LENGUAS | Nepal
La última hablante del 'kusunda'
El profesor Madhav Prasad Pokharel conversando con Gyani Maiya Sen | Efe
Gyani Maiya Sen es una aldeana nepalí de 75 años muy especial, porque en sus labios se conserva viva la herencia de la lengua 'kusunda', un idioma de origen desconocido que los expertos se esfuerzan por conservar cuando ella falte.
Gyani Maiya es la última hablante conocida del 'kusunda': hay otras personas -como sus hijos- que saben tal y cual palabra, pero ella es la única capaz de mantener una conversación fluida, y esto en teoría, porque no tenía a nadie con quien practicar.
Hasta que llegó Gautam Bhojraj, un estudioso nepalí de 27 años que se ha echado sobre las espaldas la tarea de mantener prendida la llama de esta lengua, propia de una tribu forestal que dejó la vida nómada hace pocas décadas.
"Si hablo la lengua, esta se conservará", dijo por teléfono en nepalí la anciana Gyani Maiya, desde su pueblo en el oeste de Nepal. "Antes no tenía a nadie con quien practicar".
Según el censo nepalí de 2001, entre los 26 millones de nepalíes del país quedaban solo 87 personas de la etnia 'kusunda'.
"Pero eso es una exageración", asegura el profesor de lingüística Madhav Prasad Pokharel, de la Universidad Tribhuvan de Katmandú, que está guiando los trabajos de Gautam Bhojraj para lograr la conservación del 'kusunda'.
Su animoso estudiante ha intentado encontrar en los últimos años otros hablantes del "kusunda" en el oeste de Nepal, aunque sin éxito. "Algunas personas conocen palabras del idioma, pero solo Gyni Maiya puede hablar bien", reconoció el investigador.
Lengua perdida
Los 'kusunda', una vez fuera de los bosques e instalados en pueblos dejaron de hablar su lengua y no la enseñaban a sus hijos porque el resto de la sociedad despreciaba su origen forestal. No nos molestamos en aprenderla porque no servía para nada", dijo Prem Bahadur Pun, hijo de la última hablante.Gyani Maiya empezó a vivir en un pueblo con sus padres cuando tenía diez años, y se casó con un hombre de etnia magar a los quince, mientras sus compañeros de andanzas en los bosques se cambiaban hasta el nombre para esconder su origen.
En Nepal coexisten más de cien grupos étnicos que hablan docenas de lenguas, la mayoría pertenecientes a las familias sino-tibetana, indo-europea, austro-asiática y dravídica.
Pero el 'kusunda' parece estar fuera de esas categorías: "es una lengua aislada", afirmó el profesor Pokharel,
Lengua 'aislada'
Esta lengua tiene casi mil palabras-raíz, y la forma de combinarlas para formar nuevas palabras es distinta de la de otras lenguas, según el investigador Gautam."Es una lengua extraña, pero me gusta aprenderla. Tiene algunos sonidos guturales, como los que se encuentran en el árabe o el turco", afirmó el investigador.
El 'kusunda' fue descubierto en 1969 por un antropólogo austríaco pero comenzó a ser estudiado en 1995, y gracias a las nuevas tecnologías y la recepción de fondos los investigadores pudieron iniciar a comienzos de este año los esfuerzos de conservación.
Lo curioso es que ahora que tiene un estudiante, Gyani Maiya ha desempolvado sus propios conocimientos de 'kusunda' y ya es capaz de hablar la lengua de sus ancestros con mucha más fluidez.
"Creo que al principio solía darle vergüenza hablar en 'kusunda', pero ahora lo hace conmigo y su confianza para hablar en esta lengua ha crecido", afirmó Gautam.
Al borde del olvido
Para el investigador, el problema es que la última hablante de 'kusunda' había comenzado a olvidar la sintaxis y la morfología, y además carecía de los contextos necesarios para poner su lengua a trabajar."Si preguntamos a alguien cómo se dice una palabra en su lengua quizá no puedan responder, pero la palabra aparecerá con seguridad cuando tiene que ser usada en el contexto apropiado", explicó.
Los contextos de Gyani Maiya eran los que le proporcionaba su madre hasta su muerte, hace ya 25 años: ambas usaban el 'kusunda' solo cuando necesitaban decirse algo sin que el resto de los presentes se enteraran.
