sábado, 4 de enero de 2014

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CORRIENTES Y DESAHOGOS

Textos destartalados

La escritura funcional de estos días, la que cunde entre los jóvenes, sigue rigurosamente la ruta de la basura



Ni los mails, ni los tuits, los whatsapps o los SMS son respetuosos con la escritura. Se trata de ser veloces y no de ir bien vestidos. El mensaje llega y se entiende pero en su composición se han sumado tantas faltas de ortografía y mecanografía que se recibe menos como un paquete estructurado que como una suerte de broza destinada a cumplir fogosamente su finalidad.
No sucede esto una o mil veces sino de manera absoluta y permanente. Y no ocurre esto como revolución sino como dejación. La escritura ha perdido el santo valor que le concedíamos y se ha transustanciado pasivamente, a imagen y semejanza de los artefactos electrónicos. Se escribe mal y desgreñadamente porque los filamentos importan menos que el impulso final.
De este modo existen ya dos escrituras incomunicadas como nunca antes se conocía. Efectivamente han existido escrituras notariales y poéticas, sagradas escrituras y escrituras porno, textos judiciales y textos literarios. Estos pares, sin embargo, representan una oposición de mucha menor importancia que la fundada hoy entre la escritura literaria, cuidada y revisada, y la escritura electrónica emitida desaliñadamente hacia el destinatario. ¿Una falta de atención al receptor? Nada de eso, a estas alturas. Se trata de un desdén por la imagen, el estilo o la elegancia del texto. Un desdén que coincide con el desdén hacia las obras de arte bien hechas.
Porque si el arte también se ha descompuesto y cubierto de excrementos, el medio escrito ha ingresado en el mundo del detritus. La escritura viaja de un lugar a otro como las pelusas que aparecen en las casas sin la debida limpieza. Los textos imperfectos se mueven como abrojos de aquí para allá y no hay cuarentena que detenga el contagio. Los más jóvenes son los que menos perciben este merequeté porque en suma la escritura no ocupó un lugar central en sus aprendizajes. Los errores se pasan por alto o no se registran. El mensaje cumple su papel de comunicaciones breves y secas y ahí acaba su historia. ¿Se entienden como los indios, como los niños, como los torpes aprendices del idioma? Como las tres cosas a la vez. Se entienden mediante una simplificación destartalada y poco puede hacerse por repararla. Es ya, día a día, un nuevo lenguaje. Un lenguaje de signos que discurre en paralelo al idioma escrito y que posee su identidad. Fin pues allí de la escritura bien escrita. Desarreglo de todas las reglas. El mundo se ha desatado el cinturón que permitía medir su perímetro y se desenvuelve con una mórbida obesidad poblada de peritoneos. El cuerpo de la escritura llega así a unos dominios orgánicos en los que decir con precisión es un imposible y redactar con amor una quimera.
Privada pues de amor, estrujada y desgajada, sucia y maltratada, la gran masa de escritos que se cruzan a cada instante va componiendo una pila de garabatos que tras cumplir como mensajeros van inmediatamente al vertedero.
Época de las basuras, es ésta. Época en que cada planta de reciclaje constituye una catedral ecológica y cada lata por el suelo un sacrilegio. La escritura funcional de estos días, la que cunde entre los jóvenes, sigue rigurosamente esta ruta. Se hace con basuras de expresión y se acumula como una pirámide excrementicia que seguramente mañana será sustituida por otra, por un fuego al galope o por el entusiasmo de la inmediatez.


el dispensador dice:
la civilización es descartable,
con esclavos desechables...
la cultura es descartable,
y sus cultores expulsables...
se vive envuelto en basuras,
rodeados de contenedores,
que hacen del deterioro un paisaje,
donde nadie da valor a nada,
porque en eso consiste... este aprendizaje...

la civilización habla de reciclaje,
pero en verdad la basura avanza,
mientras lo transgénico atrapa,
los huecos despliegan alas,
haciendo de los vacíos,
algo que devora el alma,
mientras se recitan palabras,
que llenan el aire sin decir nada...
mientras no son pocos los que aplauden,
las mentiras que se levantan...
al tiempo que las pobrezas crecen,
y los desprecios se instalan,
cuando el valor no guarda importancia,
detrás... nadie da valor a nada...
asumiendo que son las basuras,
aquellas que enaltecen y salvan...

algo anda dado vuelta,
otro tanto tergiversado,
demasiadas son las mentiras,
que ya no caben en ningún lado...
pero mientras ello sucede,
todo se sigue descartando,
se atropellan los derechos,
y todo se va quitando,
haciendo de los derechos,
desechos destartalados,
que no sirven para nada,
mientras los discursos oportunistas,
siguen diciendo cosas,
para continuar con los engaños,
común a las dictaduras,
que se viven apropiando,
de las gracias concedidas,
a destinos quebrados...

todo se está dando vuelta,
todo está tergiversado...
tanto es lo desechable,
que hasta el futuro está negado.
ENERO 04, 2014.-

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