jueves, 1 de noviembre de 2012

ESCALA ▲ Miradas al fresco... con Pérez Villalta | Metrópoli | elmundo.es

Miradas al fresco... con Pérez Villalta | Metrópoli | elmundo.es

EXPOSICIÓN | Arte

Miradas al fresco... con Pérez Villalta

En uno de los cuadros de la exposición en Madrid de Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, 1948), 'Fin de fiesta', la explosión de los fuegos artificiales indica que la noche ya termina, que hay que ir a acostarse ya porque el sol está asomando. Una obra que el pintor ha decidido quedarse y que puede ilustrar una despedida: la misma que él mismo hace de su galerista desde hace 25 años, Soledad Lorenzo, que cerrará su espacio de la calle Orfila a finales de este año con la muestra de Victoria Civera.

Pero ese 'Fin de fiesta' es lo único melancólico que uno puede encontrar en la propuesta de Pérez Villalta. En el resto hay mucho color, muchos detalles y un estudio profundo de una corriente, el rococó, que le apasiona y que cree que es muy poco apreciada actualmente. Habla de los siglos XVII y XVIII, y de la pequeña recuperación en la Europa de entreguerras. De Boucher (1703–1770), de Fragonard (1732–1806), de Watteau (1684-1721) o de Giorgio Morandi (1890-1964).

"He estado mirando tanto la pintura como la ornamentación, y el rococó me ha influido. He encontrado un elemento de belleza y de placer muy grande en ellos", nos explica ante soportes de muchas formas que acogen bosques, criaturas mitológicas y hombres sin rostro que viven escenas bucólicas. Donde hay molinos de formas redondas y celebraciones campestres. "La atmósfera es muy importante, la creo a base de pequeñas pinceladas que vibran, hay un efecto mucho más grande. Es esa manera de pintar en la que se nota la pincelada, yo antes procuraba que no se notara... ahora se nota".

'El rito de los ciclos', 2010'El rito de los ciclos', 2010
Para Pérez Villalta, la base de todo es el dibujo y, por ello, antes de enfrentarse a un cuadro, ya ha hecho un boceto a escala perfectamente detallado que señala, exactamente, cómo va a ser. Eso, en cuanto al dibujo, porque los bocetos son en blanco y negro para que el color fluya ya delante de la obra definitiva.
"Dejo el color para meditar cuando voy a hacer el cuadro, imagino los posibles colores como si fuera la pantalla de un ordenador, si puede ser amarillo o puede ser verde. Pero el dibujo está perfectamente medido". ¿Y por qué sus personajes no tienen caras? "Ese es un hallazgo que ya tiene tiempo.

Fundamentalmente es por dos cosas: cuando pones un rostro, la gente ve el rostro y no ve el cuerpo. Para mí es una unidad, necesito que el ojo no se vaya al rostro y se vea el cuerpo. La segunda: en general todo el mundo cuando mira la obra imagina una cara, no es una cara que yo impongo, le puedes poner el rostro que a ti te apetezca. La obra gana mucho, sobre todo gana en cuestión formal. Ves el cuadro entero. No estás mirando la expresión de la cara, y lo que a mí me interesa es la totalidad del cuadro".

Preguntado sobre la parte más sentimental, sobre su última exposición con Soledad Lorenzo, Pérez Villalta sabe que echará de menos ese "aire de familia", esa relación con la galerista "que es algo más que lo puramente comercial". "Aquí ha pasado una gran parte de mi vida. Me conozco este espacio maravillosamente y me va a costar realmente poder instalar una exposición nueva". Un 'Fin de fiesta' de esos que, después de apagar la luz, sigue en la cabeza.

La elección del artista

Guillermo Pérez Villalta escoge dos obras, una más clasicista, 'Los ciclos', y el 'Fin de fiesta' que ya hemos mencionado. La primera, le parece "una especie de meditación de Cézanne y Boucher, con otros elementos del siglo XX, y del XVII y XVIII, realmente es una obra muy ordenada y muy meditada. Existen unos bocetos que están aquí al lado que se ve todo el proceso de composición geométrica, la geometría afecta tanto a las figuras como al bosque. En un principio se iba a llamar 'La Solsticia', porque está dedicado al solsticio de verano, en él narro todo ese proceso de los cambios continuos, de los ciclos del año, la rueda, el molinillo que baja girando…". Respecto a 'Fin de fiesta', el artista señala que "representa el lado más melancólico de la exposición, el lado más de sentimientos". "No es un título casual, tiene que ver mucho con nuestra época, con el momento actual, tiene que ver con mi propia vida, pues tengo 65 años, también es un fin de fiesta de algún modo. Es un cuadro que le tengo especial cariño porque, pictóricamente, se ven las pinceladas más claramente. Es muy melancólico, copas que se han tomado a lo largo de la noche, una fiesta vacía, empiezan a encenderse las luces de los que se han ido a acostar y es la traca final de la fiesta. Es un cuadro que tardé mucho en hacerlo y al final me lo he quedado, es mío".

Guillermo Pérez Villalta. Galería Soledad Lorenzo. (C/ Orfila 5. Madrid). Hasta el 23 de noviembre. Entrada gratuita.
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EXPOSICIÓN Arte

Miradas al fresco...
con Pérez Villalta

V. Hernández | G. Piantadosi | Madrid
Guillermo Pérez Villalta elige 'Fin de fiesta' para ilustrar una despedida.


el dispensador dice:
no hace falta Babel para escalar hacia Dios,
este espera a los inocentes sin voz,
que ascienden en silencio,
orando en el pensamiento,
exponiendo su espíritu a los vientos,
respirando, embriagados en sentimientos...

aunque no te veas subiendo,
siempre vas ascendiendo,
incluso cuando estás descendiendo,
por las espirales de los sentidos,
que llevan a los sentimientos,
las intenciones y sus conciertos,
palabras de vivos que retumban en los muertos,
anunciando cercanía de puertos,
muelles con marineros sin huertos,
amarraderos con agricultores de lo incierto...

mientras te alejas del nacimiento,
compruebas que la luz es algo cierto,
que los colores se destacan según las visiones,
las perspectivas y sus oraciones,
el juego de las sombras y sus tonos,
los ángulos y sus accesos,
las circunstancias y sus procesos,
las decisiones y otros rezos,
mientras te alejas es eso,
lo que te distingue y agrega peso,
a la mochila de los deseos...

suena a pentagrama,
que recibes vacío,
pero que vas llenando,
de notas concertantes,
de notas disonantes,
de silencios revelantes,
de estridencias campantes,
que suenan por tu detrás,
también por tu delante,
sin que sepas quien interpreta,
el sentido de tus huellas,
o bien quien desafina,
con el sentido de tus sombras...

siempre hay algo en lo que reparas,
siempre hay algo que te asombra,
a veces se ubica en los cielos,
a veces es semejante a una alfombra,
donde pisas y alguien te nombra,
retratando tu paso,
descubriendo que allí por donde subes,
simultáneamente bajas,
dependiendo de aquello que cultivas,
o de aquello otro que cambias,
la vida es una oportunidad,
de honrar la gracia...
o de desperdiciarla,
lamentando las penas,
que llegan a tu playa.
Noviembre 01, 2012.-

para ello es la escala,
subirla hace falta,
tanto como reconocer,
si subes o si bajas,
cuando la referencia no se destaca,
puede que se quiebre en el ángulo que se escapa,
de allí que más que acudir a los sentidos,
se deba cultivar el alma.-
Noviembre 01, 2012.-
 

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