LITERATURA Poesía
Antonio Lucas, medalla de cuero
El periodista de EL MUNDO y poeta Antonio Lucas, ganador del último premio Loewe. Begoña Rivas
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El periodista de EL MUNDO gana el premio Loewe gracias a 'Los desengaños'.
En 2010, Antonio Lucas (redactor de la sección de Cultura y columnista de EL MUNDO) comenzó a escribir los poemas que darían paso a su último libro, 'Los desengaños'. Eran los días casi inaugurales de la crisis, del desconcierto, del cambio radical en el paisaje de Europa. Y en medio de ese ruido, Lucas comenzó a sentir un profundo desafecto por el presente que fue filtrándose en poemas, en poemas que denunciaban una avería en el paisaje de la vida. De esa crisis también personal nacieron algunos textos. Más tarde, una ruptura sentimental abundó también en la idea de fracaso. Y desde esa combinación de crisis del presente y crisis sentimental surgió este nuevo libro, 'Los desengaños', ganador del XXVI Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, dotado con 20.000 euros, publicado por la editorial Visor y el más destacado de los galardones poéticos.
"Resulta paradójico que un libro como 'Los desengaños', tan cargado de desconcierto e intemperie, se haya convertido en un libro de alegrías. Formar parte de la escudería poética del Premio Loewe es un motivo de entusiasmo. Este galardón lo conceden algunos de los poetas que más estimo, algunos de mis maestros. Y, a la vez, lo han ganado otros destacadísimos creadores que son referencia de la mejor poesía española y latinoamericana", dice Lucas.
Los 37 poemas de 'Los desengaños' trazan un mapa no sólo emocional, sino un itinerario generacional donde están aquellas cosas que preocupan a Antonio Lucas, muchos de esos aspectos de la realidad que le llevan a moverse, a la vez, desde sus artículos de opinión. "La poesía no es un ornamento. La poesía es también una forma de contrapoder. El poema actúa no sólo para celebrar, sino también para denunciar. Y no necesariamente desde el frente de la poesía social, sino desde esa emoción elemental de sentirse ciudadano y querer decir las cosas. Y querer decir: 'así no'", apunta. "No sé si 'Los desengaños' es un libro generacional. No lo pretendo, incluso creo que no lo querría. Pero sí sé que encierra un conjunto de poemas que denuncian desde un cierto irracionalismo emocionado esta gran estafa del presente, la gran mentira a la que nos han empujado y a la que nos hemos dejado empujar. Algo que forma parte de un sentir muy plural. Hoy en el desencanto, por desgracia, nos encontramos casi todos. El desencanto es el ágora del siglo XXI en media Europa. Pero eso también trae peligros, como el que el próximo tifón no venga de una corriente salvaje de aire sino de una feroz corriente de gente jodida sin nada ya que perder. En este momento es lo peor de unos pocos lo que mantiene el mundo en marcha. Y eso se paga".
Entre los poetas a los que Antonio Lucas admira destaca, sobre todo, Rimbaud. "Por su capacidad inflamable con las palabras. Por esa capacidad insólita de 'mear' desde la mejor poesía en todas las tapias. Principalmente en las tapias del poder de su tiempo". Y, a la vez, considera que en España se vive un 'mal buen momento' para la poesía: "Siempre ha sido así. Al menos en ese siempre que abarca el último siglo. Hay excelentes poetas en marcha. Excelentes lectores. Pero siempre son pocos, muy pocos, y con muy escasa capacidad de alcance. La poesía tiene prestigio, pero no tiene público. Y, sin embargo, en un poema está todo. O puede estarlo. Incluso hay reportajes excelentes en poemas excelentes. Ahí están los poemas/reportaje de José Hierro. El mundo, sí, cabe en un poema: porque cabe su verdad, porque cabe su trampa. A mí la poesía me permite descifrar el mundo y descifrarme dentro de él. Es un gran mapa con el que hacer camino".
el dispensador dice:
crees que las cosas son según tus medidas,
que deberían funcionar según lo que se diga,
que las palabras valen,
que las consciencias guían,
que los ángeles vuelan, iluminando los días,
que las inocencias reinan,
que las humildades distinguen,
que las oraciones reflejan... según las gracias que se solicitan...
algunas gentes se han olvidado de honrar la vida,
no honran sus palabras,
y sus actos traicionan con miradas vacías,
se escudan en historias que luego olvidan,
traduciendo trampas en viles mentiras,
sembrando engaños según sus medidas...
creando un camino del que no se regresa,
porque el alma atrapada se inmoviliza,
haciendo del destino un espejo en trizas,
donde los reflejos se rompen... se disipan las brisas...
se imponen los abismos,
bajo cielos que se plomizan...
no vienes aquí a recibir medallas,
no sirven los premios,
ni que te acaricien la espalda,
los abrazos falsos no conducen a nada,
mucho menos los puños apretados en manos cerradas...
hay gentes que se ríen de sus prójimos,
en sus propias caras,
haciéndoles creer que no valen nada,
que ellos son todo,
que no tienen espalda...
allí muere el afecto,
allí la amistad se acaba,
allí se quiebran los puentes,
dejando un sabor a nada,
donde el recuerdo duele,
donde el desengaño... mata.
