Sophie Hannah: «Una sociedad represiva sólo genera maldad»
Día 06/02/2014 - 23.10h
La autora británica, responsable de la nueva
versión literaria del Poirot de Agatha Christie,
publica «La cuna vacía»
EFE
Cuando Sophie Hannah (Manchester, 1971) se presentó en sociedad bordeando los márgenes del género negro e inclinando la balanza hacia los aspectos psicológicos de la novela criminal, ya hubo quien tuvo a bien señalarla como la sucesora natural Agatha Christie. Lo que nadie podía sospechar es que, años después de aquel prometedor estreno con «No es mi hija», llegaría un día en que, sorpresa, la escritora británica se convertiría en Agatha Christie. Literalmente. O, mejor dicho, en su sucesora. Su reencarnación. «Es la reina del crimen así que, ¿qué puedo decir?», relativiza una autora que, con ocho novelas salpicadas de obsesiones y personajes al borde del colapso emocional y una pasión irrefrenable por los crímenes poco convencionles, ha sido la escogida para resucitar a Hercules Poirot y ponerlo de nuevo en circulación trascuatro décadas acumulando polvo y telarañas.
Explica Hannah, de paso por BCNegra para conversar con el escritorPeter James y presentar su última novela, «La cuna vacía» (Duomo), que pese a que Agatha Christe es una de sus influencias «históricas» —«construye como nadie la intriga» asegura—, su encontronazo con Poirot ha sido fruto una mezcla de azar y habilidad comercial de su representante. «Mi agente estaba hablando con los responsables de la editorial Harper Collins, que barajaban la posibilidad de dar continuación a la obra de Jane Austen, y él les sugirió que yo podría escibir una nueva novela de Agatha Christie», explica
Dicho y hecho, la devoción se ha convertido en oficio y la novela, la número 33 de la serie Poirot, verá la luz próximamente en Inglaterra —después de verano llegará a España— para sumarse a la sangrienta tradición del femicrime contemporáneo mientras Hannah toma la senda de otros autores que, como William Boyd con James Bond, se han erigido en albaceas de iconos literarios inmortales. «Es todo un desafío. Además, será mi estreno escribiendo en primera persona desde una óptica masculina», desvela Hannah a propósito de un narrador que, apunta, no será Poirot, sino un investigador de Scoltand Yard quesustituye al capitán Arthur Hastings y acompaña al célebre detective belga a través de unas páginas ambientadas en 1929, uno de los pocos años en los que Poirot no protagonizó ningún relato porPoirot.
La fidelidad a Christie, señala, será total, aunque la autora de «La mala madre» no se ha podido resistir a dejar su huella y ahondar en la profundidad psicológica de la creadora de Miss Marple. «Mis obras guardan mucha relación con las de Christie porque contienen giros inesperados.La trama y las pistas son importantes, pero yo también quiero ahondar en la profundidad psicológica de los personajes. No me interesa limitarme a resolver un asesinato», explica.
Buenos y (no tan) malos
Esa dimensión psicológica, cultivada entre bebés robados, madres atroces, denuncias de asesinatos que no han llegado a cometerse y, como ocurre en la reciente «La cuna vacía», supuestos infanticidios repletos de dudas y enfrentamientos médicos, es lo que ha convertido a Hannah en una de las voces más afiladas y singulares de la novela negra contemporánea. «La gente suele pensar mucho en la novela negra como espejo de lo social, lo económico y lo político, y aunque estoy de acuerdo en eso, me interesa más el interior de las personas. No creo que exista alguien malvado porqué sí, de modo que intento entender porqué la gente llega a hacer lo que hace», explica.
Es más:para la autora británica, es un error calibrar la novela negra —y, por extensión, la vida en general— en términos de bondad y maldad. Todo, asegura, es mucho más complejo. «Nos hemos acostumbrado a pensar que si alguien hace algo terrible es porque es una persona terrible que no merece volver a formar parte de la sociedad, así que se le expulsa. La cárcel, por ejemplo, es un sistema de protección necesario, y estoy convencida de que si se cometiese un crimen contra mi familia mi primer impulso sería la venganza, pero una mala gestión de esto no hace más que tensionar la sociedad. Y si uno vive en una sociedad represiva, lo único que se genera es maldad», reflexiona.