El último estertor "natural" del 'kusunda', pues, funcionó como una especie de código secreto.
el dispensador dice:
kusunda, lenguaje de silencios,
comprensiones sin tiempos,
que no intercambian alientos,
entre Himalayas eternos...
desempolvando recuerdos,
se revuelven los pensamientos,
se van perdiendo los términos,
de una lengua que se va extinguiendo...
códigos secretos, fonética sin sonidos,
estuvo acumulando olvidos,
para evaporarlos en conjunto,
lo que se apaga en el mundo,
permanece en lo rotundo,
del ideario sin rumbo,
en dimensiones contiguas,
reposan sabidurías antiguas,
aguardando por nuevas mentes en renovadas vidas...
intentan sostener la llama viva,
pero la lumbre termina,
cuando el espíritu cadente,
se licua sin mente,
prescindiendo de la presencia,
ganando altura ausente,
en las cumbres silentes,
donde en el frío paciente,
espera Dios a sus gentes...
Las estirpes se caracterizan por elementos que las han distinguido en su paso por la Tierra... dejando contribuciones de las que, en la mayoría de los casos, antigüedades mediante, no han quedado testigos. Dichos aportes permanecen o simplemente destilan hacia el mundo de las ideas, pudiendo incluso replicarse al modo de ecos en distintas culturas. A veces esos relieves se verán reflejados en adherencias a los valores, a las reflexiones, a los pensamientos, a ese algo que comulga en afinidades ciertas, que terminan adoptándose como propias, enriqueciéndose mediante modificaciones que nutren al imaginario colectivo. Sin embargo, en los ciclos ancestrales, la mayoría de las sabidurías se extinguen sin dejar rastro o eventualmente, dejando escasas huellas... así, lenguas vivas se van diluyendo hasta convertirse en lenguas muertas. Cuando tomas sus términos, sus fonéticas, sus riquezas intrínsecas, descubres que han pertenecido a linajes donde los genios han sido cultores de simplezas y silencios... ¿para qué pronunciar lo que no aparece como necesario?... ¿para qué decir lo que a la oportunidad no concurre?... los idiomas de las alturas son muy distintos a los de las llanuras, porque demandan menos aire para ser pronunciados, por ende revelan una mayor capacidad reflexiva... y en ellos, una palabra expresa mucho más de lo que demandan las llanuras para interpretar significados corrientes.
En los Himalayas, o bien, en el Himalaya, nada es como parece, y los antiguos lo sabían... crees ver algo, una forma, un paisaje, una geometría, un yak, un sherpa, pero lo que se ve no necesariamente es lo que la mente traduce... por ende, muy distintas son las realidades. Más allá, puedes haber tenido la gracia de entrar en una Stupa que no existirá más cuando la gracia haya concluído... y así es todo. El hombre occidental no tiene tiempo para pensar en ello... por ello se ata a lo que toca, y esto lo consume, lo encapulla hasta tejerlo de negaciones. Suelo ir a menudo... a recuperar energías para la jornada que sigue... pero he descubierto, con los años, que dichas experiencias son irrepetibles ya que debes dar gracias por cada gracia que se te concede, y eso hoy, no forma parte de las almas atropelladas por las urgencias del sobrevivir...
¿Qué cuánto demora el viaje?... segundos por supuesto. ¿Cómo que no es posible?... atrévete a tu FE y lo verás por tí mismo... ya te lo dije en anteriores pasajes... allí nada es como parece... y no creas que este sitio se llama "el dispensador" por casualidad, contiene lo más sublime de la antiquísima cultura nubia, extinguida tal como el kusunda lo está haciendo. Te invito a que nos encontremos en el Stupa del Ytei, allí verás que no se puede decir lo que la palabra no pesa. ¿Que si estoy loco?, por supuesto que lo estoy, de lo contrario no estaría diciéndote esto, ni aportándote lo que ya he hecho... pero la locura tiene esos singularismos, así como se rechaza, del mismo modo, te convoca... Mayo 20, 2012.-
el pronunciarse el último fonema,
algo deformó la memoria del tema,
convirtiéndose para la historia en una gema,
los recuerdos que no llevan vela,
terminan sin letra y sin tela...
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