NOVIEMBRE 14, 2013.-
"Resulta paradójico que un libro como 'Los desengaños', tan cargado de desconcierto e intemperie, se haya convertido en un libro de alegrías. Formar parte de la escudería poética del Premio Loewe es un motivo de entusiasmo. Este galardón lo conceden algunos de los poetas que más estimo, algunos de mis maestros. Y, a la vez, lo han ganado otros destacadísimos creadores que son referencia de la mejor poesía española y latinoamericana", dice Lucas.
Los 37 poemas de 'Los desengaños' trazan un mapa no sólo emocional, sino un itinerario generacional donde están aquellas cosas que preocupan a Antonio Lucas, muchos de esos aspectos de la realidad que le llevan a moverse, a la vez, desde sus artículos de opinión. "La poesía no es un ornamento. La poesía es también una forma de contrapoder. El poema actúa no sólo para celebrar, sino también para denunciar. Y no necesariamente desde el frente de la poesía social, sino desde esa emoción elemental de sentirse ciudadano y querer decir las cosas. Y querer decir: 'así no'", apunta. "No sé si 'Los desengaños' es un libro generacional. No lo pretendo, incluso creo que no lo querría. Pero sí sé que encierra un conjunto de poemas que denuncian desde un cierto irracionalismo emocionado esta gran estafa del presente, la gran mentira a la que nos han empujado y a la que nos hemos dejado empujar. Algo que forma parte de un sentir muy plural. Hoy en el desencanto, por desgracia, nos encontramos casi todos. El desencanto es el ágora del siglo XXI en media Europa. Pero eso también trae peligros, como el que el próximo tifón no venga de una corriente salvaje de aire sino de una feroz corriente de gente jodida sin nada ya que perder. En este momento es lo peor de unos pocos lo que mantiene el mundo en marcha. Y eso se paga".
Entre los poetas a los que Antonio Lucas admira destaca, sobre todo, Rimbaud. "Por su capacidad inflamable con las palabras. Por esa capacidad insólita de 'mear' desde la mejor poesía en todas las tapias. Principalmente en las tapias del poder de su tiempo". Y, a la vez, considera que en España se vive un 'mal buen momento' para la poesía: "Siempre ha sido así. Al menos en ese siempre que abarca el último siglo. Hay excelentes poetas en marcha. Excelentes lectores. Pero siempre son pocos, muy pocos, y con muy escasa capacidad de alcance. La poesía tiene prestigio, pero no tiene público. Y, sin embargo, en un poema está todo. O puede estarlo. Incluso hay reportajes excelentes en poemas excelentes. Ahí están los poemas/reportaje de José Hierro. El mundo, sí, cabe en un poema: porque cabe su verdad, porque cabe su trampa. A mí la poesía me permite descifrar el mundo y descifrarme dentro de él. Es un gran mapa con el que hacer camino".
el dispensador dice:
crees que las cosas son según tus medidas,
que deberían funcionar según lo que se diga,
que las palabras valen,
que las consciencias guían,
que los ángeles vuelan, iluminando los días,
que las inocencias reinan,
que las humildades distinguen,
que las oraciones reflejan... según las gracias que se solicitan...
algunas gentes se han olvidado de honrar la vida,
no honran sus palabras,
y sus actos traicionan con miradas vacías,
se escudan en historias que luego olvidan,
traduciendo trampas en viles mentiras,
sembrando engaños según sus medidas...
creando un camino del que no se regresa,
porque el alma atrapada se inmoviliza,
haciendo del destino un espejo en trizas,
donde los reflejos se rompen... se disipan las brisas...
se imponen los abismos,
bajo cielos que se plomizan...
no vienes aquí a recibir medallas,
no sirven los premios,
ni que te acaricien la espalda,
los abrazos falsos no conducen a nada,
mucho menos los puños apretados en manos cerradas...
hay gentes que se ríen de sus prójimos,
en sus propias caras,
haciéndoles creer que no valen nada,
que ellos son todo,
que no tienen espalda...
allí muere el afecto,
allí la amistad se acaba,
allí se quiebran los puentes,
dejando un sabor a nada,
donde el recuerdo duele,
donde el desengaño... mata.
NOVIEMBRE 14, 2013.-
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