Vuelven «Las mil y una noches»
Día 09/11/2014 - 01.40h
Atalanta recupera la traducción directa del
árabe de J. A. Gutiérrez- Larraya y L. Martínez
Hoy nadie desconoce qué sonLas mil y una noches pero el relato de su triunfo literario es tan fascinante como los cuentos que entretejen la argucia de Sahrazad (o Sherezada) para sobrevivir al airado sultán Sahriyar (o Schariar) quien, harto de la infidelidad de las mujeres, yacía con una virgen cada noche y a la mañana siguiente la hacía ejecutar (anécdota que no procede de las colecciones de cuentos primigenios, sino que se añade posteriormente y que da unidad a un libro tan heterogéneo como maravilloso, aunque Voltaire considerara que estos relatos «no tienen ni pies ni cabeza»). En fin, Sahrazad sorprende al sultán la primera noche contándole un cuento cuyo relato suspende en su punto álgido para reanudarlo al día siguiente y así, una noche tras otra, hasta que el sultán le perdona la vida. Todo lo cual viene a ser una maravillosa metáfora de los altos poderes de salvación de la literatura (y de la imaginación).
Ahora, la editorial Atalanta pone en manos de los lectores una cuidadísima edición de la traducción directa del árabe realizada porJuan Antonio Gutiérrez-Larraya y Leonor Martínez a mediados de los años 60. Para entonces, ya todo el mundo (niños, adolescentes y adultos, porque hay sustancia en este prodigioso «libro de libros» para todos los lectores) conocía Las mil y una noches, sobre todo a partir de cuentos como «Simbad, el marino», «Aladino y la lámpara maravillosa» o «Ali Babá y los cuarenta ladrones» (aunque algunos de ellos no formen parte del corpus canónico árabe -Calcuta y Bulaq- y no estén presentes en esta edición).
De todo hay en Las mil y una noches: cuentos fantásticos, de magia y misterio, con suspense y hasta momentos de terror; fábulas y lecciones morales; relatos de amor y erotismo; novelas de viajes y aventuras; y leyendas exóticas donde comparten espacio hombres y mujeres con genios del desierto, demonios, animales quiméricos y otros espíritus. Sus protagonistas incluyen a todas las clases sociales: califas, sultanes, visires y nobles, pero también comerciantes, marineros y simples ciudadanos de a pie. Sus escenarios son grandes ciudades y puertos como Bagdad, El Cairo, Damasco o Basora, sus palacios, sus alcazabas, bazares y mercados.
Procedencia e influencias
Pero, ¿de dónde vienen estos cuentos? Su procedencia es variopinta (Mesopotamia, Persia, Grecia, India, …) y pueden rastrearse influencias y presencias que ya vienen de épocas tan lejanas como la epopeya sumeria Gilgamesh, la Biblia, la Odisea de Homero, la literatura sánscrita (Uttaradhyayana sutra, Kathhasaritsagara, Patchatantra, Mahabarata, Jataka y que llevan a recopilaciones árabes y persas como el Tuti-Nameh o recreaciones castellanas comoKalila e Dimma (del árabe, a pedido de Alfonso X). Sin embargo, el libro considerado como prototipo y que no ha llegado a nuestros días es persa: el Hezar Afsaneh (Mil cuentos), que data de principios del siglo X.
Aun así, su gran prestigio no procede de Oriente, donde la narrativa y sobre todo las colecciones de relatos de transmisión oral no merecían la atención de príncipes o estudiosos; sino de la traducción al francés realizada por Antoine Galland y publicada entre 1704 y 1719; o la realizada al inglés por el explorador Richard Francis Burton (la más acertada en cuestiones eróticas) a mediados del XIX. A partir de ellos,Las mil y una noches llegaron al alemán a través de Gustav Weil a finales del siglo XIX; o al castellano a través de Vicente Blasco Ibáñez, ya en el siglo XX. Sin embargo, la primera compilación al árabe no verá la luz hasta 1814-18, dado el éxito habido en Occidente, a partir de un manuscrito del siglo XV.
Del árabe al castellano
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el dispensador dice:
tienes fecha de vencimiento,
pero desconoces cuál es,
no tienes código de barras,
pero tus sentimientos te dicen quién eres,
hay al menos un don que contienes,
hay al menos un talento que traes,
hay al menos un destello de genio que identifica de dónde vienes...
¿eres sabio?,
entonces, el silencio te puede,
siempre hay un preludio,
siempre hay un penúltimo,
ése que se revela en un 999...
momento previo a la última nota que suene,
y después...
todo recomienza,
tal vez algo muere,
puede que todo se renueve,
puede que ya nadie regrese,
que todo se vista de ausencia,
o que la presencia regrese...
sólo tu propia FE te merece,
lo demás comienza como perece,
no siempre lo que se va... vuelve...
no siempre la soberbia reclama aquello que no merece...
los cinismos retrogradan,
mientras las envidias decrecen,
las hipocresías retrasan,
mientras se quiebran los puentes...
y la soledad gana,
cuando el desprecio despliega lo que lo envanece,
entonces queda ciego,
y todo se pierde...
si te queda genio,
siempre encontrarás un 999...
porque los números son sabios,
cuando la lógica los contiene.
NOVIEMBRE 09, 2014.-
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