La cuchara, ¿origen de emociones?
La creadora coreana Jin Hyun Jeon incentiva con sus diseños “la comida placentera”
¿Un estudio de las emociones a través de la cubertería? Pues sí. “Manipulando las sensaciones, la experiencia del gusto se intensifica y se transforma”, considera Jin Hyun Jeon. Licenciada por la Universidad Hongik de Seúl y ubicada en Eindhoven (Holanda), la diseñadora coreana ha creado una serie de cucharas y utensilios hechos en cerámica, plástico o plata, que juegan con el color, la forma, la textura, el peso y la temperatura. Y en el mundo gastronómico actual, buscador y provocador de emociones, propuestas como las de Jeon encajan como un guante.
Jin Hyun Jeon quiere fomentar la “comida consciente”, que el acto de comer no sea simplemente tragar, engullir y que constituya un paladeo, un disfrute con todos los sentidos. Sabor, olor, visión… se mezclan, se confunden, se complementan…
Unas apreciaciones de segundos pueden recordarse después largo tiempo de forma placentera, piensa la diseñadora, que busca “experiencias sensoriales nutritivas para cuerpo y mente”. Para estimular esa sensorialidad, sus diseños (de alta carga irónica) retan las percepciones. Entre los más llamativos: unas cucharas que ya parecen estar llenas (¿de yogur, miel, leche, crema de fresa?), que lucen los bordes rugosos o goteantes, cuyo interior semeja tener azúcar pegada o que parecen haber sobrevivido maltrechos del lavavajillas.
Con los elementos que ha diseñado, Jeon quiere superar el concepto de accesorio de la cubertería y convertir un objeto como la cuchara en algo cercano, íntimo, casi como una prolongación de la boca o de la mano.
Además, Jin Hyun Jeon ha ideado utensilios como el salsero Tablescape (Mesa paisaje) o platos orgánicos como Ripple, que imita la ondulación que produce la caída de una piedra en el agua. También propone una taza de té que simbolice “un ritual compartido”. Es una frágil copa de vidrio con un larguísimo pie (casi un metro y medio) que requiere la concentración y el equilibrio tanto de quien toma como de quien sirve la bebida. El objetivo: “Disfrutar con calma un encuentro amistoso o familiar". Algo que parece imposible en tiempos de individualismo y comidas rápidas. “Tenemos que redescubrir el aspecto saludable y afectivo de la alimentación”, insiste Jin Hyun Jeon.
La creadora empezó a trabajar en su proyecto de “estímulo sensorial a través de la cubertería y la vajilla” fascinada por el fenómeno de la sinestesia, condición neurológica en la que el estímulo de un sentido puede afectar a otro o varios sentidos más. Una persona sinestésica puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos o percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto. Escritores y músicos célebres eran sinestésicos. Pero todos podemos provocar la sinestesia interior desconocida, según el experimento de la diseñadora coreana. Así, una cuchara como una inmensa gota o roja como una frambuesa puede hacer creer que tomamos un postre exquisito por el simple hecho de tocarla con los labios.
Además dar forma a la utilería culinaria, Jin Hyun Jeon ha establecido, según sus ensayos, unas “fórmulas gustativas”: parámetros de temperaturas y mezclas de sabores (dulce, amargo, salado, ácido) combinados con sonidos o tacto. Advierte, por ejemplo, que el azúcar sabe más dulce a la temperatura corporal y que lo salado se refuerza a medida que el cuerpo se enfría. Otras pruebas: cuando se mezcla algo muy dulce con algo muy salado aparece un sabor completamente diferente, y cuando se mezcla bien lo salado con lo ácido, el resultado es dulce.
Aunque lleva desde hace años dando forma a sus ideas de cubertería y vajilla, Jin Hyun Jeon presentó el proyecto de utensilios sensibles en 2012, como tesis en la Academia de Diseño de Eindhoven, y ha recorrido distintas exposiciones de creación contemporánea en Holanda. La comercialización está pendiente.
el dispensador dice:
utensillos de cocina,
resignación que se imagina,
alimentar el cuerpo es nutrir la vida,
según lo que comes...
es lo que recuerdas o olvidas,
haciendo la diferencia,
de la calidad de lo que se trajina.
cuchara,
levantando un corazón,
ensoñando una canción,
mientras el sorbo adquiere razón,
compartiendo nexos de almas,
espíritus con suma calma,
compartiendo una velada...
nada más intenso,
que una suave cucharada...
hay herramientas que traducen el humanismo... la cuchara es una de ellas, ya que al contrario de cuchillos y tenedores, expresa aquello que se vincula con el "recoger", "juntar", "equilibrar", "sostener", "tomar", "absorber", sin cortar, sin trozar, sin dividir... promoviendo estímulos sensoriales armónicos, silenciosos, esencialmente suaves, por ende "pensados". Bien podría aseversarse que la cuchara contribuye a "sensibilizar", definitivamente. Como herramienta es contraria a cualquier "violencia"... y como utensillo, desmerece los desprecios.
Cuando regalas una cuchara... estás obsequiando un "gesto" que enaltece la calidad humana a través del humanismo filosófico, ya que ella es, intrínsecamente, un acto místico de conexión entre líquidos y cuerpos... entre sensaciones y mentes... entre fuentes y corrientes... entre energías y valencias químicas...
Marzo 01, 2013.-
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