el dispensador dice: no eres tú quien va hacia las cosas, son las cosas las que vienen hacia tí... no eres tú quien cursa el destino, es el destino el que viene hacia tí... no eres tú el que transcurres tus días, son los días los que vienen hacia tí... no eres tú el que se sumerge en el tiempo respirable, es el tiempo respirable el que se llega hasta tí... no eres tú el que va hacia el horizonte, es el horizonte el que se acerca hasta tí... no eres tú quien avanza hacia los deseos, son los deseos que te alcanzan a tí... la perspectiva es distinta cuando el devenir te va envolviendo paso a paso, haciéndote creer que eres tú el que se mueve... lo que sucede se relaciona con aquello que portas en tu mochila... las cargas que llevas, de aquello que vas colectando a lo largo del camino, un camino que pareces transitar, pero que en realidad te transita a tí, creando una falsa sensación de movimiento... cada cosa que colectas, que tomas, que adoptas, constituye un apego que deforma el ego, y que condiciona el mañana necesario, agregándole esencias propias de cada cosa que has ido recolectando, que tiene (cada cosa) tanta vida como la que transitas tu mismo, esa que reconoces en tu persona... creando afinidades, magnetismos, atracciones, repulsiones, repudios, aceptaciones, que suman confusión a medida que se van acumulando... porque de hecho, son esas cosas las que te buscan y no eres tú quien las busca, ellas (cosas) simplemente van a tu encuentro a sabiendas que tú la tomarás y las incorporarás a tus cargas, o no... sucede lo propio con las segundas intenciones de los terceros con los que te vas cruzando... portan sus propias cargas y sus propias culpas, y buscan descargarse de ellas en tus espaldas (o en las de otros inocentes o desprevenidos), para lo cual te endosarán sus miserias para liberarse de las mismas y poder construir nuevas que los habiliten a engañar a los siguientes que aparezcan en sus vidas... fabricando sus babeles, sus castillos de naipes, y todo aquello que les resulte de utilidad para sortear las vallas que se les van apareciendo, evitando dar respuestas genuinas, y además, evitando despejar sus propias ecuaciones... es por eso que se hace necesario agregar valor a las sensibilidades que te permitan discernir la calidad de las auras, o bien, la calidad de las almas, o bien, la condición de los espíritus, o quizás, el color de las consciencias... que te alerten de la trampa antes de caer en ella... cuando logras despejar la ecuación de tu propio devenir, las almas miserables se ven obligadas a retirarse... porque tu ego ya no pesa... porque ya no cargas mochila... y porque el horizonte se despeja abriéndote una visión majestuosa... de la que no querrás salir nunca más. FEBRERO 09, 2017.-
premisa: no puedes confundir a tu consciencia, tampoco engañarla... no puedes confundir a tu ángel de la guarda, tampoco engañarlo... ambos dan testimonio de tu pasos en el devenir...
no vas hacia el futuro, el futuro viene hacia ti... porque de eso se trata el destino...
Carmen Sedemiuqse Esquimedes
no eres tú quien se dirige a los sueños, son ellos los que llegan hasta tu consciencia...
a medida que despejas ecuaciones, las resultantes habilitan a que los portales y los umbrales se abran a tu paso...
cuando no agregas valor, simplemente te restas.
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