sábado, 9 de noviembre de 2013

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Pixies y los amores del pasado - Cultura | ELMUNDO.es

MÚSICAConcierto en La Riviera

Pixies y los amores del pasado

  • El grupo emblemático del rock alternativo de los 80 y los 90 da el primero de sus dos conciertos en La Riviera de Madrid

Francis Black, cantante de la banda estadounidense de rock alternativo...
Francis Black, cantante de la banda estadounidense de rock alternativo Pixies durante su concierto en Madrid.Efe


Ir hoy a un concierto de los Pixies es como reencontrarse con aquel amor del pasado (platónico o consumado) que se presenta elegantemente vestido/a, mucho más guapo/a de lo que recordabas y que, a pesar del chute de felicidad, no consigue revivir aquellas sensaciones de entonces. Quizá porque cuando se es más joven los colores parecen más intensos y las sensaciones se sienten con más fuerza o quizá porque el echar de menos es un estado mucho más vehemente que el propio amor. El caso es que, siendo uno de los grupos que mejor representan lo que es un espectáculo de rock en directo, con un repertorio portentoso y un abanico estilístico amplísimo, del punk al pop más melódico -a pesar de la corta vida oficial de cinco años, de 1987 a 1992-, la pasión no ha tan explosiva ni lacerante como cuando se les echaba de menos.

Se tiende a colocar a los Pixies como ejemplo de grupo que regresa a los escenarios movido sólo por la pasta, por encima de las diferencias y tensiones entre sus componentes, y sin ningún afán de componer material nuevo. Sin embargo, esta ecuación quedó desmontada desde el momento en que el grupo emblemático del 'indie' y el rock alternativo sacó cuatro nuevas canciones, agrupadas bajo el nombre de 'EP1', y que una de sus componentes más importantes, la bajista Kim Deal, abandonó la formación de improviso. Así que Frank Black / Black Francis ha encontrado una sustituta, también llamada Kim (de apellido Shattuck) para tocar en directo estas nuevas canciones, así como los temas de los cinco discos oficiales del grupo.

Un repertorio clásico que, a pesar de la avanzada media de edad del público de este jueves en la sala La Riviera de Madrid, pocos de los presentes han podido ver en directo en la primera etapa 'pixera', antes de la reunificación en 2003. Es cierto que se han echado en falta himnos del rock alternativo como 'Debaser', 'Wave of mutilation' o 'Monkey gone to heaven', de su disco 'Doolittle'. Pero también es verdad que seguramente caigan en el segundo concierto de este viernes, con todo vendido desde hace meses, igual que el primero de este jueves. Un duplicado que no se debe tanto a la difícil situación de la música en directo en Madrid como a la dinámica del grupo, que en esta gira europea prefiere repetir en las ciudades donde toca.

En cualquier caso, no hay mucho que objetar a un concierto que pasa del macarrismo de 'Vamos' y 'Nimrod's son' a la belleza de 'La la love you', que rescata canciones en la frontera entre el 'indie' y el 'mainstream' como 'Here comes your man' y 'Where is my mind', que enlaza 'Crackity Jones' e 'Isla de Encanta', con su español macarronísimo. Y, sobre todo, que acaba con 'Caribou' y Frank Black dando gritos de trastornado a pesar de su voz venida a menos (lo del sonido de La Riviera debe ser aceptado como lo que es) antes de volver en el bis con 'Hey'. Por parecer, hasta Black parecía más delgado y, por momentos, su silueta se confundía con el guitarrista Joey Santiago, rapados como iban los dos, antes del final forzado del concierto, con las luces de La Riviera intimidatoriamente encendidas.


el dispensador dice:
bohemias,
amaneceres con calles vacías,
andar suelto,
transitando la vida,
pensar y pensar,
cómo encarar cada día,
buscando futuro de lo que no se sabía,
buscando un mañana apenas comenzado el día,
buscando revelar cada consigna...
farolas aún encendidas,
había empedrados y viejas vías,
buzones sin cartas,
en algunas esquinas,
doblan los vientos según sus guías,
desde el bar aquel un recuerdo arrima,
se acerca la mano a la nota vacía,
hoja en blanco pide ser escrita,
algo en la neurona tribula y agita,
una idea cae mientras otra grita,
se mueve la mano buscando su dicha,
se eleva el afecto mientras llega el día,
comienzan los ruidos, engranajes rechinan,
radio a galena se enciende a su tiempo,
el calor se escapa de un café que recupera el aliento,
es hora de irse,
escapar del recuerdo,
ha pasado la vida como quien busca su puerto,
aún navego sobre mis sentimientos,
el horizonte llama... mientras las nostalgias mantienen al deseo despierto...
en media mañana,
se acabó el desierto,
todo desborda de futuros inciertos,
sólo tengo el café... espíritu bohemio.
NOVIEMBRE 09, 2013.-
 
 

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