste de Guilin, en el condado de Longsheng, se pueden visitar arrozales en terrazas. Debido a la ausencia de zonas llanas donde practicar la agricultura, esta centenaria actividad se adapta a las circunstancias del terreno y aprovecha las laderas de las montañas para cultivar arroz en distintos niveles. Como ocurre en otras provincias de China, este es un paraíso para los amantes de la fotografía. Cualquier época del año es buena para visitarlas, ya que el paisaje cambia con cada estación. En primavera, cubiertas de agua tras la siembra del arroz, parecen espejos que reflejan el cielo. En verano, cuando el cereal ya ha brotado, el color verde intenso predomina en los arrozales. En otoño, el cultivo se torna dorado y llega el esperado momento de la siega. En invierno, tras la siega, las terrazas quedan con la tierra al descubierto, pero a veces cae la nieve en la zona y deja un espectacular paisaje cubierto por un manto blanco, a la espera del calor de la siguiente primavera.
Menos de 70 km separan las terrazas de arroz de Longsheng de los puentes y plantaciones de té del Condado Autónomo Dong de Sanjiang. Los viajeros que llegan a este lugar lo hacen atraídos por los puentes de viento y agua, una auténtica obra de ingeniería, del distrito de Chengyang. Sin embargo, son muchos más los encantos que tiene esta zona, en la que parece que el tiempo se haya detenido: sus calles estrechas, casas de madera, plantaciones de té, las torres del tambor y, sobre todo, la sonrisa y simpatía de su gente. Debido a la orografía y el clima de esta zona, los habitantes de las ocho aldeas que conforman Chengyang han sabido adaptar sus construcciones. Por ello, los puentes de viento y agua y las torres del tambor son mucho más que construcciones preciosas, pues son el centro social del pueblo, donde se reúnen jóvenes y no tan jóvenes para hablar, jugar a cartas o, simplemente, disfrutar de los paisajes que componen este mágico lugar.
La cocina de Guilin mezcla los sabores dulces con especias, sobre todo el chile. Esto muestra la influencia que ejercen en ella las gastronomías de Hunan y Guangdong. Entre sus platos más famosos destacan los fideos de arroz de Guilin, los caracoles de río, la sopa de té o el pato guisado con gingko. Las calles peatonales Shangshui y Zhengyang, ambas muy céntricas, son el lugar perfecto para degustar los platos típicos de la zona en cualquiera de sus muchos puestos callejeros o restaurantes.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 53. Volumen I. Marzo de 2019.
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