Científico argentino lideró el equipo de la NASA que confirmó vapor de agua en una luna de Júpiter
El planeta Júpiter tiene 79 lunas a su alrededor. Entre las primeras cuatro lunas que fueron descubiertas por Galileo se encuentra “Europa”, el satélite natural que viene capturando la atención de los científicos por la posibilidad de que contenga alguna forma de vida. El científico argentino, Lucas Paganini, lideró un descubrimiento impactante. Junto a su equipo internacional impulsado por la NASA confirmó que hay vapor de agua en “Europa”. “Nuestra detección de vapor de agua en “Europa” da indicios de que allí debajo de la capa de hielo habría uno de los elementos esenciales para la vida: agua líquida”, dijo el investigador al ser entrevistado por Infobae.
Paganini llegó a trabajar a la NASA en 2010, luego de estar cinco años investigando en el Instituto Max Planck en Gotinga, Alemania. Se recibió de Ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones en la Universidad de Mendoza. “Aunque no ejercí mucho la carrera de ingeniería, porque luego me doctoré en Física y Astronomía en la Universidad de Friburgo, en Alemania. Desde que llegué a la NASA, trabajé en varios roles como científico. Este año pasé a ser científico de programas, donde hago trabajos de coordinación de misiones espaciales y proyectos”, explicó. Ahora Paganini va todos los días a trabajar en bicicleta a la NASA, participa en triatlones, y es profesor asociado en una universidad estadounidense.
¿Qué descubrieron exactamente?
-Paganini: Detectamos agua en la atmósfera del satélite natural de Júpiter, Europa. Lo logramos al usar un instrumento del Observatorio Keck, que se encuentra en Hawai. El instrumento, que es un espectrógrafo, puede medir la composición química de las atmósferas de los planetas a través de la luz infrarroja que emiten o absorben. En este caso, nos permitió detectar moléculas de agua que emiten frecuencias específicas de luz infrarroja a medida que interactúan con la radiación solar. Lo publicamos en la revista Nature Astronomy.
¿Cuándo había empezado la investigación?
-Empezamos a planear este proyecto en 2015. Nuestra pregunta original fue: ¿Hay agua en la atmósfera tenue de “Europa”? Además, nos motivó otra pregunta: Si el agua estuviese presente en esta luna de Júpiter, ¿cuál es su origen? Entre las respuestas tentativas que teníamos en aquel momento, pensamos que el agua en Europa podría venir de depósitos de agua subterráneos o podía ser el resultado del fuerte efecto del campo de radiación de Júpiter, que está despojando partículas de agua de la capa de hielo de Europa. Esas preguntas nos entusiasmaron para seguir adelante.
¿Ya tenían algún hallazgo previo en el tema?
-Entre otros resultados, en 2013 habíamos logrado detecciones récord en un cometa llamado 29P, que se ubica aún más lejos que la luna Europa. Luego de ese hallazgo, supimos que la búsqueda de vapor de agua podría tener un gran impacto en el conocimiento de Europa.
¿Y por qué eligieron estudiar a Europa precisamente?
-Hace 40 años, la misiones espaciales Voyager tomaron las primeras imágenes detalladas de Europa, que permitieron ver que hay grietas de color rojizo en su superficie helada. Esas grietas hacen que Europa parezca como si fuera un ojo con sus pequeñas venas. Desde entonces, las diferentes misiones al espacio brindaron información e hicieron que Europa se convirtiera en un objetivo prioritario de investigación por la posibilidad de que contenga la condiciones propicias para la vida. El agua líquida es uno de los ingredientes necesarios para la vida. Si bien no hemos detectado agua líquida directamente, ahora hemos encontrado la siguiente mejor opción: agua en forma de vapor. El vapor irrumpe en grandes géiseres en Europa.
¿Qué significa el descubrimiento?
-Significa que el vapor de agua en Europa podría provenir de depósitos de agua derretida a poca profundidad. Hay evidencia de que hay un océano de agua líquida debajo de la capa de hielo en Europa, con una cantidad de agua que posiblemente duplique a la de nuestro planeta Tierra. Como la capa de hielo puede llegar a tener entre cinco y veinte kilómetros, hay teorías que indican la existencia de conductos y procesos activos que generan los acueductos de agua líquida más cercanos a la superficie. Podrían ser la fuente del vapor de agua que hemos observado.
¿Existen otros océanos además de los de la Tierra y el de Europa?
-Sí. A través de misiones espaciales y de los telescopios terrestres, se ha logrado entender que el agua existe en muchos lugares, pero mayormente se encuentra agua en forma de hielo, como por ejemplo en la Luna, planetas, cometas y otras lunas en el Sistema Solar Exterior. Hay evidencia de que existen océanos en Ganímedes y en Calisto -otras dos lunas de Júpiter-, y en Encélado y Titán, que son lunas del planeta Saturno. Llamamos “mundos oceánicos” a todas esas lunas.
¿Cómo impacta el hallazgo de agua en Europa en su vida profesional y personal?
-Es un resultado importante que me da mucha satisfacción. Sin embargo, se trata de un hallazgo que implica el trabajo de muchas personas. Detrás, están los investigadores, las personas que operan los telescopios, los investigadores que hacen la revisión de nuestro trabajo, entre otros. En el equipo está otro científico argentino y amigo, Gerónimo Villanueva. Nos conocemos desde la universidad en Mendoza.
¿A qué se dedica en su tiempo libre?
-Vivo en la ciudad de Washington D.C, y entreno mucho. Hago natación, correr, bicicleta, fútbol, entre otras cosas. Participé triatlones, incluido un Ironman. También voy seguido al gimnasio y ando en bicicleta para ir a trabajar.
¿A quién admira?
Tengo una gran admiración por los astronautas y por todos los argentinos que se destacan por su labor en el mundo y por su aporte a la sociedad. Por ejemplo, siempre recuerdo a Fernando Caldeiro, el astronauta argentino que trabajó en NASA y falleció en 2009, y al basquetbolista Manu Ginóbili.
Tras el descubrimiento, ¿qué espera saber en el futuro sobre el agua en Europa?
-Esperamos tener más información con la misión Europa Clipper, que la agencia espacial estadounidense lanzaría en el año 2025. Esta misión no tripulada sobrevolará Europa. Llevará cámaras y espectrómetros para capturar imágenes y determinar la composición de la luna. Contribuirá a la búsqueda de más pruebas de agua y otras moléculas, medirá el grosor de la capa de hielo que cubre el océano y ayudará a buscar el océano subterráneo. Sin dudas, se viene un tiempo apasionante.
Fuente: infobae.com
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