miércoles, 29 de enero de 2014

MÁSKARA ► Un nuevo imaginario en el regreso de Stanislaw Lem | Cultura | EL PAÍS

Un nuevo imaginario en el regreso de Stanislaw Lem | Cultura | EL PAÍS



Un nuevo imaginario en el regreso de Stanislaw Lem

Aparecen por primera vez en castellano 13 relatos del genio polaco de la ciencia-ficción nunca antes traducidos, y encabezados por ‘Máscara’, una singular pieza magistral







La reverenciada figura de Stalislaw Lem (Lvov, 1921 – Cracovia, 2006)está bien situada en un podio o parnaso del género de la ciencia ficción desde la que sigue desplegando su subyugante influencia, pero es cierto que es algo más que eso, como si aún no hubiera llegado todo su reconocimiento. Algunos estudiosos ven detrás del estilo la no tan remota ascendencia judía (nunca fue un religioso practicante) y es muy evidente que el período de la guerra lo marcó para siempre, aquellos años viviendo con identidad falsa, la lucha de la resistencia, y ya terminada la contienda mundial, muy pronto, los primeros encontronazos con los ideólogos comunistas, lo que lleva a un temprano enclaustramiento intelectual. Su primera novela, El hospital de la transfiguración, data de entre 1946 y 1948, pero no se publica en Polonia hasta 1955 por la censura de corte estalinista que irradiaba sobre toda la Europa del este; ya entonces le colgaron el sambenito de contrarrevolucionario; esta obra también editada en castellano por la editorial Impedimenta revela un Lem diferente, todavía no inmerso en los meandro del los mundos futuros e improbables.
En el estilo de Lem la dosis surrealista es parte fundamental al flujo narrativo, a veces poéticamente ligado al relato del inconsciente y sus complejas descripciones; así todos los argumentos se encadenan en rico poso lleno de imágenes (en eso, esta traducción es meticulosamente esmerada), siempre sorprendente al lector, le guste o no la ciencia ficción. Pero en todos está muy presente la que es sin duda su obra más famosa: Solaris (1961), llevada al cine magistralmente por Andrei Tarkovski en 1972 y que esta misma editorial vertió al castellano por primera vez directamente del polaco. En realidad Solarisposee tres versiones cinematográficas; una primera del también soviético Nikolai Nirenburg de 1968 que pasó sin pena ni gloria y una última del estadounidense Steven Soderbergh de 2002 que no logra sobreponerse a su predecesora inmediata. Solaris sigue siendo un enigma infinito de sugerencias y esa primera persona aparece también en estos cuentos de Máscara.


La cronología de esta antología va desde 1957, en los albores de su carrera literaria (“La rata en el laberinto” fue publicado en la edición original de “Diario de las estrellas”), hasta llegar a mediados de los años noventa del siglo pasado



La cronología de esta antología va desde 1957, en los albores de su carrera literaria (“La rata en el laberinto” fue publicado en la edición original de “Diario de las estrellas”), hasta llegar a mediados de los años noventa del siglo pasado. Es verdad que la vasta y erudita obra de Lem (cuya edición de obras completas, sólo accesible en polaco, sobrepasa los 25 tomos) ha sufrido manipulaciones de todo tipo tanto por parte de los sucesivos editores (se evita hablar hoy abiertamente de censura) como el propio autor, que corregía y cambiaba infatigable en cada nueva impresión. Aunque los relatos no siguen una conducción orgánica precisa, sí es cierto, como apunta el prólogo de la edición española, que tanto temas como ideas filosóficas que han sido obsesión y constante en la obra de este prolífico y complejo escritor se repiten en el potente y hasta desbocado imaginario, una escena cambiante donde la visión de la naturaleza como potencia creadora de nuevos y diversos seres domina sobre cualquier otra consideración. La otra gran preocupación ética de Lem, la inteligencia artificial, sus impredecibles límites, su uso y su destino, o la bioingeniería, aparecen en un hechizo de ambientes donde no todo es tornillos, cristales que piensan y naves interestelares. Se trata también de una progresión interior de ese pensamiento visionario, una capacidad de duda y arrastre de las ideas hacia otras preguntas sobre las que siempre es aconsejable dudar antes de responder. Y si Mascara tiene algo de invención kafkiana, sobrevuela todos los escritos una creciente angustia de cerrazón y de verdadero corsé moral, metáfora elocuente donde las hubiera de los tiempos y el lugar que le tocó vivir. El inicio del relato “La verdad” es magistral en este sentido:
“Estoy sentado en una habitación cerrada, con la puerta desprovista de picaporte y cuya ventana tampoco puede abrirse. El cristal es irrompible. Lo he intentado. No porque tuviera ganas de fugarme, o por efecto de la rabia, tan solo quise comprobar si se podía. Escribo sobre una mesa de madera de nogal. Dispongo de suficiente cantidad de papel. Escribo lentamente. Escribo aunque nadie lo lea. No quiero estar a solas, pero no consigo leer. Lo que me traen para leer es todo mentira…”.
Máscara. Stanislaw Lem. Traducción de Joana Orzechowska. Editorial Impedimenta, Madrid, 2013. 417 páginas.


