Ilustración: Luis Parejo
'Erosionados' reúne a poetas laureados e inéditos en torno al tema del erotismo
Si ha llegado aquí buscando sexo, una sugerencia: vaya a las noticias más leídas.
'Erosionados' (Editorial Origami) es una antología poética sobre el erotismo y las marcas que (nos) dejan la atracción, el amor y el sexo. Hace miles de años, Safo de Mitilene cantó al amor entre las mujeres desde la isla griega de Lesbos. Le dio nombre por primera vez. Este libro "no quiere poner etiquetas", dice Adriana Bañares, su editora, que lo presenta como un "catálogo de intimidades". Si el hombre pudiera decir lo que ama, seguramente se parecería a este libro donde 23 hombres y 25 mujeres dejan ver su piel y sus deseos.
Esta recopilación de refugios sobre el erotismo, "ese segundo antes de caer al vacío en una atracción de feria, ese movimiento que precede al desastre y al placer", define Bañares (de sólo 25 años), es un libro "sutil, que insinúa" y reúne estilos muy distintos. Algo a las antípodas del boom de best sellers eróticos capitaneado por las sombras de Grey.
En sus páginas están Luis Antonio de Villena, Agustín Fernández Mallo y Vicente Gallego, pero también otros inéditos hasta ahora en papel como Sara Gutiérrez Santamaría o David P. Zarain, a los que Bañares ha llegado a través de los blogs y de los bares -que son casi lo mismo, pero los últimos con menos luz y más alcohol-.
"Una habitación de hotel es una cosa muy rara: un espacio habitable en el que han desaparecido todas las referencias de la cotidianidad. Eso las convierte en espacios desnudos, que con esfuerzo y paciencia te ves obligado a conquistar. Y eso te da la posibilidad de ser otro, construirte de otra manera en ellas", dice Fernández Mallo sobre estos reductos para amantes.
'A ti te daba igual mi mar / A mí me daba igual tu mar /. Pero a ninguno de los dos / nos interesaba quedarnos en la orilla', recita Rebeca Yanke en las últimas páginas del libro, para quien el mar "por su inmensidad, su virulencia, porque el agua relaja, por el riesgo", también es un lugar erótico.
Como lugares, también son varias las formas de abordar el erotismo, que a veces "se relaciona erróneamente con la promiscuidad y la frivolidad", dice Bañares. Aquí cabe el deseo entre un hombre y una mujer que acaban de ser padres: 'Tapados con la colcha de verano, queremos poner de nuestra parte pero / cada vez es más tarde, y el niño duerme por fin' (Safrika). Y el sexo desde el sentido del humor: 'El objeto de la investigación es el número / de golpes necesario para que el penetrómetro/ se introduzca a una determinada profundidad' (Javier García Rodríguez).
"Escribir sobre sexo es llevar a lo público algo que socialmente sólo se encuentra en el ámbito privado. Por eso es fácil caer en la ramplonería y el mal porno. Pero creo que este libro trata de derrumbar un par de prejuicios", opina Sara R. Gallardo. 'Con carreras, autopistas, en las medias / Con esa camiseta de escote que atrae tu mirada', escribe esta poeta, que reivindica la "sugestión, que tiene que ver con el pensamiento y, por tanto, con las palabras".
En cambio, para Rafael Sarmentero, el erotismo "ha de ser, necesariamente, lo que no está pasando de verdad. O sea, lo que está generando nuestra imaginación". 'Psicodrama de las corvas / Latiguillo embistiendo', escribe Sarmentero, a quien una vez una novia le dijo: "Escribes como un poeta, pero a la hora de querer, quieres como un periodista". Él cree que le sucede justamente lo contrario, que en su poesía "sobra cerebro y faltan vísceras" y que, aunque "la vocación es eterna, la pasión se acaba".
