jueves, 3 de septiembre de 2015

PEREGRINACIÓN HACIA EL MILAGRO




Salta vive su época más linda. Estamos ya en tiempos del Milagro. Las imágenes del Señor y de la Virgen del Milagro fueron entronizadas. Peregrinos de todos los rincones de la provincia comienzan sus caminatas de hasta más de 10 días para venir a saludar a sus protectores 

En cinco días comienza la novena y el 15 de septiembre será la procesión a la que concurren más de 600.000 personas. 

Es el tiempo en que la Fe de un pueblo está en su máxima expresión

¿Alguna vez pudiste acompañarnos en tan lindo momento?

(Foto: Río Piedras, Salta, Argentina. Federico San Juan)


el dispensador dice: el valor del silencio mora en el peregrino... no es lo único... el valor de la consciencia está en la esencia del peregrino... no queda ahí, el valor del esfuerzo que implica dar a cambio de nada, a cambio de un sentimiento que sale por los poros, también identifica al perfil de un peregrino... sea en el camino a Santiago de Compostela... sea en el camino hacia Luján... o como en este caso... camino al "milagro" de un más allá que supo interpretar el sentido del clamor de las inocencias en la tierra de las simplezas... de hecho, cada peregrino camina junto a su sombra y también a sus vivencias, que son únicas y que aún cuando se asistan unas a otras, se personalizan en un sentimiento íntimo que se revela como único...

algo te llama a ser peregrino...

algo te llama a peregrinar...

algo te llama a venerar...

y ello representa una conexión con el más allá... con eso que nadie conoce pero que intuye que guarda un motivo celestial para estar donde está...

andar junto a la procesión de gauchos salteños a caballo produce una extraña sensación, que no se puede traducir a palabras ni con palabras... siendo que se trata de algo mucho más profundo que un sentimiento, que una creencia o que un acto de Fe...

sucede lo propio con los peregrinos que descienden a pié desde San Antonio de los Cobres... no se puede explicar qué los empuja ni tampoco qué es lo que los sostiene...

de allí que los actos de Fé, sólo se apoyen en ése ángulo de la voluntad que significa un altar donde se conjuga la voluntad de ser con la otra de existir por un lapso, a sabiendas que en la Tierra todo es efímero... y más allá de ella (Tierra) todo es eterno... alma, espíritu, consciencia, karma...

a pesar de los años... muchos... los caminantes que pasan a la vera del hogar donde paso mis horas, me emocionan tanto como las procesiones de gauchos de ponchos rojos...

transitamos horas donde la Tierra está inquieta...

transitamos horas donde el Sol está inquieto...

transitamos horas donde la humanidad anda a ciegas carente de humanismos...

transitamos horas donde el poder político y económico son demonios sueltos confundiendo y frustando al ser humano y sus hechos, habiéndose convertido la Tierra en un infierno insoportable e invivible de cinismos e hipocresías aberrantes...

en medio de ello... el milagro y su alianza se renuevan bajo un manto de pétalos blancos y rojos... 

desde el acá no se puede ver el allá... pero desde el allá sí se puede ver el acá... de allí el valor de peregrinar y de sostener en alto los valores de la existencia... 

los puentes entre las dimensiones existen... 

los puentes sobre los distintos planos del "existir" también existen...

esos puentes son los que aún mantienen "viva" a una humanidad que ha perdido el sentido crítico de su propia razón de ser... 

323 años no son nada en el tiempo, son mucho en la luz y mucho más representan para la alianza que proporciona sentido a un milagro que por su condición... porta razón de eternidad. SEPTIEMBRE 03, 2015.-


lo que hagas con tus días aquí abajo... será un eco de tu jardín en el "otro lado".

