jueves, 16 de enero de 2014

LOS DUELOS ► '¡A poco a poco, papá!' | ELMUNDO.es

'¡A poco a poco, papá!' | ELMUNDO.es

SOLIDARIDAD INICIATIVA DEPORTE Y ARTE SOLIDARIO

'¡A poco a poco, papá!'



El paso por las aduanas puede llegar a ser un infierno.
El paso por las aduanas puede llegar a ser un infierno. PABLO BOHÓRQUEZ



Volábamos sobre la impresionante noche del Sáhara Chadiano, la prehistoria caía intensa desde las estrellas y abajo, de vez en cuando, se veían las hogueras de algunos poblados y caravanas de nómadas. El viaje al pasado había empezado.
El aterrizaje me sacó de mis cavilaciones. Unas luces débiles y amarillentas nos indicaban que habíamos llegamos al pequeño y destartalado aeropuerto de Djamena. En ese momento, nuestra gran preocupación era cómo pasar 22 maletas repletas de antibióticos y equipos médicos a través de las garras de los funcionarios de aduanas. El año pasado había sido un infierno y tuvimos que pagar sobornos y esperar horas entre gritos, calor y nervios.
Buena parte del trabajo de un año de nuestra ONG estaba en esas maletas, lo recaudado en decenas de eventos benéficos, el esfuerzo de miles de niños de colegios donde habíamos hecho revoluciones solidarias, el trabajo de hormiga degente como Raquel, Lucía, las Candy girls, Elena, Rafa, Frank y cientos de amigos más, la ayuda de algunas empresas como Sun Edison y la Fundación Ordesa. Un esfuerzo titánico y un destino noble: las áreas de pediatría de los abarrotados hospitales de Bebedja y Donomanga, al sur del Chad.
Me preocupaban, en especial, los 20 kilos de polvo blanco de un antibiótico llamado Amoxiclavulánico. Una medicina muy cara que habíamos logrado comprar directamente al fabricante en forma pura, en cantidad suficiente para hacer miles de tratamientos, de aquellos que deciden entre la vida y la muerte de un niño. Estaban empaquetados en bidones plateados de 12 kilogramos cada uno, llenos de precintos y con pinta de llevar plutonio. Si los abrían estaríamos perdidos, su contenido es estéril, y sólo se puede hacer en un laboratorio en condiciones muy especiales.
Chad es el país más corrupto del mundo, según la ONU. Sus aduanas no son la excepción. Fue colonia hasta 1960. La administración francesa se caracterizó por la ausencia de políticas para unificar y modernizar el territorio, pues sólo lo veía como una fuente de mano de obra y de algodón. Francia mantiene un fuerte contingente militar en Chad para apoyar al presidente y evitar la "inestabilidad" en la región; sin embargo, las relaciones entre los dos países empeoraron desde la concesión de derechos a la empresa petrolera norteamericana EXXON en 1999.
Ya había advertido a mis compañeros de viaje sobre lo que nos podría esperar al aterrizar, y les pedí toda la paciencia y entereza posible para soportar el asedio de los funcionarios, intentando ganarse un sobresueldo exprés. Se abrió la puerta del avión y una bocanada de aire seco y con olor a combustible nos dejó claro que estábamos en un dragón llamado Chad, "el corazón muerto de África". Un país desértico, dos veces más grande que Francia, sin salida al mar y ubicado en el centro absoluto del continente. Habitado por 12 millones de personas de más de 200 etnias, que hablan más de ciento veinte idiomas y dialectos. Más de la mitad bajo el umbral de la pobreza absoluta.

Situaciones de estrés

Recordé aquel día cuando mi hijo Miguel tenía menos de tres años de edad y regresábamos a Madrid, en medio de un atasco de tráfico monumental. Yo iba sufriendo porque el niño tenía hambre y tenía que ir al baño. La fila no avanzaba hacía 20 minutos. En un momento dado solté una maldición y desde la parte de atrás del coche una vocecita angelical me dijo: ..."a poco a poco, papá!".
Fue la primera vez que sentí que Miguel era ya una personita y una gran compañía, y sus palabras generosas y consideradas se convirtieron en un mantra que repito inconscientemente en situaciones de estrés, porque además de tranquilizarme, hacen que sienta a ese chiquitín y todo lo que representa a mi lado. Hoy, Miguel tiene 10 años, dobla la voz de Koulsy y de Fredy en nuestros vídeos. El primero de ellos fue el Mundo Mejor: un vídeo corto y emotivo que ha puesto en marcha a multitudes de niños y que ha llevado a que se hermanen sus colegios en España, Chile y USA con escuelitas pobres de Chad.
En el segundo vídeo, La Fuerza para Cambiar el Mundo, Miguel y yo habíamos aprendido un poco y por eso es más espectacular y emotivo. Su voz es ahora profunda pues al igual que Koulsy, el protagonista, ha crecido. Los niños son la razón de ser de nuestra ONG. Los de los países pobres a quienes ayudamos a educar y alimentar, y los de los países ricos a quienes enseñamos valores solidarios. La magia surge cuando los ponemos en contacto para que se enriquezcan mutuamente y aparezca la solidaridad.

