martes, 22 de mayo de 2012

MOSAICOS ► Alhambra (اَلْحَمْرَاء, 'la Roja') || Leer la Alhambra | Cultura | elmundo.es

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ARQUITECTURA | Historia

Leer la Alhambra

Fotografías: CSICFotografías: CSIC
  • El arabista José Miguel Puerta recopila todas las inscripciones del palacio


"La Alhambra es un gigantesco libro de poemas. En su época esplendor, había escritos en sus paredes más de 70, repartidos por todos los palacios y repetidos en varias ocasiones. Hoy conservamos algo más de 30, de algunos sólo trozos o versos. La arquitectura nazarí era un arquitectura hecha de palabras".

El arabista y profesor de la Universidad de Granada, José Miguel Puerta, ha recopilado por primera vez en un solo tomo el conjunto de todas las inscripciones de la ciudad palatina, transcritas del árabe, traducidas y con una pequeña explicación de cada uno. Se trata de casi mil inscripciones, en su mayoría versículos del Corán o pequeñas oraciones, aunque el número de poemas es lo que la hace especial.

"No existe ninguna otra edificación monumental árabe de aquella época con tantos poemas. En el siglo XIV era muy raro. Es lo que hace única a la Alhambra en ese sentido", explica el arabista. "Además, siempre dan información a los investigadores. Sabemos que el salón del trono de Yusuf I estaba en el Salón de Comares porque así lo indican los poemas".

La obra, de 300 páginas, incluye 900 fotografías generales y de detalle, 47 dibujos y recreaciones tridimensionales, y 15 planos de situación. Para Puerta lo relevante es que se trata "de un formato manejable, que no servirá sólo a los investigadores". Ya está disponible en cinco idiomas: inglés, francés, alemán e italiano, además de español. "Muchos turistas contemplan la decoración de los palacios sin ser conscientes de que están viendo escritura. El libro da la oportunidad de remediarlo".

Las inscripciones "no son fáciles de leer, muchos poemas están a lo mejor rodeando un hornacina y hay que seguirlos en vertical hacia arriba, luego en horizontal y de nuevo hacia abajo. Otros están en zonas muy mal iluminadas o escondidas". Por eso "para hacer el libro ha sido fundamental la fotografía digital. Nos ha permitido catalogar lo que había, poder leerlo tranquilamente, y también ponerlo en el papel. Llevo 25 años trabajando en este proyecto y estoy seguro de que sin la tecnología, no habría sido posible".

Puerta se considera "un mero recopilador" y reconoce el trabajo de anteriores investigadores. "El primero fue Alonso del Castillo, en el siglo XVI, aunque el más importante fue Lafuente Alcántara, en el XIX, que hizo un trabajo impresionante para la época. El problema fueron las limitaciones tecnológicas y que entonces muchas paredes que ahora conocemos estaban ocultas". Igualmente, el Patronato de la Alhambra y el Generalife tiene a un grupo de investigadores con un proyecto de años para catalogar todas y cada una de las inscripciones en un trabajo más extenso que el que publica Puerta. "No se puede descartar que encuentren alguna nueva".

El investigador también reconoce el mérito de sus colaboradores. El diseño y la maquetación corresponden al artista granadino Miguel Salvatierra "que ha conseguido que sea un conjunto legible sin conocer la Alhambra: los esquemas te indican donde está cada inscripción en cada lugar para que puedas encontrarla fácilmente". Las fotografías, de Agustín Núñez Guarde.

Una de las inscripciones que más se repite es 'Sólo Dios es vencedor', el lema de la dinastía de los reyes nazaríes. "Es una frase que no está en el Corán, pero que Mohammed I eligió como lema de su estirpe. En el mundo árabe, se identifica con el Reino de Granada y con Al-Andalus, es decir, con la época de máximo esplendor del Islam".

«Alhambra» en árabe es «al-Ħamrā» (اَلْحَمْرَاء, 'la Roja')

"(...)A tan diáfano tazón,
tallada perla,
por orlas el aljófar remansado,
y va entre margaritas el argento,
fluido y también hecho blanco y puro.
Tan afín es lo duro y lo fluyente
que es difícil saber cuál de ellos fluye(...)"

"Sin par,
radiante cúpula hay en ella
con encantos patentes y escondidos"

(...) "Nunca vimos jardín tan verdeante,
de más dulce cosecha y más aroma".


el dispensador dice:
relieves en piedras rojas,
poemas se desgranan como hojas,
sabidurías expresadas en gotas,
lo que se lee despierta las horas...


cultura de poemas,
frases simples, mensajes que velan,
el que no atiende las estelas,
se deslumbra por las luces que cuelan...


señales en azulejos destellantes,
abren la mente de caminantes,
si no se interpretan los pasajes,
no se descubren los verdaderos paisajes...


las culturas del indo se han caracterizado por escribir de modo abundante en la piedra, convocando a leer y reflexionar, a pensar, meditar, para luego regresar y repetir el ejercicio... de esta manera la idea se torna ideograma que se repite a sí mismo, llamando al pasante a detener su mirada y a proceder a la lectura pausada, algo que no existe en el utilitarismo occidental. Cuando la piedra contiene relieves "llama" y dicho llamado concentra miradas que despiertan sentimientos poéticos, los que se elevan por sobre las auras para bañarlas en luces de un Dios que comparte la vida de sus orantes, comunicándose mediante "invitaciones" a pensar en lo simple. En todo el orbe lítico del pasado humano se destacan monumentos que sin romper silencio alguno, "hablan"... abriendo la mente a las simplezas... alentando las humildades... cultivando el anonimato de buscadores que contemplan el genio de sus anteriores, legados que al repetirse se hacen rutina y costumbre, enseñando. 
Occidente no tiene tiempo para leer... y cuando el tiempo necesario para nutrir el alma, se desdibuja en las urgencias por "vivir", se extravían las ciencias de las lenguas, esas que abren los espíritus acondicionándolos para el hecho humano más importante: conferir valor al prójimo, agregar valor a la cultura, aportar relieves al pensamiento, producir ecos neuronales fundamentales para acercar al alma a las esencias... 


Culturas del mosaico,
azulejos prosaicos,
que bajo métodos algebraicos,
enseñan misteriosos detalles arcaicos,
donde confluyentes voltaicos,
alimentan esferas de los idearios.


Saberse fluir en el relieve de la piedra...
Saberse savia en la hiedra,
Reconocer que se descubre la pena,
Cuando la reflexión la llama interior aventa,
Quien se detiene en los ligeros que rellenan,
Termina perdiéndose la esencia de los poemas.
Mato 22, 2012.- 

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