El origen de las imagenes se remonta al año 1592, época en que el Obispo de Tucumán fray Francisco de Victoria concretara la donación al pueblo de Salta de la imagen de Cristo crucificado, cuyo destino sería la Iglesia Matriz de la ciudad. La llegada a tierras americanas de la imagen fue según los relatos auténticamente milagrosa.
En junio de 1592 la imagen llegó flotando en un cajón al puerto de El Callao, Perú, junto a otro que contenía una imagen de la virgen del Rosario destinada al convento de Sto. Domingo, en Córdoba. Jamás se supo qué embarcación las trajo desde España.
Desde Lima emprendieron viaje a su destino a lomo de mula y una vez en Salta, la imagen del Cristo fue depositada en la sacristía de la iglesia matriz y no fue objeto de veneración por espacio de cien años.
En el año 1692 la imagen de Inmaculada Concepción de María, que luego se llamaría Virgen del Milagro, se encontraba a tres metros de altura en un nicho del retablo del Altar Mayor. Cuenta la historia que aquel 13 de septiembre, después de los fuertes y reiterados temblores que destruyeron la ciudad de Esteco y fueron percibidos con singular intensidad en la ciudad de Salta,, se encontró la imagen de la Inmaculada en el suelo sin que sufrieran daño su rostro y manos y según la tradición perdió los colores del rostro que quedó pardo y macilento. La imagen fue llevada a la casa del alcalde Bernardo Diez Zambrano donde se oró toda la noche. Al día siguiente, 14 de septiembre, se colocó la imagen, que todos querían venerar, en el exterior de la Iglesia Matriz donde continuaron los cambios de colores del rostro y fue entonces cuando muchos fieles comenzaron a llamarla “del Milagro”. Una nueva historia empezaba para esta sencilla imagen y para los salteños., que jamás abandonarían su culto y su devoción Según la tradición oral y el exhorto de Chávez y Abreu, el padre jesuita José Carrión recibe la revelación de que el Santo Cristo Crucificado de la Iglesia Matriz, que tenían sin devoción y sin sacarlo en procesión, habría perdonado a Salta a pedido y súplica de la Madre de Dios del Milagro. Los padres jesuitas recordaron al Santo Cristo y lo liberaron de su encierro; lo colocaron frente a la iglesia que la Compañía de Jesús tenía en el centro de la ciudad. La imagen fue sacada en procesión por los fieles salteños con el ruego de que cesaran los temblores, lo que finalmente ocurrió.
Cuadro de Aristene Papi (Primera Procesión – 1939)
Al amanecer del día 14 la tierra dejó de temblar, volvió a estremecerse a la noche, en medio de procesiones y rogativas. Al cesar los estremecimientos, el día 15 renació la calma y con ella se comenzó a hablar del "milagro", designando a la Inmaculada como Virgen del Milagro.
En 1902 y por iniciativa del Obispo Linares, las imágenes fueron coronadas en presencia de altas autoridades de la Iglesia, venidas desde Roma.
El Milagro es pues la más antigua y también la más actual manifestación de fe de Salta, la cual no conoce otro acontecimiento festivo de la antigüedad, masividad y capacidad de inclusión de éste.
Hasta la llegada de Monseñor Tavella las imágenes del Señor y Virgen del Milagro estaban tapadas por una cortina que se corría los viernes y sábados respectivamente porque se consideraba que este culto no era cosa de todos los días. Y así llegamos a nuestros días, en que el culto a las imágenes del Milagro es la festividad más importante para la Ciudad, a la que no solo asisten todos los salteños, sino fieles de Provincias vecinas y la imagen de la Virgen se ha convertido en la Protectora de la Ciudad.
Los cultos del Milagro se celebran entre los días 6 y 15 de septiembre de cada año. La Novena, ha sido compuesta en 1760 por el Presbítero Dr. Francisco Javier Fernandez, y su rezo tiene lugar entre los días 6 y 14 de septiembre. El solemne Triduo se realiza en la Catedral Basílica de Salta los días 13, 14 y 15 de septiembre de cada año.
Los días 15 de septiembre, las Santas Imagenes recorren en procesión las calles de la ciudad, acompañadas de cientos de miles de fieles, en una de las expresiones populares más importantes de la Argentina
La imágen de la Viregen:
La imagen de la Virgen del Milagro representa a María de pie sobre la luna en cuarto creciente aplastando el dragón que enrosca por delante su cabeza y cola aseteada (con forma de flecha).
La procedencia de la imagen no está determinada, pero su análisis muestra que la cabeza y las manos son de distinto origen al cuerpo tallado, al que fueron añadidas.