Algo mágico

Ya estamos dentro del terminal. Veo los nervios en las caras de mis compañeros, para los ellos tres es su primer viaje aquí. En medio de esta situación, intento visualizar la cara de Miguel porque es ahora cuando necesito esas palabra mágicas. Por primera vez en este viaje me preparo para repetir el mantra: "¡A poco a poco, papá!". Respiro profundo. Ahora soy capaz de caminar por hielo frágil sin dudar. Con la tranquilidad reconquistada, animo a Cristian que hace las veces de traductor y a quien, durante el vuelo, entrené una vez más para lo que podría ser una ardua y estresante negociación. Seguimos empujando nuestras 18 pesadas maletas de 23 kilos cada una, y a la espalda unas mochilas de casi 20. Nos queda el último escollo: el escáner, allí se arremolinaban el año pasado varios personajes, como hienas, en su reino de impunidad. Pero este año algo mágico ha pasado.
La sorpresa fue que el Vía Crucis por inmigración no ocurrió, esta vez el enjambre de funcionarios parecía obedecer algún conjuro. Uno de ellos se acercó, señaló las maletas y luego a mí y me preguntó: "¿Doctor?" Le dije que sí y entonces hizo una señal a los demás y me dijo: "¡Adelante!". No me lo podía creer. Yo esperaba las consabidas amenazas de decomisarnos todo, de empezar a abrir los envases, de intentar que nuestra impaciencia diese una excusa para terminar detenidos y sin nuestra carga. Pero todo eso simplemente no sucedió. Tal vez fue porque ya nos conocen, es el tercer año consecutivo que venimos.

120 kilos de machos alfa chadiano

La misión ha empezado con pie derecho. Y lo confirmé al mirar hacia fuera y ver bajo unas farolas anémicas, una montaña llamada Duba, nuestro chófer. 120 kilos de macho alfa chadiano al servicio del bien, toda una demostración de poderío en un país de desnutridos. En la expedición del año anterior hizo un trabajo excelente. Además de conducir con los siete sentidos que se necesitan en estas peligrosas carreteras, demostró su lado humano cuando caí enfermo, pues se preocupó enormemente, incluso una noche que yo no paraba de toser, me preguntó constantemente, desde fuera, si necesitaba algo. Fue inútil decirle que se fuera. A la mañana siguiente, lo encontré dormido al lado de mi puerta. Había montado guardia toda la noche. Dos días después cayó enfermo de malaria.
Pero aquí está con una sonrisa radiante, de esas que tienen la palabra escrita de oreja a oreja. Duba conducirá el coche que le hemos alquilado al obispo, un 4x4 que afronta el desafío de cruzar medio país con 500 kilos en el techo. Ese coche conocido es nuestro mejor blindaje en estas tierras, pues a pesar de que la mayoría es musulmana y de que haya a quien le guste más o menos la iglesia católica, todo el mundo reconoce el trabajo incansable de las misiones en el sur del Chad. Personalmente creo que es uno de los capítulos de trabajo y sacrificio humano más encomiable que conozco. Los apoyaríamos igual fueran de la religión que fueran. En estas situaciones sólo cuentan los hechos. A eso hemos venido y por eso mañana empezamos a cruzar este país, para echarles una mano en la lucha contra la miseria y en nombre de la dignidad humana, a traerles un poco de alegría y de esperanza a ellos y a quienes ayudan. Ojalá sean tan intensas y útiles como las que me dio ese ser diminuto en su primer intento de ayudar a alguien con aquello de: "¡A poco a poco, papá!".


Deporte y Arte solidario

Es una asociación sin ánimo de lucro, formada por voluntarios de varios países que apoyan la labor de los misioneros que trabajan en el Chad, mediante ayuda médica y humanitaria, creación de microempresas para mujeres y la construcción de huertos-escuela. Si quieres hacer un donativo: El número de cuenta de Deporte y Arte Solidario es 0049-2036-31-2914116822. Para transferencias desde fuera de España: Número de IBAN: ES77 0049 2036 3129 1411 6822 Swift BSCHESMMXXX
Más información: www.deporteyartesolidario.tv