Será por es que en «La cuna vacía» Hannah se sirve del ejemplo de tres madres que han sido acusadas —y posteriormente absueltas— de matar a sus hijos para reflexionar sobre la facilidad con que la gente desenfuda un dedo delator. «Es como si estuviéramos permanentemente a la espera para demonizar o glorificar a alguien sin prestar demasiada atención a la verdad», zanja una autora que, tras la novela de Poirot, volverá a sus personajes habituales, los detectivesSimon Watherhouse y Charlie Zailer, para seguir adentrándose en los abismos interiores del ser humano.
BCNEGRA 2014
Camilleri:«Cuando vives rodeado de imbéciles,
la vida no es muy agradable»
. El escritor siciliano recogió ayer en Barcelona el
IX Premio Pepe Carvalho
/ IX Premio Pepe Carvalho
el dispensador dice: sabrás disculparme, me tomó un tiempo reflexionar las notas de referencia, me tomó un tiempo descifrar el mensaje... la represión siembra la maldad... tanto como el desprecio hace lo propio... tanto en la sociedad como en la convivencia... tanto en la comunicación como en los afectos... y ello se enlaza con las soberbias, que comienzan haciendo creer a algunas personas que son más importantes que las otras, para así ocultar sus envidias y sus incapacidades, sus necedades y sus cegueras, que habilitan a la construcción y a la diseminación de las ignorancias, esas que nada tienen que ver con los conocimientos ni con las educaciones, ya que pertenecen al ámbito de las miserias humanas, esas que se encaraman en las almas mezquinas, que hacen solidaridad con los hurtos ejercidos sobre las vidas ajenas, o tener falsos gestos de compasiones con los "hechos" robados a los destinos inocentes, o mostrarse compasivos usando las cirunstancias en sus propios beneficios... sí hay imbéciles... pero también hay maldad en mucha gente creída de sí misma... y sucede que nadie es más que nadie... nadie es más que su prójimo... sea obispo, cardenal o papa... sea militar... sea político o legislador... sea rey de bastos o simple jugador... sea lo que sea... nadie es más que el otro... ya que todos somos semejantes y equivalentes ante Dios... aquí se ha instalado la idea darwiniana del exterminio para prevalecer, una teoría que promueve el dinosaurismo humano, donde reptiles carnívoros devoran a los herbívoros desprevenidos, tal lo muestra la estupidez sin ideas creativas en documentales que promueven los morbos y los aturdimientos sociales a través de las masacres eternas... entonces, una y otra vez, hasta aburrirte, te mostrarán a victimarios disfrutando de sus víctimas, animales o humanos... a efectos de instalar en el inconsciente social, que "comerse al otro" es bueno, enaltece... cuando en verdad, denigra no sólo a la víctima de oportunidad sino a quien asiste con su espíritu asumiendo el hecho como "natural"... me repito que los guionistas se han quedado sin ideas... y que la hipótesis de los daños colaterales (en los otros), así como la teoría de los dinosaurismos traducidos a los actos humanos, en verdad dejan traslucir las ideas del imperio sobre la sociedad humana, esa ansiedad por comer al otro insaciablemente, para desnaturalizarlo, e inmediatamente ir por el próximo, juntando beneficios económicos que alimenten a los que aún no nacen porque están en el limbo del huevo que nadie puso, asegurándoles que serán "inútiles" nacidos en cuna de oro, pero con elc abolengo que supieron robar sus progenitores, mostrando escudos y blasones, títulos y honores saqueados para borrar historias lamentables, plenas de miserias y mezquindades...
la sociedad humana no se ha destacado de cualquier otra, por el contrario, con sus capacidades, y con sus habilidades, ha puesto de manifiesto que la maldad prima, mediante persecuciones e inquisiciones, mediante la caza de brujas reales o inventadas, mediante la descalificación de las ideas y de las convicciones de los otros, mediante la negación de los genios ajenos, mediante la exclusión de las sabidurías... de este modo, la cultura permanece aislada del humanismo que debería ser, y es, su fuente... de este modo, el arte se tranforma en negocio antes que en un hecho de creación... de esto modo, lo mismo sucede con cualquier otra expresión humana... que si no es pasible de generar beneficios para pocos, estará condenada a no existir, por el imperio de los anonimatos necesarios que dan prioridad a los morbos mediáticos y editoriales corporativos...
