viernes, 15 de marzo de 2013

SENSIBILIDADES SENSIBLES || África sensible | El escorpión | Blogs | elmundo.es

África sensible | El escorpión | Blogs | elmundo.es

Alejandro Gándara

Una crítica al aburrido discurso cultural dominante. Con "recomendados", "contraindicados" y "grandes citas".
El escorpión


África sensible

Creo que la mayoría estamos acostumbrados a tratar con África en términos de depósito de nuestra buena conciencia. Es, un poco, como una Suiza de las cuentas morales, en la que cabe la riqueza más oscura (por supuesto, sin fiscalidad ética alguna). Pero, así como a nadie le interesa Suiza en profundidad (me parece que ni siquiera en la superficie), tampoco le interesa África.
El escritor keniata (o keniano) Binyavanga Wainaina ha decidido hablar de ese territorio sin convertirlo en el aliviadero de las culpas europeas, ni reducirlo a la sucesión de desastres y hecatombes que parecen constituir su imagen de marca: "Algún día escribiré sobre África" (Editorial Sexto Piso, traducción de Jesús Gómez Gutiérrez).

Excepcional. Fuera de que elude toda la retórica a que estamos acostumbrados sobre ese continente -y en particular la derivada de la comunicación establecida y la de la solidaridad establecida-, muestra la vida diaria y las biografías diarias en toda su grandeza, en todo su aliento y, desde luego, en todo su desaliento. Pero al final predomina la fuerza de los seres y el esplendor de las cosas. Además, muestra una escritura que es otra escritura, no sé si africana o transiberiana, pero indudablemente maneja otra forma de ver el mundo a través de las palabras. Una vena poética tranquila, sin resonancia, música blanca en medio del relato más sencillo. Quizá pueda encontrársele un parecido con John Berger, pero en otra dimensión. Resumiendo, más allá de ser un escritor africano, es un escritor como la copa de un pino. Y creo que es mejor, o al menos dispone de más calidades, que Teju Cole, que Chimamanda Adichie o que Aminatta Forna, entre otros a los que de todos modos aprecio.

A Wainaina no se le puede seguir con un sencillo esquema sobre el punto de vista narrativo, ni buscando intensidades dramáticas donde uno las espera, ni grandes desarrollos, ni efectos trágicos, ni pinturas murales. Hay que encontrar primero el registro en que el autor se ha dispuesto a contar, y este registro es sensible, muy modulado y matizado, de amplios paisajes y al mismo tiempo de meandros. Es la escritura que hace la piel del mundo sobre la propia piel.

Binyavanga Wainaina (que Apolo lo acoja en su Parnaso con ese nombre) sabe contar esta existencia nuestra. Un asunto ajeno a conclusiones, principios y finales, clímax por aquí y por allá, etc. Más bien se trata de un río con afluentes, pero quitando el río. Espero que se hagan una idea.
En fin, un disfrute y ya de paso nos enteramos. Lean estas páginas.


el dispensador dice:
hay lugares espirituales,
donde convergen energías invisibles,
pero ciertamente perceptibles,
por personas sensibles,
que sienten pero no dicen,
guardan silencio sobre lo que reciben,
lo hacen suyo y no lo describen,
porque saben que nada traduce,
aquello que el espíritu identifica,
un "algo" ciertamente invisible...

hay lugares espirituales,
santuarios de convergencias,
oráculos donde residen sabidurías y ciencias,
donde el silencio es presencia,
entidad de muchas paciencias,
convicciones de fuentes eternas,
que vienen viajando vidas,
tomando lo que se les convida,
elementos de pura alquimia,
que hacen de cada fruto... vendimia...

Existen muchos lugares "santos" en el África... ninguno de ellos es apto para occidentales, y aún pudiendo estar en cualquiera de ellos, la mayoría pasa de largo sin atender lo que de cada uno de esos lugares irradia... más aún, muchos son los que pueden estar allí sin reconocer los potenciales contenidos... tal vez, sólo tal vez, el más importante de los nudos espirituales del África es inaccesible... impidiéndose las visitas... y está muy bien que así sea, ya que dichos lugares pueden contaminarse con fuerzas negativas, del mismo modo que durante la conquista española de las américas sucedió con la sífilis... un hecho del que los pueblos originarios nunca pudieron recuperarse... porque en América dicha enfermedad era desconocida... por ende, los santuarios naturales deben ser protegidos (de los apurados y sus urgencias, de los tilingos y sus miradas, de los oportunistas y sus envidias, de los ignorantes y sus necedades, de los que hacen culto a la mentira, de los que toman ventaja de sus prójimos debilitados, de los que se aprovechan de las inocencias y de sus estados de indefensión, de los que atropellan a los desprevenidos... y desde luego... hasta de los turistas). He tenido la gracia de conocer a diez de esos lugares "espirituales"... y la experiencia ha sido irrepetible, tanto como incontable.

Existen muchos lugares "santos" en el Asia... muchos, ciertamente muchos... la mayoría de ellos son desconocidos para la civilización occidental... de hecho son inalcanzables por una mera situación geográfica... pero aún llegando, los mismos pueden ser invisibles al ojo "humano"... ya que allí hace falta alma para "ver"... lo he comentado alguna vez, el Himalaya o los Himalayas es/son un buen ejemplo, no el único. Los asiáticos se han preocupado en preservar dichos lugares de ojos vanidosos, obsecuentes, soberbios, imprudentes, etcéteras... que pretenden tomar aquello que no deben... y que exigen dar gracias por el solo hecho de poder llegar a ellos (lugares). De hecho, salvo excepciones de expresión menor, nadie llega a ellos si no lo ha hecho ya en vidas anteriores... o lo que es lo mismo... no puedes entender lo que dice la piedra si no sabes de ángulos... y curiosamente, el ser "ingeniero" o "arquitecto"... no habilita a saber de geometrías, ni siquiera de ángulos... e insisto, no hay títulos, tampoco honores, mucho menos escudos de armas, que acreditan la condición espiritual, mística y mágica de una persona... solo las vidas acreditan... dependiendo de lo aprendido en ellas, o si se quiere... de lo aprehendido en ellas.

Existen muchos lugares "santos", de sensibilidades finas, en las Américas... muchos... la mayoría de ellos permanecen ocultos... y el turismo energético sigue acudiendo a Machu Pichu... pasándole por el costado a otros magnetismos donde confluyen sabidurías ancestrales que muy pocos conocen. Por suerte, dichos lugares están a resguardo de las densidades de occidente... 

Sí, algún día escribiré... quizás sí... tal vez no... esto no es un cuento, hacen falta vidas para llegar a sentir la sensibilidad de lo "sensible"... porque la Tierra habla, pero pocos entienden lo que dice, ya que es necesario acostumbrarse al sonido inaudible... y a la visión invisible...
Marzo 15, 2013.-





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