Udaquiola (Ayacucho)
Pueblos BuenosAires
el dispensador dice:
algo llamó mi atención,
color tierra,
tal vez el olor,
memoria de fragancias,
no es un error,
imágenes de alianzas que producen terror...
todo indicaba tratarse de una estación,
andén, campana,
concierto desafinando según la ocasión,
ningún tren,
ni vía,
ni durmiente,
sólo vacíos y estrofas como de canción...
algo desafina,
me lo dije yo,
no suena la música,
cuando el viento sonó,
suave brisa que se esfumó,
se agita la hiedra en la que nadie reparó...
me detuve en los detalles,
que el testigo no vió,
mucha espalda disponible,
para la culpa que se le endosó,
inocencia vestida,
que el verso abandonó,
mucha prosa suelta,
que nadie escribió...
de pronto una curva,
oxidado oxidó...
carteles de otro tiempo,
el viajero siguió,
era familiar el paisaje y dobló,
camino y llanura... así la pampa habló,
algo me dijo,
gorjeo que ocultó,
de pronto el horizonte fue otro,
nadie regresó...
final del camino,
puerta y portón,
aquel que se fue,
su recado dejó...
olvidos, cinismos,
nadie atendió,
donde dobla el recuerdo,
lo que pasó... se borró...
desde entonces no he vuelto,
mi tiempo pasó...
he visto muchos giros,
pero el alma no regresó...
me ha quedado el cuerpo,
motivo de lo que soy,
circulan los olvidos,
y lo que fue... simplemente se evaporó.
JULIO 26, 2015.-
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