y te asomas a la ventana, y ves que hay muchos imbéciles comodaticios, usufructuarios de esfuerzos ajenos, inacapaces dec hacer nada, que van por la vida acusandoc a los demás, señalando con el dedo a los que hacen para luego asaltarles los esfuerzos o robarles las voluntades, para seguir siendo imbéciles e ignorantes, porque ambos van de la mano de las miserias humanas que caracterizan al "vivo", que no es más que un tonto funcional a los intereses supremos de otros seres despreciables, tan diablescos como dantescos, emergentes de los infiernos donde los actores no tienen paz...
es curioso... todos venimos de "madre"...
es curioso... todos venimos de la misma forma... pero nos vamos en la soledad de la muerte, dejando todo atrás, incluyendo el propio cuerpo, para regresar al estado de espíritu, una forma de existencia donde no se respira, ni tampoco se consume, pero donde se vive en paz, siempre y cuando se la reconozca y se la porte...
las represiones denigran... lo hacen tanto como los desprecios... lo hacen tanto como las negaciones y los ninguneos... lo hacen tanto como las intolerancias y las discriminaciones... y la maldad consecuente se asume como buena, como ética, como filosófica, cuando en verdad no es más que el reflejo de las almas vacías que se ocultan tras los mencionados "dinosaurismos"...
eres lo que haces... y la historia, ante la muerte de cada quién, es inapelable... esto es que puedes traducirte a ti mismo como recuerdo, como olvido, como lápida, o bien, como un vapor que pasó sin dejar rastro, sin causa y sin consecuencia... y nuevamente, es curioso, pero la historia sólo reconoce a los "hacedores"... FEBRERO 09, 2014.-
la sociedad humana no se ha destacado de cualquier otra, por el contrario, con sus capacidades, y con sus habilidades, ha puesto de manifiesto que la maldad prima, mediante persecuciones e inquisiciones, mediante la caza de brujas reales o inventadas, mediante la descalificación de las ideas y de las convicciones de los otros, mediante la negación de los genios ajenos, mediante la exclusión de las sabidurías... de este modo, la cultura permanece aislada del humanismo que debería ser, y es, su fuente... de este modo, el arte se tranforma en negocio antes que en un hecho de creación... de esto modo, lo mismo sucede con cualquier otra expresión humana... que si no es pasible de generar beneficios para pocos, estará condenada a no existir, por el imperio de los anonimatos necesarios que dan prioridad a los morbos mediáticos y editoriales corporativos...
y te asomas a la ventana, y ves que hay muchos imbéciles comodaticios, usufructuarios de esfuerzos ajenos, inacapaces dec hacer nada, que van por la vida acusandoc a los demás, señalando con el dedo a los que hacen para luego asaltarles los esfuerzos o robarles las voluntades, para seguir siendo imbéciles e ignorantes, porque ambos van de la mano de las miserias humanas que caracterizan al "vivo", que no es más que un tonto funcional a los intereses supremos de otros seres despreciables, tan diablescos como dantescos, emergentes de los infiernos donde los actores no tienen paz...
es curioso... todos venimos de "madre"...
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las represiones denigran... lo hacen tanto como los desprecios... lo hacen tanto como las negaciones y los ninguneos... lo hacen tanto como las intolerancias y las discriminaciones... y la maldad consecuente se asume como buena, como ética, como filosófica, cuando en verdad no es más que el reflejo de las almas vacías que se ocultan tras los mencionados "dinosaurismos"...
eres lo que haces... y la historia, ante la muerte de cada quién, es inapelable... esto es que puedes traducirte a ti mismo como recuerdo, como olvido, como lápida, o bien, como un vapor que pasó sin dejar rastro, sin causa y sin consecuencia... y nuevamente, es curioso, pero la historia sólo reconoce a los "hacedores"... FEBRERO 09, 2014.-
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