el dispensador dice:
no hay por qué asustarse... en la Tierra coexisten varios mundos simultáneos... a veces los portales se abren, pero la mayoría de las veces permanecen cerrados por el bien de todos... porque los de aquí no se caracterizan por sus capacidades comprensivas... y los de allá´s no tienen paciencia para andar comprendiendo humanos y sus debilidades...
no hay por qué asustarse... los universos paralelos coexisten... vibran en simultaneidades que no caben en la mente humana... pero contienen distintos rangos de vida, muchos de ellos compatibles, la mayoría incompatibles... y reconocerlos no es un tema simple, ya que los sentidos humanos no son suficientes para entender cómo es que esto funciona, cuáles son sus equilibrios, y qué es lo que no se debe hacer, nunca...
no hay por qué asustarse, hay duendes, hadas, gnomos, y muchos otros "elementales" diseminados en varios de las Tierras paralelas... ellos saben más de los humanos que los humanos de ellos... pero gracias a ello aún se sostiene la naturaleza... no obstante ello, no es bueno alcanzar el límite de las paciencias de estos mundos diminutos, porque les sobra capacidades como para dar vuelta las cosas, por consiguiente también los hechos...
no hay por qué asustarse, pero con los seres humanos conviven otros que no lo son... parecen humanos, tienen cuerpos, ojos, oídos, voz, piel, pero no lo son... se distinguen porque est{an despojados de cualquier miseria humana, se visten de inocencia genuina y de humildad certificada... andan por la vida observando... viviendo y contemplando... sin molestar a nadie... siempre ayudan, siempre contribuyen a extender sus manos... pero tan pronto como cualquier tema se resuelve, desaparecen... eso sí, no admiten ni mentiras ni traiciones... simplemente se van...
no hay por qué asustarse... nada es como parece... naces aquí... pero también en otros "allá" y las simultaneidades se dan hasta el punto que a veces coinciden, se chocan, y el ser humano lo percibe como si se tratase de un recuerdo... "esto ya lo viví"... "ya estuve aquí"... "esto ya lo vi"... pero en segundos se esfuma el sentir y el olvido gana ante cualquier razón...
no hay por qué asustarse... el cuerpo es una máscara, pero la mayoría de las formas de vida en el universo no tienen cuerpo, y son invisibles al ojo humano, a los sentidos humanos... lo cual no modifica que realmente existan disponiendo de inteligencias muy distintas a las humanas... por ende, el humano deber aprender a no molestar los ámbitos que no le pertenecen, so pena de crear reacciones en cadena impensadas, potencialmente incontenibles...

te pregunto: ¿llevas máscara?... o, ¿llevas máskara?... la diferencia es sutil... pero debes descubrirla... hay ciertos paralelismos que existen sin tiempos... hay ciertas simultaneidades donde el tiempo no existe... ¿sabes de cuerdas?... puedes viajar por ellas en cualquier lugar del universo, como si se tratase de lianas en una selva, sólo que hay que saber reconocerlas, ya que no es bueno caerse... 

no hay por qué asustarse... pero ha llegado el tiempo de los cambios... se abrirán algunos portales que habilitarán a cruzar de un lado al otro... ¿estás preparado para usar máskara?... ya que allí no se puede llevar la máscara que usualmente usan los humanos para disfrazar sus intenciones, llevando sus palabras por una divergencia simultánea... decir una cosa para actuar en contrario, traicionando los valores y sus principios... estos umbrales no admiten dualidades... como tampoco admiten contradicciones... ¿estás preparado para ello?... si no lo estás, vete preparando para lo que jamás imaginaste... que creiste una simpleza de la ficción...
ENERO 29, 2014.-




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