el dispensador dice: partir hacia algún destino cierto, siempre conlleva un duelo... por la propia incertidumbre del regreso... partir hacia algún destino incierto, también conlleva un duelo... por la propia incertidumbre de las circunstancias... asumir la ausencia y verse perseguido por los recuerdos, también se acompaña de un duelo... y poco a poco, la vida te va enseñando que al no poder huir de tu destino, los duelos se vuelven frecuentes, sea que estes presente, o sea que estes ausente... y estos duelos se refieren más a los espacios que los vínculos entre las personas... porque los espacios se van ocupando por coincidencias químicas que hacen al destino, al aura, y al karma... donde todo está diseñado para existir durante un lapso corto o prolongado... y donde todo lo que sucede guarda un por qué, aún cuando éste no se conozca, aún cuando se lo niegue, aún cuando sea intangible... sucede así con los huecos que dejan las guerras... sucede igual con los huecos que dejan los conflictos de cualquier índole... sucede así con los divorcios... simplemente sucede... los huecos dejan un vacío químico complejo que está vinculado con los destinos y los tiempos respirados, que conllevan pensamientos, reflexiones, acciones, y decisiones...
Hay lugares donde los huecos son significativos, y las personas sensibles pueden sentirlos con solo estar ahí, con solo respirar el aire que flota, y la mayoría de las veces no pueden explicar sus sensaciones, pero las mismas se incorporan a las vivencias de los recuerdos y permanecen para el "siempre" de cada vida... reteniendo olores, fragancias, imágenes, que se repiten ante ciertas coincidencias químicas, que las gentes suelen no interpretar... sin embargo, lo antedicho se ha verificado como hecho humano en los visitantes de los campos de concentración donde recalaban almas judías luego sacrificadas, y hay quien me ha comentado soto voce, que hasta pudo ver por milésimas de segundo a los espíritus cruzando umbrales en dichos lugares.
La misma experiencia se ha repetido en otros lugares de temibles conflictos... y recuerdo, que en algún lugar de Alemania, tuve la oportunidad de ver por milésimas de segundos a personas huyendo de una bomba aliada cayendo sobre un poblado a la vera de un río de estirpe... pero lo mismo me sucedió en ciertos lugares del África... y te reitero, muchos amigos judíos que habían estado retenidos en los campos, me han transferido la experiencia... lamento no haberlo escrito, dejándolo documentado... pero apelando a la memoria, buena por cierto, es que hoy lo comparto contigo...
Cada conflicto humano que afecta a uno o más destinos, se ve acompañado de un hueco que conlleva un duelo... duelo por las pérdidas amadas... duelo por los abandonos... duelo por las mentiras... duelo por las traiciones... duelo por los desprecios... duelo por las mezquindades... ya que todo queda registrado en la memoria de los karmas, permaneciendo de cara a cada eternidad del espíritu.
Suelo retener los cielos nocturnos de cada lugar que he pisado... me identifico con las sensaciones que me producen esas vivencias únicas... muchas estrellas... pocas estrellas... mucha vía láctea... nada de vía láctea... mucha profundidad, poca profundidad... 
Suelo retener los cielos diurnos de cada lugar que he pisado... me identifico con los azules nucleares, eléctricos, por ello me regocijan los cielos de la alta cordillera, tanto como los del Sahara... tengo en mi memoria química registrado el azul extraño de las fuentes nucleares... y aunque no lo creas, dicha imagen no se me ha quitado jamás de la mente desde que la vi por primera vez en 1974...
Será por ello que admiro las energías de los rayos y las centellas... 
Y ellos, cielos y rayos, conllevan también huecos de energías que implican ciertos duelos... porque las energías coinciden y/o se repelen según ciertas afinidades sostenidas o repulsivas... y esas mismas energías son las que a veces te impiden entrar en ciertos lugares, en ciertos templos, en ciertos... porque el dolor pesa, tiene peso específico propio que se sostiene aún cuando no se lo vea... aún cuando parezca que se han extinguido sus fuentes...
A veces, la incomprensión te obliga a vivir en duelo permanente.
A veces la mentira hace lo propio.
A veces la traición juega con las sensibilidades que conducen a los duelos.
Y el duelo lo asumes en silencio, con resignación... y simplemente te vas, produciendo un hueco, dejando un espacio que aún cuando se ocupe por alguna miseria, no encajará en el espacio genuinamente creado por el "original"...
y entonces sonríes... vida rara esta... raros son los humanos y sus cuitas... usan las palabras para denigrar los argumentos que desvirtuan las sinceridades opuestas por el vértice... ¿para qué?... porque no avizoran el duelo consiguiente, ni tampoco el subsecuente... cuando no sabes de futuros, de mañanas, de espacios, de umbrales, de portales, tampoco reconoces el potencial que conllevan las energías que moran en los duelos... que luego atropellan... y duelen.
El peor duelo... es el siguiente a la desolación...
cuando el alma asume que luego... no hay nada más que espacio de un destino incierto.
ENERO 16, 2014.-



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