Inicialmente la Virgen del Milagro fue una Inmaculada de bulto completo con manto, todo tallado en madera. Esta imagen fue labrada nuevamente para hacerla articulada y poder vestirla con indumentarias de tela. Al respecto, Monseñor Toscano escribió: “La novedad que todo lo invade, comenzó por ponerle vestidos de tela, costumbre que se ha perpetuado hasta hoy, desperfeccionándosele, con este motivo, algo de la cabeza para acomodarle pelo postizo, y los brazos para hacerlos susceptibles de ser cubiertos de ropa”.
El ajuste a la nueva moda fue realizado por Tomás Cabrera, como consta en la tarjeta orlada sobre el pecho que dice: “Tomás Cabrera, la encarnó. Año 1795”. (Encarnar significa darle color carne a las esculturas, y nada tiene que ver con el tallado del cuerpo completo). La túnica tallada está ornamentada con finas líneas de oro sobre pintura que simulan brocato y una ancha faja de pan de oro en su borde inferior.
Catedral Basílica de Salta
Las coronas
La corona de la Virgen del Milagro es una corona inperial de oro, constituida por cerco y diademas formados por dos rebordes en perilla y circunferencia de turquesas, con un espacio tachonado de esmeraldas y amatistas, un orbe de Lapislázuli, y coronamiento de la cruz con brillantes y esmeraldas.
La corona del Señor es una Real de oro de 24 kilates, con engarce de esmeraldas, rubíes y amatistas, constituida en cerco y diademas.
El cercos está divididos en tres zonas: su base es una circunferencia de laureles que divide un paño lisado superior, también circular, con roleos entrelazados y espaciados por una flor de extremos flordelisados, guarnecidos por una esmeralda, dando paso a ocho diademas, formadas por roleos entrelazados que conforman una cuasi flor de Liz en la punta. Entre estas diademes, hay siete diademas menores con motivos fitomorfos.
Las Coronas de flores
Cada septiembre engalanan las Santas Imágenes
Elaborarlas cada año obedece a una antigua tradición familiar que viene desde fines del siglo diecinueve.
Fue aproximadamente en 1.890, cuando doña Florencia González Sarberry de Ovejero Zerd, esposa de don Sixto Ovejero Zerda - fundador del ingenio “Ledesma” en la provincia de Jujuy y gobernador de Salta cuando la invasión de las montaneras al mando de Felipe Valera, dispuso elaborar esas ofrendas en su casa de Florida 62, actual sede de la Municipalidad capitalina, empleando flores que hacía traer de su quinta “La Noria”, parte de cuya “sala” se conserva hasta hoy en Pueyrredón al 500, vereda Oeste. A la muerte de doña Florencia, ocurrida en marzo de 1.920, la responsabilidad de esta tarea se dividió entre sus hijas doña Adelaida O. Gonzáles de Tamayo, quien se hizo cargo de la del Señor, y doña Electa O. González de Figueroa Ovejero, la de la Virgen.
La señora de Tamayo falleció en noviembre de 1.949, sustituyéndola su hija doña Graciela Tamayo Ovejero de Mendióroz, quien murió hace alrededor de cinco años, quedando a cargo desde entonces su hija doña Cecilia Mendióroz Tamayo de Durand Cornejo, hasta el presente, elaborándose la corona del Señor en el domicilio de esta última, situado en Buenos Aires 181.
En cuanto a la corona de la Virgen, la señora de Figueroa Ovejero falleció en julio de 1.924, quedando a cargo de la tarea su hija mayor, doña María Luisa Figueroa Ovejero de López, la que al fijar su residencia en Buenos Aires fue remplazada por una de sus hijas, doña Alicia López Figueroa de Alderete, la que cedió la responsabilidad a su tía y segunda hija de doña Electa, doña Elvira Figueroa Ovejero de Zavalía Esteves, quien al fallecer en junio de1.991 dejó a cargo a su sobrina doña María Hortencia Figueroa, la que a su vez fue sustituida dos años más tarde por una de las nietas de doña María Luisa, doña Martha Alicia Alderete López de Puló García, quien en la actualidad dirige la tarea en casa de una de sus hijas, doña Mariana Puló Alderete de Goytia Etchevehere, en barrio Tres Cerrito.
Las flores
El arreglo floral del Señor del Milagro
lleva, aproximadamente,
diez mil claveles rojos,
y el de la Virgen,
unas ocho mil flores blancas.
Respondiendo a un especial pedido de un descendiente directo de doña Florencia González Sarberry de Ovejero Zerda, la valiosa colaboración que en la confección de las coronas prestaron siempre la señora Elisa Salguero de Ebber (ya fallecida), sus hijas Josefina y Herminia y sus nietas, quienes dan el toque final a las artística ofrendas.

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