Para Rebeca Yanke, la poesía no es sólo "un antídoto frente al desgaste del deseo, sino contra el desgaste en general" y defiende que el valor de esta antología es que sus poetas "dañados por el Eros, han sido capaces de contarlo". Y Gallardo concluye: "La poesía tiene la enorme capacidad de expresar con palabras mundos nuevos, inexplorados".
el dispensador dice:
algo atrae las miradas,
algo atrae sentimientos,
se producen coincidencias,
que sintonizan por algún tiempo,
a veces son sostenidas,
otras tantas son reñidas,
y así como aparecen,
se extinguen con el paso de los días...
he creído que sabías,
esto de los sentimientos,
de sus convergencias y sus tiempos,
de las coincidencias que conjugan los alientos,
efluvios que emanan de los cuerpos,
mientras dicen que se aman,
se van revolviendo,
pero en verdad eso es apenas una geometría del "respiradero",
si no coinciden los espíritus,
verás cómo se extinguen los fuegos,
provocando a las auras su regreso,
a sus respectivos cuerpos,
y allí no quedará nada,
ni cenizas, ni conciertos...
hay almas que son reclamos,
mientras otras son desiertos,
algunas viven mintiendo,
mientras otras azotan como vientos,
algunas usan palabras,
vomitando sentimientos,
algunas utilizan los sentidos,
para traicionar a los inocentes... arrinconados en infiernos...
y todo ello sucede,
entre mares y sus puertos,
mientras aparece cada mañana,
al despegarte de tus sueños,
lo importante es estar vivo...
ya que lo demás es, o será... cuestión de tiempos...
algo erosiona al espíritu,
algo más al sentimiento,
la burla produce daños,
como se esmerilan los desiertos,
si no atiendes a tus arenas,
si no atiendes a los vientos,
recibirás señales,
que devorarán el sentido de tus tiempos,
condicionándote el destino,
hasta que despegues de aquel sueño,
que te condujo al infierno.
NOVIEMBRE 08, 2013.-
'Erosionados' (Editorial Origami) es una antología poética sobre el erotismo y las marcas que (nos) dejan la atracción, el amor y el sexo. Hace miles de años, Safo de Mitilene cantó al amor entre las mujeres desde la isla griega de Lesbos. Le dio nombre por primera vez. Este libro "no quiere poner etiquetas", dice Adriana Bañares, su editora, que lo presenta como un "catálogo de intimidades". Si el hombre pudiera decir lo que ama, seguramente se parecería a este libro donde 23 hombres y 25 mujeres dejan ver su piel y sus deseos.
Esta recopilación de refugios sobre el erotismo, "ese segundo antes de caer al vacío en una atracción de feria, ese movimiento que precede al desastre y al placer", define Bañares (de sólo 25 años), es un libro "sutil, que insinúa" y reúne estilos muy distintos. Algo a las antípodas del boom de best sellers eróticos capitaneado por las sombras de Grey.
En sus páginas están Luis Antonio de Villena, Agustín Fernández Mallo y Vicente Gallego, pero también otros inéditos hasta ahora en papel como Sara Gutiérrez Santamaría o David P. Zarain, a los que Bañares ha llegado a través de los blogs y de los bares -que son casi lo mismo, pero los últimos con menos luz y más alcohol-.
Al quitarnos la ropa en aquella pensión
Bebíamos para besar y reír sin prestar atención a todo cuanto no fuera este coágulo, esta habitación de hotel, escribe en 'Erosionados' Fernández Mallo. No es el único que se refiere a estos espacios anónimos donde van a quererse las parejas. "Tenía mi abuela un balcón donde escuchar serenatas (....) y yo un hotel por horas con desayuno incluido", recuerda Gabriela Collado; y está la 'Habitación 207' donde Pablo Cerezal dice que hay "una caricia ebria naufragada en la moqueta"."Una habitación de hotel es una cosa muy rara: un espacio habitable en el que han desaparecido todas las referencias de la cotidianidad. Eso las convierte en espacios desnudos, que con esfuerzo y paciencia te ves obligado a conquistar. Y eso te da la posibilidad de ser otro, construirte de otra manera en ellas", dice Fernández Mallo sobre estos reductos para amantes.
'A ti te daba igual mi mar / A mí me daba igual tu mar /. Pero a ninguno de los dos / nos interesaba quedarnos en la orilla', recita Rebeca Yanke en las últimas páginas del libro, para quien el mar "por su inmensidad, su virulencia, porque el agua relaja, por el riesgo", también es un lugar erótico.
