El mantel de Coria y la Sábana Santa se hicieron a la vez
Científicos de la NASA sostienen que ambas estuvieron
sobre la mesa de La Última Cena
En breve presentarán su estudio
Las medidas son muy similares y en ambos casos la trama
de la tela está torsinada en «Z»
- JAIME LÁZARO
John Jackson, autor del descubrimiento, examinando el mantel de Coria. MUSEO DE LA CATEDRAL DE CORIA
Bajo las bóvedas de una fría sala, en la vieja catedral renacentista de Coria (Cáceres), un equipo de científicos de la NASA despliega un arsenal de lamparas de rayos ultravioleta, infrarrojos, aparatos de barrido... Uno a uno sellan los ventanales. Aunque es noche cerrada, cubren con paños cualquier rendija para que ningún rayo de luz de las farolas de la calle interfiera en las pruebas. En la mesa contigua, dentro de una arqueta de plata, esperan a ser analizados cuatro metros de tela que, según la tradición católica, sirvieron de mantel a Jesús y sus apóstoles en la última cena.
Un científico de la agencia espacial norteamericana destiende cuidadosamente el tejido bajo el instrumental transportado ex profeso desde Denver. Es el profesor John Jackson (director del Turín Shroud Center de Colorado), el mismo que en 1978 tuvo el privilegio del ser uno de los 30 expertos escogidos por el Vaticano para estudiar la Sábana Santa de Turín. Más tarde se desplazaría hasta la catedral de Coria para examinar esta enigmática reliquia única en el mundo y perfilar un sorprendente descubrimiento: el mantel extremeño y la sábana santa habrían cubierto ambos, uno sobre otro, la mesa de la última cena.
Aún no ha cerrado la fecha, pero este 2014 él presentará en Coria las conclusiones detalladas de su estudio. «Fue fruto de la casualidad», cuenta el propio Jackson a Crónica. «Estábamos visitando a un amigo arzobispo aquí, en EEUU, y en el transcurso de una conversación distendida mencionó la existencia de un mantel relacionado con la Última Cena de Cristo que se encontraba en España. Mi mujer, Rebbeca, y yo quisimos saber más sobre el lienzo y si existiría la posibilidad de estudiarlo. Tras algunos contactos y pruebas que solicitamos que realizara el obispado, nos trasladamos en 2006 por primera vez hasta Extremadura».
Jackson fue quien descubrió que la figura del Sudario turinés es una imagen tridimensional, es decir, su impronta sobre la tela es proporcional a la proximidad del tejido con el cuerpo que contuvo la Sábana. La intuición del ex científico de la NASA, incluso antes de conocer la existencia de la tela de Coria, era que la Santa Síndone tuvo que ser un mantel, por la precipitación con la que fue enterrado Jesús.
Sobre una de las telas se colocó la comida. La otra la habría protegido de insectos o de que cayera arena.
La sorpresa para el equipo fue mayúscula cuando al medir el lienzo de Coria comprobaron que las dimensiones, 4,32 m de largo por 0,90 m de ancho, eran casi idénticas al que se conserva en Duomo de Turín(4,40 por 1,10). «Para nosotros», dice Rebbeca Jackson, «la Sábana Santa y el mantel extremeño fueron usados conjuntamente en la Última Cena. Para los judíos, en las grandes solemnidades, y la Pascua es la mayor de ellas, era común utilizar dos manteles de manera ritual, para recordar la travesía por el desierto tras abandonar Egipto». Así, aseguran, «se colocaba un primer mantel sobre el que se depositaban los alimentos y una segunda tela sobre ellos para evitar que cayera arena o que fueran contaminados por insectos».
Para el arquitecto Ignacio Dols, delegado en Extremadura de la Sociedad Española de Sindonología, «la intuición de Jackson puede tener sentido por la precipitación para enterrar a Cristo. Murió en torno a las tres de la tarde de un viernes y debía ser enterrado antes de, aproximadamente, las seis del mismo día, momento en el que comenzaba el Sabbath (día festivo para los judíos en el que no se podía realizar ninguna labor física). En apenas tres horas José de Arimatea tuvo que reclamar el cuerpo a Pilatos, obtener permiso para enterrarlo, trasladarle hasta un sepulcro, hacer los preparativos, amortajarlo y sellar la tumba. Lo razonable es que utilizara los elementos que tuviera a mano, y un mantel de esas características era perfecto para envolver un cuerpo».
El equipo de Colorado lo fotografió con las últimas tecnologías y bajo diferentes tipos de luz. Cada imagen tomada era de 10 cm2, con el fin de completar un mosaico de todo el mantel a altísima resolución. «Queríamos comparar las manchas existentes en el Santo Sudario de Turín con las que pudiera tener el mantel de Coria, pese a que éste presenta una erosión de su superficie por, creemos, haber sido lavado en diversas ocasiones». Y es que la tela, aparte de ser expuesta en público, ha servido para cubrir el altar en misas.
La similitud del hilo
Sus conclusiones las apoyan otras investigaciones anteriores. En 2001, el Centro Español de Sindonología comprobó que el hilo que conforma la trama de la tela está torsionada en «Z». «Curiosa y casualmente el mismo tipo de torsión que el hilo de la Síndone de Turín», apunta Ignacio Dols. Y el CSIC analizó la tintura azul que decora las bandas del mantel, concluyendo que se trata de «índigo natural», un colorante de uso común en la antigüedad, introducido en Europa en el S. XVI, 200 años después de que fuera encontrada la reliquia de Coria. Existe además la teoría de que el mantel de Coria es el mismo que Da Vinci inmortalizó en La última cena, ya que ambos están decorados con bandas azules.
El periplo de esta pieza única está lleno de misterios y leyendas. La primera referencia documental es de 1404, cuando Benedicto XIII, el llamado Papa Luna, otorgó una bula por la que reconoce su autenticidad y permite su exposición y culto cada 3 de mayo. Todo el interés suscitado no hace si no recordar el fervor que despertaba siglos atrás, cuando ese día se exponía en el balcón de la Catedral de Coria. Miles de personas acudían a contemplar y tocar un mantel al que se le atribuían propiedades milagrosas.
Tal era el fervor que se desataba que, temiendo por la integridad del mantel y de los fieles que luchaban por tocarlo, el obispo Juan Álvarez de Castro prohibió las ostensiones públicas en el XIX. Con el tiempo la reliquia cayó en olvido. Ahora recupera la fama del pasado.
la historia teje misterios,
de la mano de profetas,
de sabidurías ancestrales,
y de otras que andan sueltas,
todo dependerá de los ojos,
que dispongan las inteligencias,
si no sabes de sensibilidades,
siempre hallarás explicación oportunista en las ciencias,
que andan por allí explicando,
lo que no enseñan por sapiencia,
haciendo de la paciencia,
un mero trago amargo... rojo de incandescencia...
hubo sí un enviado,
como también hubo mesías,
pero el imperio en sus días,
supo crucificar sus manos,
asumiendo que los muertos,
carecen de capacidades eternas,
asumiendo que esos mismos muertos,
menos pueden con milagros,
sin embargo...
siguió andando el carro,
sin que nada lo empujara,
y han pasado dos mil años,
con explicaciones en banda...
debes andar más atento,
porque se están quebrando los tiempos,
de manteles y misterios,
de santidades de los eterno,
y uno de estos días verás,
como aparece un portal abierto,
por donde se escurren las almas,
cuando atrás dejan los cuerpos,
sin poder llevarse nada...
nada más que los afectos.
ENERO 05, 2014.-
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