Como lugares, también son varias las formas de abordar el erotismo, que a veces "se relaciona erróneamente con la promiscuidad y la frivolidad", dice Bañares. Aquí cabe el deseo entre un hombre y una mujer que acaban de ser padres: 'Tapados con la colcha de verano, queremos poner de nuestra parte pero / cada vez es más tarde, y el niño duerme por fin' (Safrika). Y el sexo desde el sentido del humor: 'El objeto de la investigación es el número / de golpes necesario para que el penetrómetro/ se introduzca a una determinada profundidad' (Javier García Rodríguez).
¿Es díficil escribir sobre sexo?
"A la narrativa del sexo le ocurre lo mismo que a la narrativa de los sueños, que nunca quedan del todo bien. A menudo parecen un pegote", opina Fernández Mallo. "Eso responde a un motivo: afortunadamente, los sueños y el sexo son los actos más extremos a los que estamos sometidos los humanos, caen dentro de zonas que se escapan a nuestro control", dice el poeta, para quien el erotismo es "el proceso de la seducción"."Escribir sobre sexo es llevar a lo público algo que socialmente sólo se encuentra en el ámbito privado. Por eso es fácil caer en la ramplonería y el mal porno. Pero creo que este libro trata de derrumbar un par de prejuicios", opina Sara R. Gallardo. 'Con carreras, autopistas, en las medias / Con esa camiseta de escote que atrae tu mirada', escribe esta poeta, que reivindica la "sugestión, que tiene que ver con el pensamiento y, por tanto, con las palabras".
En cambio, para Rafael Sarmentero, el erotismo "ha de ser, necesariamente, lo que no está pasando de verdad. O sea, lo que está generando nuestra imaginación". 'Psicodrama de las corvas / Latiguillo embistiendo', escribe Sarmentero, a quien una vez una novia le dijo: "Escribes como un poeta, pero a la hora de querer, quieres como un periodista". Él cree que le sucede justamente lo contrario, que en su poesía "sobra cerebro y faltan vísceras" y que, aunque "la vocación es eterna, la pasión se acaba".
Para Rebeca Yanke, la poesía no es sólo "un antídoto frente al desgaste del deseo, sino contra el desgaste en general" y defiende que el valor de esta antología es que sus poetas "dañados por el Eros, han sido capaces de contarlo". Y Gallardo concluye: "La poesía tiene la enorme capacidad de expresar con palabras mundos nuevos, inexplorados".
el dispensador dice:
algo atrae las miradas,
algo atrae sentimientos,
se producen coincidencias,
que sintonizan por algún tiempo,
a veces son sostenidas,
otras tantas son reñidas,
y así como aparecen,
se extinguen con el paso de los días...
he creído que sabías,
esto de los sentimientos,
de sus convergencias y sus tiempos,
de las coincidencias que conjugan los alientos,
efluvios que emanan de los cuerpos,
mientras dicen que se aman,
se van revolviendo,
pero en verdad eso es apenas una geometría del "respiradero",
si no coinciden los espíritus,
verás cómo se extinguen los fuegos,
provocando a las auras su regreso,
a sus respectivos cuerpos,
y allí no quedará nada,
ni cenizas, ni conciertos...
hay almas que son reclamos,
mientras otras son desiertos,
algunas viven mintiendo,
mientras otras azotan como vientos,
algunas usan palabras,
vomitando sentimientos,
algunas utilizan los sentidos,
para traicionar a los inocentes... arrinconados en infiernos...
y todo ello sucede,
entre mares y sus puertos,
mientras aparece cada mañana,
al despegarte de tus sueños,
lo importante es estar vivo...
ya que lo demás es, o será... cuestión de tiempos...
algo erosiona al espíritu,
algo más al sentimiento,
la burla produce daños,
como se esmerilan los desiertos,
si no atiendes a tus arenas,
si no atiendes a los vientos,
recibirás señales,
que devorarán el sentido de tus tiempos,
condicionándote el destino,
hasta que despegues de aquel sueño,
que te condujo al infierno.
NOVIEMBRE 08, 2013.-
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